Espinoza, el “convidante de peso” que gobierna el gigante matancero donde todos necesitan desembarcar. Puente en la interna, actos con AF y reunión con CFK.
Por: Macarena Ramírez.
Gobierna el distrito más populoso del país sentado sobre los más de quinientos mil votos que obtuvo en la última elección ejecutiva, es de los pocos que se reúne a solas con la vicepresidenta Cristina Kirchner, se sienta en primera fila en actos de Alberto Fernández y tiene una relación aceitada con el jefe de Gabinete Juan Manzur. Con Verónica Magario, la vicegobernadora de Buenos Aires, forma un tándem político potente y mantiene un buen vínculo con el gobernador Axel Kicillof. Encabezó una exitosa misión comercial a Brasil donde consiguió millones de dólares en inversiones para su distrito y en su entorno aseguran que fue clave en la gestión para el desembarco de Daniel Scioli en el gabinete nacional. Hace un mes, volvió a tomar las riendas de la Federación Argentina de Municipios (FAM) y desde ese lugar asume el rol de nexo entre las partes en disputa en la interminable interna a cielo abierto del Frente de Todos (FdT). Fernando Espinoza, de él se habla aquí, es el comandante del portaviones matancero que brilla en el mar de votos del conurbano, parada obligada para cualquiera con aspiraciones políticas de envergadura.
A partir de su desembarco en la jefatura de la FAM, el 6 de mayo, Espinoza asumió de manera oficial un rol que ya venía desempeñando con perfil bajo desde hacía un tiempo dentro del hervidero en que se transformó el FdT. El mismo día que volvió a mostrarse con el Presidente, en Tecnópolis, se reunió con CFK. Hablaron de la interna, de las demandas de las intendencias y de la misión comercial que encabezó en Brasil. Además, es vehículo para canalizar demandas estancadas por el internismo.
“Fernando es un puente entre los dos sectores de la interna grande, entre La Cámpora y el albertismo; navega las dos aguas”, afirma un hombre cercano al jefe comunal, al tiempo que explica que el rol de nexo entre diferentes sectores del peronismo en disputa ya lo venía ejerciendo. “Como dicen los intendentes, es un convidante de peso: cuando él hace una invitación, es muy difícil rechazarla; por eso puede sentar en la misma mesa a personas que tienen su relación trancada”, agrega.
Las reuniones para llevar paños fríos al hervidero todista son cada vez más frecuentes y la mayoría no trasciende públicamente. En su entorno las denominan “reuniones de reconstrucción” que deben mantenerse en el plano de lo privado.
En La Matanza destacan que es imperioso escuchar la voz de las intendencias y afirman que “vuelve” a tener un peso específico no porque se lo dé el Presidente o la vicepresidenta, sino porque “hay una necesidad de que haya un poder institucional que haga contrapeso a las trabas que son de público conocimiento en la gestión, debido a la interna”. También cumple ese rol Martín Insaurralde, referente de un grupo de intendentes del conurbano, socio político de Máximo Kirchner y pieza clave en el gobierno de Kicillof.
Un ejemplo de la relevancia del rol de Espinoza es el encuentro a solas con CFK el mismo día del acto por los cien años de YPF en el que se reencontraron los Fernández. Se produjo en el Senado, horas antes del evento en Tecnópolis en el que luego estuvo sentado en primera fila. Según fuentes consultadas por este medio, uno de los temas centrales del mano a mano fue la misión comercial que Espinoza encabezó en Brasil y a través de la cual consiguió importantes inversiones para La Matanza, tema en el que especialmente se interesó la vicepresidenta. El otro tema de relevancia fue el funcionamiento de la FAM y la demanda de intendentes e intendentas, quienes ven con preocupación el rumo del gobierno y del frente en particular.
Empujón a Scioli
El 29 de mayo, el matancero viajó a Brasil junto a su secretaria de Producción y exministra provincial Débora Giorgi y veinticinco empresarios y empresarias. Fue una misión comercial en busca de inversiones y exportaciones. El viaje fue organizado en conjunto con el embajador saliente, Daniel Scioli. Juntos presentaron la misión el 19 de mayo y el exgobernador acompañó en el país vecino al matancero en cada actividad. El resultado fueron acuerdos por exportaciones por alrededor de 50 millones de dólares e inversiones por más de 500 millones de dólares. Una lluvia verde sobre La Matanza.
Espinoza regresó al país el 2 junio. Al día siguiente, se reunió con la vicepresidenta. Un día después, tras la salida de Matías Kulfas del ministerio de Desarrollo Productivo detonada por el off-gate, se conoció que el exgobernador sería su reemplazante. “El resultado de esa misión comercial y el apoyo de Fernando jugó mucho para el nombramiento de Scioli”, afirman en La Matanza, al tiempo que destacan la “gran” relación política y personal entre ambos. No es la primera vez que Espinoza empuja con éxito a algún dirigente a sillones nacionales, ya lo había hecho antes con Manzur.
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