La recuperación de la crisis económica tras la pandemia de la covid se ha convertido en una de las principales preocupaciones de todos los sectores. El CEO de The Coca-Cola Company, James Quincey, se ha unido a los máximos responsables de organizaciones como L'Oréal, la Fundación Ikea y el Foro Económico Mundial entre otras, en apoyo de la economía circular.
En una declaración publicada en el Financial Times Weekend,sus firmantes se comprometen a “una reconstrucción mejor” ("build back better", en su expresión en inglés) en la que los residuos no tengan cabida y se conviertan en recursos con los que fabricar nuevos productos. En esta publicación, se muestran partidarios de la eliminación del plástico innecesario, la reciclabilidad de todos los que se utilizan y de la innovación en materiales y nuevos modelos de negocio más sostenibles.
Coca-Cola se suma de este modo a las empresas que, ante la crisis provocada por el coronavirus, abogan por salir de ella dando paso a una "nueva realidad", en palabras del propio Quincey; una en la que la forma en la que trabajamos sea distinta y que dibuje un futuro en el que se impongan la flexibilidad, la resiliencia y las nuevas ideas. La economía circular crea oportunidades vitales para el crecimiento económico, la innovación y la creación de empleo, a la vez que aborda retos a escala mundial como el cambio climático y la contaminación del medio ambiente.
Construyendo un mundo sin residuos
La iniciativa global de Coca-Cola World Without Waste (Un Mundo Sin Residuos) ilustra la forma en la que una organización puede contribuir a la economía circular, pues incluye:
• Ecodiseño de los envases para que el 100% de las latas y botellas que comercializa la compañía sean reciclables a nivel mundial en 2025.
• Recogida y reciclaje del equivalente al 100% de los envases que The Coca-Cola Company ponga en el mercado para 2030.
• Trabajo conjunto con grupos de interés, ONG, administraciones, comunidades y otras empresas de la industria de la alimentación y las bebidas para reciclar y reutilizar.
Dentro de sus esfuerzos para luchar contra el cambio climático, Coca-Cola y sus socios embotelladores en todo el mundo han reducido la huella de carbono de las bebidas un 24% desde 2010; el objetivo es alcanzar el 25% en 2020. Además, la compañía implementará este año su plan de acción climática para 2030, que contempla metas adicionales para reducir su huella de carbono, así como nuevos programas para mejorar la resiliencia climática -su capacidad para soportar los efectos adversos del cambio climático- en toda su cadena de suministro
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