Cliba, la empresa a cargo de una parte de la recolección de residuos de la ciudad, envió este miércoles una carta documento al municipio para rescindir el contrato, que todavía no fue recibida por el Ejecutivo local.
El motivo que aducen, e incluso explican en la solicitada que publican en la página siguiente de este diario, es “la excesiva mora en los pagos por parte de la Municipalidad de Santa Fe ha generado una deuda superior a 306 millones de pesos, correspondiente a servicios impagos desde el mes de febrero”. De todos modos, se ponen a disposición para encarar una “transición ordenada”.
Desde este miércoles, día en que la firma notificó al gobierno local su decisión, deberá seguir realizando la recolección por otros 120 días, lo que garantiza la prestación del servicio hasta al menos abril de 2020 inclusive.
Al menos es lo que establece la ordenanza 10.035 del año 1996 que aprobó el pliego de bases y condiciones de la última licitación que se realizó para concesionar el servicio de recolección. Establece que “en todos los casos de extinción anticipada del contrato, la contratista estará obligada a continuar la prestación de los servicios por un plazo de 120 días” (Cap. VI, art. 44).
Antes de que venza el plazo de concesión otorgado en 1996, en el año 2008 el Concejo Municipal sancionó la ordenanza 11.549 que aprobó los nuevos pliegos y dispuso que el Ejecutivo realice el llamado a licitación, el cual nunca se concretó. Es por esto que todas las concesiones precarias que se realizaron a lo largo de estos 11 años, se ataron a lo que rige en la ordenanza del ‘96.
A principios de septiembre, autoridades de la empresa de recolección de residuos se reunieron con el intendente José Corral y parte de su gabinete y le informaron la intención de rescindir el contrato y comenzar las actividades tendientes a finalizar sus prestaciones en la ciudad, en caso de que no se salde la deuda. Lo mismo transmitieron a Emilio Jatón, el intendente electo.
Como todavía no recibió la carta documento, el intendente Corral prefirió no hacer declaraciones. Días atrás, explicaba a este diario que “no están dadas las condiciones para que Cliba rescinda el contrato, porque el pliego establece que la deuda debe ser de 3 meses completos, y eso no está ocurriendo, por lo que no hay causal para la rescisión”. Respecto a esto, la empresa sostiene que son 8 meses los que se le adeudan. De todas formas, en el gobierno municipal admiten que “no estamos al día, como nos gustaría, pero tomamos el compromiso de reducir la deuda en la medida en que Provincia nos envíe los fondos que nos retiene y que nos corresponden legítimamente”.
Puertas adentro
Por su parte, Cliba explicó que los pagos parciales que recibió de parte de la Municipalidad en este tiempo (entre fines de agosto y principios de septiembre pagó 11 millones de pesos), en ocasiones solo alcanzaron para cubrir los costos de mano de obra del personal. Y aclaró que un servicio como este tiene muchos costos operativos diarios que afrontar para garantizar la prestación de los servicios: combustible, seguros, cargas sociales, mantenimiento mecánico de equipos, entre muchos otros.
Agregó que la persistente deuda que mantiene el municipio la llevó a una situación de endeudamiento para poder garantizarle la prestación del servicio a los vecinos, y que “lamentablemente en el actual contexto económico financiero del país, resulta imposible para la empresa continuar trabajando en estas condiciones. No hay actividad que pueda brindarse de manera sustentable con semejante nivel de deuda por atraso en los pagos”.
La situación obligará a las partes a encarar una transición que garantice la prestación de un servicio esencial para la ciudadanía.
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