Pedro Sánchez constató este lunes que cuenta con muy poco margen de maniobra, luego de que Ciudadanos amenazara con romper el pacto con el que pretende llegar al gobierno de España si se mueve de lo acordado sobre el veto al referéndum catalán.
El aviso puede resultar una obviedad, puesto que Ciudadanos es un partido que nació en Cataluña como respuesta al independentismo y está en contra de cualquier diálogo con el gobierno catalán secesionista, que amenaza con romper con España.
Sin embargo, se trata de todo un llamado de atención frente a los movimientos de Sánchez, quien busca salir del estancamiento en el que se encuentra después de haber fracasado en su intento de ser elegido presidente del gobierno al no lograr sumar más apoyos que los votos insuficientes del partido del liberal Albert Rivera en las dos votaciones de investidura celebradas en la primera semana de marzo.
Y el secretario general del Partido Socialista (PSOE) se reunirá este martes en Barcelona con el presidente del gobierno catalán, Carles Puigdemont, para analizar la actual situación política española y catalana.
Es por ello que el secretario de Comunicación de Ciudadanos, Fernando de Páramo, le recordó que en su reunión "no puede saltarse la legalidad", y por lo tanto, no puede hablar de un referéndum o de romper con la unidad de España.
"Si Sánchez se sale de ese acuerdo y condiciones, Ciudadanos se levantará de la mesa, como ya habíamos dicho", amenazó de Páramo.
Desde el PSOE afirman que la intención de Sánchez es disuadir a Puigdemont de sus intenciones de avanzar hacia la secesión, aunque la única forma en la que podría hacerlo es a través del ofrecimiento de un referéndum.
El PSOE rechaza por completo esta posibilidad y Sánchez se manifestó en reiteradas ocasiones en ese sentido, pero la sola posibilidad de que se hable del asunto o se negocie algún tipo de apoyo de los independentistas puso en alerta a Ciudadanos.
Los liberales saben perfectamente que la preferencia de Sánchez es que la fuerza de izquierda Podemos se sume al acuerdo con Ciudadanos o lograr que se abstenga para permitir su investidura antes del 2 de mayo, fecha límite para formar gobierno antes de que automáticamente se convoquen nuevas elecciones.
Y para Podemos y sus aliados de Cataluña la celebración de un referéndum es condición para el acuerdo, aunque en las últimas semanas este asunto había quedado en un segundo plano y su negativa a respaldar a Sánchez se basó en el rechazo a las medidas económicas y sociales pactadas con Ciudadanos.
Por otro lado, el hipotético gobierno de izquierda alternativo al pacto entre el PSOE y Ciudadanos, que sigue sobre la mesa, requeriría de la abstención de los independentistas.
Sánchez insiste en que no buscará la ayuda de los secesionistas catalanes, pero igualmente presentará su programa de investidura a Puigdemont, quien por su parte afirma que sólo dará su aval si el socialista acepta el referéndum.
El de este martes será el primer encuentro cara a cara entre Sánchez y Puigdemont desde que el líder independentista asumió al frente del gobierno catalán y prometió cumplir con el plan de su antecesor, Artur Mas, de llevar a Cataluña hacia la secesión en 18 meses.
El dirigente socialista dice que su objetivo es recuperar el diálogo con Cataluña que rompió el presidente del gobierno en funciones, el conservador Mariano Rajoy.
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