La incorporación de tecnologías disruptivas le ha permitido crecer seis veces en facturación este año.
Coca-Cola Andina trabaja hace un par de años en la transformación de sus procesos. A partir de 2019 puso en marcha una agenda digital que considera la incorporación de tecnologías de automatización y gestión de la información que les permitieron dar continuidad a la operación en pandemia. “El 2020 internamente lo denominamos ´el año de la bisagra digital´, porque se produjo un quiebre de 90° en el modelo que veníamos trabajando con la irrupción de todas las nuevas tecnologías”, dice el gerente corporativo de Tecnología de Coca-Cola Andina, Martín Idígoras.
Crearon un equipo digital de 100 personas provenientes de distintas divisiones de la embotelladora y otros nuevos, quienes pasaron por procesos de inducción, capacitación y evaluación de habilidades para levantar los proyectos de transformación. Uno de los principales cambios fue un uso distinto de la información. Mediante una alianza estratégica con Amazon Web Services (AWS) y su servicio de Big data en la nube, convirtieron “la información en un nuevo producto de valor de la compañía”, afirma Idígoras.
Para ello, desarrollaron una plataforma B2B para autogestión de pedidos con un algoritmo de inteligencia artificial que atiende y sugiere pedidos a los almaceneros, basándose en compras anteriores y de otros clientes similares y en variables como temperatura.
Esto permite, por ejemplo, “proyectar el nivel de ventas apuntando a maximizar la billetera del almacenero y evitar que se quede sin stock”. También habilitaron un e-commerce B2C (al consumidor final) que aceleró su plan de crecimiento en casi tres años, producto de la transformación digital, la pandemia y el paso de los consumidores al digital, aumentando seis veces la facturación de la empresa respecto de 2019 y multiplicando 10 veces la rentabilidad del canal, afirma Idígoras.
Procesos internos Además robotizaron la ejecución de tareas que antes se realizaban con personas, en temas administrativos, financieros y contables y desde hace poco en procesos productivos e industriales. “Sumamos cerca de 50 robots de procesamiento automático para mejorar la planificación, reducir mermas y generar procesos de reconocimiento de imágenes para la preparación de las órdenes de los clientes”, señala Idígoras. Añade que este paso, les ha permitido “reenfocar los recursos humanos de estas áreas en el desarrollo de los proyectos de transformación”.
Para la incorporación de tecnología, la compañía cuenta con un modelo de inversión Capex, de gasto de capital. Un 20% de la inversión digital se destina a innovación en consumidores, 10% a data y analítica, 10% a clientes y 60 % digitalización de procesos. El próximo paso, señala el ejecutivo, es profundizar la transformación.
“Una vez que se instalan las bases y se generan los primeros productos concretos que facilitan la innovación, lo que sigue es profundizar todo lo aprendido”. Adelanta que incorporarán herramientas como billeteras digitales, por ejemplo, para añadir medios de pago al e-commerce.
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