La nueva planta de clasificación, que empezará a funcionar el año que viene, convertirá al consorcio en el «motor de la economía circular»
Durante 40 años, toda la basura que llegaba mezclada a Cogersa -la Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos en Asturias- iba a parar al vertedero. Su modelo de gestión cambiará el año que viene cuando entre en funcionamiento la nueva planta de clasificación de residuos, cuyo fin es reducir al mínimo la cantidad de basura bruta. «Actualmente, nos llega una cantidad muy importante de bolsa negra, un 76%», apunta la gerente de Cogersa, Paz Orviz. Y esto tendrá que cambiar, en ello está la Unión Europea.
La infraestructura, cuya obra comenzó el pasado julio con una inversión de 58 millones, tendrá capacidad para tratar 340.000 toneladas al año. «La partida de basura que entre en nuestro centro de tratamiento de recursos ya no se va a llevar directamente al vertedero, sino que entrará en una gran planta industrial de 4.500 metros cuadrados construidos donde se tratará para, entre otras cosas, reducir al mínimo la basura que acaba en el vertedero, que no deja de ser un valle en el suelo que se ha ido llenando a lo largo de los años», lo define Paz Orviz. Los residuos se depositarán en unas cintas con el fin de ir pasando por una serie de separadores y de ópticos, todo automatizado, que irán retirando, por orden, los diferentes materiales, hierro, aluminio, vidrio, papel-cartón y materia orgánica, que se venderán para su aprovechamiento.
Además, la materia orgánica resultante da lugar a un material que se llama bioestabilizado, del que calculan obtener cerca de 30.000 toneladas al año.
El resto, una mezcla sin apenas materia orgánica, se aprovechará para obtener CSR, es decir, combustible sólido recuperado, que se destinará a procesos de valorización posteriores. «Esto se sumará a lo que se recicla en origen y todo volvería a salir de Cogersa para su venta, quedando tan solo una pequeña parte que acabará en el vertedero», resume Orviz.
Esto abre un nuevo abanico de posibilidades porque lo que se obtiene del material reciclado tendrá un valor que Cogersa podrá aprovechar sumando la participación de nuevos actores y la colaboración público-privada. «Una opción de futuro es comercializar el biogás del vertedero y de la planta de biometanización convertido en biometano, que es un gas natural 100% renovable, y así aprovechar este refuerzo y obtener un nuevo ingreso», avanza Paz Orviz, que explica que para ello se construirá una planta específicamente para el acondicionamiento de biogás para su compatibilidad con la red de gas. «Cogersa va a ser el auténtico motor de la economía circular», apunta.
El nuevo modelo de gestión también traerá consigo un aumento de la plantilla del consorcio. «Estimamos unos 70 empleos adicionales», confirma la gerente, quien también advierte de que se van a encarecer los gastos de explotación, pues no es lo mismo llevar un camión y bascularlo que pasarlo todo por una planta. La obra comenzó con un plazo de ejecución de 31 meses que, prevén, se va a acortar.
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