Esta semana en la Cámara baja se vivieron horas de tensión cuando Pichetto pidió quitar artículos que complicaban a los sindicatos. Menem tuvo que pedir disculpas por no haber estado presente al comienzo de una reunión clave que estuvo cerca de dinamitar la iniciativa que envió el Ejecutivo. La UCR se plantó con la reforma laboral e incluso hubo pedidos para no pasar la motosierra libertaria por dos organismos del área de Cultura. El enojo del bloque del PRO, que se retiró de la discusión durante varias horas al ver que La Libertad Avanza no había avanzado con los consensos. Los detalles de una discusión álgida.
Ezequiel Spillman
La nueva ley Bases parece estar atada con hilo. Al menos es la conclusión de los principales diputados que esta semana sellaron un precario acuerdo para tratar el proyecto el lunes en el recinto.
Es que el miércoles el Salón de Honor de la Cámara de Diputados se transformó en un escenario de batalla política: el oficialismo y cuatro bloques dialoguistas (PRO, UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal) se trenzaron en discusiones que duraron horas y que, por poco, podrían haber terminado dinamitando la iniciativa.
Las rencillas fueron variopintas: un artículo de la reforma laboral, Ganancias, y hasta temas vinculados a la cultura. Es más: por estas horas hay dudas sobre si algunas de las cuestiones discutidas podrían llegar al recinto y abrir una discusión con final incierto, como ocurrió con la primera ley Bases.
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El cónclave había sido convocado por el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, pero al comenzar brillaba por su ausencia. Solo la maniobrabilidad política de los bloques dialoguistas logró sostener el proyecto, con varias modificaciones.
Del oficialismo estaban el diputado de La Libertad Avanza Nicolás Mayoraz y, por la Casa Rosada, el asesor ejecutivo de la Jefatura de Gabinete, José Rolandi, quien concurrió con una colaboradora, a quien los legisladores apodaron “Taquígrafa” ya que solo tomaba notas de lo que se hablaba allí.
Artículo por artículo. El oficialismo aguarda que la ley sea aprobada por escaso margen.
En el comienzo del encuentro el bloque que comanda Miguel Ángel Pichetto dio el puntapié inicial. Estaban el cordobés Oscar Agost Carreño y Nicolás Massot por Zoom. “Nosotros no vamos a acompañar la ley si no se saca el artículo 98”.
Ese artículo del borrador que envió el Ejecutivo a Diputados establecía penas de seis meses a tres años de prisión a quienes bloqueen empresas. Los otros diputados lo interrumpieron: “¿Pero esa no es la posición solo de Pichetto?”.
“No, es la de todo el bloque”, respondió Agost Carreño. Cerca de él estaba, en silencio, Juan Manuel López, de la Coalición Cívica, una de las tres patas de la bancada.
En ese momento se propuso llamar a Pichetto para que compareciera en la reunión. “Estoy terminando una comida”, dijo. Estaba almorzando. Apareció un rato después. Los radicales, encabezados por Karina Banfi –vicepresidenta del bloque– y la mendocina Pamela Verasay, se enfurecieron: pidieron ser tenidos en cuenta a propósito de un proyecto de reforma laboral que habían presentado dos semanas atrás.
Massot y una diputada del PRO se trenzaron en una discusión por Ganancias
El debate tomó mayor temperatura. El jefe del bloque del PRO, Cristian Ritondo, junto a Diego Santilli y a Silvana Giudici, se levantaron y se retiraron del salón enfurecidos. En particular, porque la convocatoria fue dispar (había jefes de bloque, asesores parlamentarios, como el radical Alejandro Cacace, y legisladores de bancadas pequeñas todos mezclados).
“Menem no entiende el sistema, no participa y convoca a cualquiera”, se quejó ante PERFIL una fuente del PRO.
A todo esto, el oficialismo miraba en silencio. Menem se percató –con llamadas urgentes en el medio– de que debería haber sido parte del encuentro para evitar una ruptura final. Volvió al Salón de Honor y pidió disculpas por su ausencia. Ritondo hizo volver al PRO, tras amenazas de no acompañar, y logró que se retomara el debate.
Pero eso no fue todo: Massot comenzó a cuestionar el proyecto de Ganancias. Germana Figueroa Casas, tributarista rosarina del PRO, se trenzó en una discusión técnica sobre el tema.
A todo esto, Pamela Caletti, de Innovación Federal, también pedía modificaciones. E incluso Juan Brugge, del peronismo cordobés, en medio del debate, pidió no modificar ni una coma del Instituto del Teatro y el de la Música, y que no les pasara la motosierra libertaria. Giudici lo frenó rápidamente. “Entonces eliminemos Nodio (la Defensoría del Público) y el Fomeca (fondos discrecionales para medios)”, le respondió. El tema quedó en la nada.
La pelea del miércoles sorprendió: el martes había habido una cumbre con los gobernadores de Juntos por el Cambio donde participaron diputados de las tres bancadas que se referencian con ellos (UCR, PRO y Hacemos Coalición Federal). “Necesitamos que salga la ley”, fue la frase que más se repitió. Incluso en un momento Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, le pidió a su amigo Massot que acompañe, ante los múltiples cuestionamientos que venía planteando.
Ayer, con todo más calmo, los 37 diputados del bloque del PRO emitieron un comunicado en apoyo. “Estamos convencidos de que la ley Bases le va a dar al Gobierno las herramientas que necesita”.
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