Por Antony Pinedo.

Coca-Cola Andina está impulsando su vertical fintech con una estrategia de digitalización de sus canales de distribución y pagos, generando data que abre oportunidades a la creación de productos más complejos como la colocación de créditos.  

La apuesta fintech surge de la necesidad de resolver problemas como el manejo de efectivo y la liquidación de pagos, responsabilidades que recaen en los transportistas encargados de llevar las gaseosas a las 260.000 micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) clientes de Coca-Cola Andina distribuidas en Paraguay, Chile, Argentina y Brasil (en los tres últimos países tiene licencia parcial para la producción y distribución). 

La empresa identificó que sus clientes avanzan en la adopción de billeteras digitales, pero que sus fondos son insuficientes porque aún hay presencia significativa de dinero físico. Por eso, en mayo presentó un POS (point of sales), una solución B2B2C (business to business to client) para ampliar la recaudación digital de pagos y generar fondos disponibles para facilitar la cobranza de la filial Andina.  

“Lo que buscamos es acercarle nuevas tecnologías a nuestros clientes para que puedan reducir el manejo de dinero efectivo y ayudarlo a reducir el riesgo y a mejorar la productividad en el punto de venta”, dice Nicolás Nazario, gerente de transformación digital de Coca-Cola Andina.    

Añade que una de las contingencias que buscan aminorar es el manejo de dinero en efectivo con los transportistas, en el caso de Andina o de cualquier otro CPG (empresa de productos de consumo inmediato, por sus siglas en inglés) con el cual el cliente interactúa. 

El POS está en fase piloto y tiene poco más de 200 clientes operativos en Argentina, pero se espera expandir la solución a los clientes de la empresa a medida de los resultados. Para su funcionamiento, Coca-Cola Andina se asoció con la fintech INI, especializada en provisión de POS, y con el banco Comafi.  

“Entendimos que la forma de esta digitalización es llegando hasta el consumidor final, hasta el inicio de la cadena de pagos”, complementa Alexander Saposnicof, propietario de producto de pagos digitales de Coca-Cola Andina, quien anota que este es el camino para ampliar la torta de dinero digital. 

Junto al POS, la empresa tiene disponible una aplicación corporativa, con la que los clientes pueden ingresar sus pedidos y pagar en efectivo o con tarjetas, incluso usando ambas en una misma operación. Además, en Argentina tienen una billetera digital disponible solo para sus clientes y que evalúan abrirla para que forme parte del sistema de pagos interoperables en el país.  

El uso de estos canales digitales significa un 30% de las ventas totales de la empresa. Este volumen de transferencias da información valiosa a la empresa que busca ponerla en valor. 

“La capacidad de recaudar dinero digital para nuestros clientes abre un mundo de oportunidades”, asegura Saposnicof. 

Créditos: el próximo lanzamiento de Coca-Cola Andina 

Desde Andina adelantan que tienen expectativas de ampliar el catálogo de productos y servicios a sus clientes, y que la colocación de créditos está en el radar.  

“Está dentro de la estrategia hacia adelante y, obviamente, también en función del crecimiento natural que suelen tener estos ecosistemas”, dice el propietario de producto.  

El año pasado, Kamay Ventures, el fondo corporativo de Coca-Cola y Arcor para América Latina, adelantó a iupana que estaban buscando startups que solucionen dolores en su cadena de distribución. El lanzamiento del POS de la mano con INI es resultado de este proyecto y la entrega de créditos iría por esta misma ruta. 

“Hemos buscado diferentes startups que nos traen propuestas innovadoras e interesantes al ecosistema de pagos. […] Hay otras que van a surgir después en los próximos meses que se van a enterar, pero INI básicamente viene de la mano de Kamay Ventures”, revela Nazario. 

Otras empresas de consumo masivo que han dispuesto fondos de inversión a startups que contribuyan en sus procesos son Bimbo y Femsa que también han financiado iniciativas fintechs en sus ecosistemas.   

Saposnicof adelanta que la evolución de su vertical financiera “es muy parecida a lo que han ido haciendo otras fintech”, partiendo desde los pagos hacia productos más robustos. 

De bolsa plástica a manejo de data financiera 

Coca-Cola Andina llega de 1 a 1,2 veces por semana a sus 260.000 clientes. Los pedidos, los pagos y la frecuencia de visitas generan información para la empresa que se carga a través de estos canales digitales. Esta será puesta en valor para sumar en los objetivos corporativos.  

“Nosotros no éramos capaces de identificar cómo nos pagaban nuestros clientes, pero hoy, con estas herramientas de pago digitales, podemos acceder a mucha información en tiempo real, lo que nos permite conocer a nuestros clientes, cuánto nos compran y en qué momento”, anota Saposnicof.   

Además, la información también sirve para las operaciones logísticas, pues la empresa puede medir volúmenes de producción o rutas de distribución.  

Estos beneficios convergen en la eficiencia de la empresa, lo que anima al directorio a financiar la vertical fintech, pese a no ser su core de negocio.    

“Cuando mostramos las ventajas, las oportunidades para el sistema, para los clientes, para los consumidores, para Andina también a nivel de productividad, eficiencia, reducción de manejo de dinero en efectivo, claramente hay un apoyo interesante del equipo directivo”, concluye Nazario.