Intentos por evitar mayor fragmentación entre las ramas cercanas al radicalismo, al kirchnerismo y al massismo.
El radicalismo no sería el radicalismo si no tuviesedivisiones internas. Y de cara a las elecciones del año próximo en la UCR conviven por ahora los defensores de UNEN, los pro macristas, los massistas y también los que coquetean con el kirchnerismo. Ante esa situación, la conducción nacional decidió alinear a la tropa, sobre todo a los candidatos a gobernadores que se entusiasman con llegar al poder en sus provincias.
En ese marco, Ernesto Sanz y Julio Cobos se reunieron el martes último en el Hotel Savoycon una decena de dirigentes que aspiran a la gobernación. Allí se plasmó sin vueltas lo que es una realidad: en sus distritos todos negocian con dirigentes del macrismo y del peronismo disidente (generalmente alineados con Sergio Massa). En su mayoría, son dirigentes que polarizan con el gobernante local, o que están posicionados como los que más chances tienen de derrotarlos. Representan a las provincias de Jujuy, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Chaco, Misiones, Santa Fe, La Pampa, Santa Cruz, Tierra del Fuego y la Capital (estuvo Martín Lousteau). Ya vienen dialogando para trabajar como bloque y evitar posibles extorsiones de los otros sectores. Ahora, Sanz y Cobos pretenden que este grupo de dirigentes fortalezcan sus postulaciones presidenciales. “La idea es conjugar lo nacional y lo federal”, esgrimió uno de los presentes. “Pueden pasar muchas cosas, el escenario es volátil”, advirtió.
El problema, sin embargo, surge en las provincias donde no hay un liderazgo definido, destacándose Córdoba y Mendoza, entre otras. En la primera, generó mucho ruido interno la victoria en Marcos Juárez en alianza con el PRO, donde estuvieron festejando Oscar Aguad y el intendente de Río Cuarto, Juan Jure, quienes vienen impulsando un acercamiento con el macrismo.
El lunes, Ramón Mestre armó una reunión donde estaban los principales dirigentes del radicalismo cordobés, incluyendo a Aguad y Jure. Allí resolvieron fortalecer a la UCR y dejar de hablar de terceros por un tiempo. “Mi límite es (Luis) Juez”, aseveró allí Mestre en referencia a uno de los socios de UNEN a nivel nacional, con quien viene manteniendo un duro enfrentamiento mediático. Hay cuatro dirigentes que sueñan con ser candidatos a la gobernación, número idéntico al de Mendoza. Allí, Alfredo Cornejo también planteó públicamente la necesidad de acercarse a Macri.
En la provincia de Buenos Aires siguen las dificultades. No hay un dirigente que asome como candidato a gobernador con peso propio. Y mientras tanto los radicales Gustavo Posse (San Isidro) y Mario Meoni (Junín), ya desde las filas del Frente Renovador de Massa, operan para conseguir nuevos pases. El kirchnerismo también sigue siendo atractivo para algunos radicales. En las filas internas nadie duda en identificar al histórico Leopoldo Moreau en ese grupo, y más aún esta semana cuando el diputado Eduardo Santín (de su espacio) votó a favor de la ley de pago soberano de la deuda. Muchos miran con atención también a Nito Artaza, quien en el Senado votó junto al bloque, pero al día siguiente fue al programa 678 y dijo que lo hizo por disciplina partidaria y que si el proyecto hubiera corrido riesgos votaba a favor. El año próximo se vence su mandato como senador por Corrientes, y su pelea con el gobernador Ricardo Colombi lo obliga a buscar nuevos horizontes.
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