Colocar etiquetas de advertencia en bebidas azucaradas podría disminuir su consumo

Colocar etiquetas de advertencia en bebidas azucaradas podría disminuir su consumo

Todos sabemos que disminuir nuestro consumo de bebidas azucaradas podría ser mucho más beneficioso para nuestra salud. Sin embargo, esto no implica que siempre hagamos caso a dicho conocimiento. De hecho, la mayoría de las veces solo lo ignoramos por la satisfacción momentánea que estas nos traen.

Por: Oriana Linares.

Ahora, una investigación llevada a cabo por Cindy W Leung, Julia A Wolfson, Robert Hsu, Keith Soster, Steve Mangan y Jennifer Falbe, de la Universidad de Michigan, podría ser el primer paso para ayudarnos a cambiar este hábito.

El estudio publicado en The Journal of Nutrition revela el caso de una modelo cuasiexperimental en el que se observó la conducta de estudiantes universitarios. Con este, se determinó qué tan propensos eran estos a adquirir bebidas azucaradas si estas llevaban etiquetas de advertencia en sus empaques.

Llevando la teoría a la práctica

En general, todos sabemos que las bebidas azucaradas no son buenas para nuestro organismo y que si no disminuimos o regulamos su consumo podríamos hasta terminar desarrollando condiciones como diabetes tipo 2. No obstante, esto en general no ha sido suficiente como para que su demanda mundial disminuya.

Con otros elementos legales pero dañinos, como el tabaco, se empezó a aplicar una regulación que obligaba a las tabacaleras a incluir advertencias de salud. Ni siquiera eso ha logrado acabar en la actualidad con la demanda de este producto. Sin embargo, en su momento sí logró disminuir notoriamente la cantidad de personas que lo solicitaban.

En estos momentos la esperanza de los investigadores es que se pueda hacer algo similar con las bebidas endulzadas. Sin embargo, esto se hace un poco más complejo ya que hay pocos estudios que muestren la efectividad de estas medidas con este producto en la vida real. Con su estudio, los científicos podrían haber ayudado al mundo a dar un paso más en la dirección correcta.

Etiquetas con advertencias lograron disminuir el consumo de bebidas azucaradas entre universitarios

Para el estudio, el equipo de Michigan diseñó una etiqueta especial en la que podía leerse:

“Advertencia: Beber bebidas con azúcar (s) agregado (s) contribuye a la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y caries”.

Este texto iba colocado en negro sobre un fondo amarillo con el reconocido símbolo de “alerta”.

Para desarrollar el experimento se contaron con tres cafeterías. Dos servirían como control y una tendría los productos con las etiquetas especiales.

La investigación incluyó un total de 840 estudiantes que mostraron un patrón de consumo muy claro. En la cafetería A –donde los productos estaban marcados– los estudiantes llegaron a dismunir su consumo de bebidas azucaradas en casi un 19%.

Por su parte, las cafeterías B y C también reportaron una disminución en la demanda de estos productos. No obstante, para ambas el monto apenas llegó a bajar un 5%.

Nuevas posibilidades se abren para el cuidado de la salud

Los investigadores notaron que elementos como los tés endulzados, la limonada rosada y la leche con chocolate fueron los más rechazados una vez se colocaron las etiquetas con advertencias. Según sospechan esta disminución brusca en el patrón normal de consumo de estas bebidas azucaradas podría deberse a que generalmente no se conoce bien el contenido de azúcar de estas.

Como consecuencia, una vez se exponen las consecuencias que trae su ingesta, más personas podrían arrepentirse de comprarlas. Esto por lo menos en comparación con otras bebidas endulzadas más conocidas por ser dañinas, como los refrescos.

“Estos resultados proporcionan evidencia para informar las estrategias institucionales futuras… y los esfuerzos legislativos para usar etiquetas de advertencia como un enfoque prometedor para el consumo de [bebidas azucaradas]”, concluyeron los investigadores.

En resumen, la nueva información ha demostrado que elementos tan sencillos como una etiqueta sí pueden colaborar con la disminución de la demanda de productos dañinos como las bebidas edulcoradas. Por lo que se puede usar el nuevo conocimiento para dar forma a nuevas políticas de salud que ayuden a disminuir y regular su consumo.

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