La relación entre los damnificados por la inundación y el Ejecutivo Municipal se torna cada vez más áspera. Los representantes de los barrios pregonan manifestaciones pacíficas pero reconocen el poco control que tienen sobre los vecinos que, hartos del destrato, volvieron a realizar diferentes cortes en los puentes de la ciudad generando caos y descontentos. El reclamo sigue siendo el mismo: los subsidios prometidos, o más aún, las promesas incumplidas.
Ni los 40 grados de sensación térmica que ayer soportó la ciudad pudo con la indignación de las familias afectadas por la inundación de diciembre pasado , que todavía esperan certezas sobre el subsidio prometido por la Municipalidad.
El panorama cambió, pero de manera negativa. Y ahora la bronca es por partida doble. Por un lado, los manifestantes que cortaron los puentes que dividen a la ciudad en dos , a quienes los funcionarios municipales les habían prometido formalmente empezar a abonar la ayuda económica tomando los censos como base. Y por otra parte, los vecinos que no participaron de esos cortes y gestionaron su turno por internet, través del sitio del Municipio y consiguieron turno recién para mediados de junio . Cómo si esto fuera poco, comenzaron a aparecer en escena los vecinos que no sufrieron la inundación, pero si se ven afectados por los cortes , ellos también empiezan a pedirles soluciones a un Municipio que nunca supo llegar antes.
Muy lejos de las soluciones, numerosas familias de distintos barrios están analizando los pasos a seguir, mientras mañana se realizará la sesión de Concejo Deliberante, donde seguramente surgirán varios títulos. “Queremos que toda la ciudadanía nos acompañe al Concejo para que se escuche nuestra voz, es importantísimo que estemos todos ahí” reconocía una de las representantes durante el corte de Florencio Sanchez.
En un primer momento se pidió a los vecinos que padecieron la inundación tramitar un certificado en la sede de Defensa Civil, aunque por la incompleta información ofrecida por el Municipio muchos lo hicieron en el Cuartel del Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios: “ellos tuvieron buena voluntad en la inmediatez pero ese certificado no sirve” reconoció el funcionario Lucas Marino Aguirre en conferencia de prensa .
Lo que siguió fueron horas y horas bajo la lluvia para tramitar un certificado en Defensa Civil que en un principio tenía validez, después dejo de tenerla y ahora nadie sabe a ciencia cierta si la tiene o no o que decidirá el Municipio en las próximas horas.
Luego, en el marco de una manifestación desarrollada en las puertas de la Municipalidad, los funcionarios firmaron un Acta Acuerdo para la entrega de subsidios a los afectados. Con ese fin, se puso en marcha un dispositivo de asistentes sociales que efectuaron censos en los barrios José Hernández, Jorge Newbery, Jhon Kennedy, Manuel Belgrano, 512 Viviendas, 27 de Noviembre, 9 de Julio, Martín de Güemes, Maiztegui, Cueto, Centenario y Trocha. Ese registro pareciera que tampoco tenía el valor suficiente , porque a los pocos días, el Ejecutivo emitió un listado donde figuraban las personas autorizadas a percibir la ayuda financiera. Esa nómina grotesca porque aparecieron personas que no se inundaron y hasta vecinos fallecidos.
Un listado hecho a los apurones y no revisado por nadie. ¿Por cuantas manos pasó hasta que PRIMERA PLANA se dio cuenta que figuraba el exintendente Héctor “Cachi” Gutierrez? Un listado por el que aproximadamente cobraron unas 1.000 personas que no debían hacerlo, que de corresponderles el mínimo de $5.000, significaría un mal uso de fondos públicos que rondaría los $5.000.000 sólo por “hacerlo rápido” .
A la desorganización, falta de sentido común y negligencia del Ejecutivo Municipal en cada uno de los procedimientos vinculados con la ayuda a los inundados, se le suma la falta de respuesta “cara a cara” del intendente municipal, Javier Martínez con los vecinos. El jefe comunal no atendió a los vecinos en los últimos días y esa es otra de las demandas más firmes .
La ausencia de tacto político, combinada con la deficiente planificación, mala comunicación y criterio equivocado, son aspectos altamente negativos de esta historia que parece no encontrar final a casi 60 días de la inundación más graves de los últimos 20 años.
El saldo fue unos 3.500 evacuados y más de 13.800 vecinos afectados, en 240 manzanas, de 17 barrios. Las cifras por si mismas son escalofriantes como para que una mínima ayuda o un subsidio insuficiente resulte tan difícil de obtener.
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