El empresariado entró al lanzamiento del think tank libertario por la cochera. Zulemita y Elsztain, en la fila. El millón de dólares del Gordo Dan y el ministro que se coló.
Por Pablo Lapuente
La previa del lanzamiento de Fundación Faro, la primera usina de pensamiento que agita el libertario Agustín Laje, dejó en evidencia algunos de los círculos de confianza política de Javier Milei y el respaldo de parte del Círculo Rojo a su proyecto de gobierno, de cara a los comicios de medio término. Uno de los objetivos principales del acto fue la recaudación de fondos.
La mayoría del empresariado puso la plata, con un cubierto cuya organización no quiso revelar su valor, pero evitó exponer su cara en la antesala del evento, ya que ingresó al exclusivo Yacht Club Puerto Madero en vehículos con vidrios polarizados en medio de un impresionante operativo de seguridad.
Al evento recaudatorio, puntapié financiero de la campaña 2025 de La Libertad Avanza, asistió el Presidente como invitado especial, junto a su hermana, la secretaria General Karina Milei, y una parte relevante del gabinete libertario como el influyente asesor Santiago Caputo y el vocero Manuel Adorni.
El blindaje de seguridad de la cena de Javier Milei
En línea con el bajo perfil que intentaron impregnar en las invitaciones al acto - los comensales se enteraron con pocas horas de anticipación, recién a través de un correo electrónico, la ubicación del hotel al que debían ir-, la seguridad presidencial montó un fuerte operativo en los alrededores del coqueto edificio ubicado en el corazón de Puerto Madero.
Las vallas metálicas, los agentes de Casa Militar y Policía Federal, junto a los empresarios que apenas se mostraron detrás de los vidrios polarizados de distintos autos de alta gama le dieron forma a una de las postales de la noche. Según pudo saber Letra P, el salón principal en el que habló el Jefe de Estado y el impulsor de Fundación Faro estuvo colmado por unos 400 invitados, entre magnates de las finanzas, la energía y la construcción, hasta funcionarios de primera y tercera línea.
Detrás de todo esto no no sólo estuvo el lanzamiento de una escuela de formación de cuadros técnicos libertarios, y posibles candidatos en 2025: también, y tal vez más importante, fue un acto para recaudar fondos. Quizá es por eso que los numerosos hombres de negocios prefirieron mantenerse en el anonimato, con excepción de Eduardo Elsztain, uno de los integrantes del Círculo Rojo más cercanos a los Milei, que ingresó caminando acompañado de una sola persona.
Elsztain es el dueño del hotel Libertador en el que Milei se alojó durante largas semanas durante la campaña electoral y una vez que asumió, antes de mudarse a la Quinta de Olivos. Además, fue el anfitrión del primer mandatario en hotel Llao Llao a mediados de abril, cuando el Presidente fue a exponer ante un foro empresarial.
Un acto con reminiscencias menemista
Perdidos en una fila de unos 20 metros de extensión sobre la calle Victoria Ocampo, casi Olga Cossentini, se mostraron durante largos minutos Zulemita Menem y Rodolfo D'Onofrio. La pareja llegó de la mano minutos después de las 20 y se mostró sonriente en todo momento, pese a que no dieron declaraciones a la prensa, a tono con buena parte de los demás invitados.
La hija del expresidente justicialista y el extitular del Club River Plate son figuras habituales en el ecosistema libertario. De hecho, ambos estuvieron en la Casa Rosada a mediados de mayo, en el acto de colocación del busto de Carlos Menem, poco después de que la secretaria General de la Presidencia decidiera rebautizar el Salón de las Mujeres por Salón de los Próceres. Allí, El Jefe, como Milei denomina a su hermana, colocó un cuadro del riojano, el único de los peronistas digno del bronce para la cúpula libertaria.
El trollcenter, presente
Pese a que había una profunda reserva respecto a cuánto costó el ingreso al coqueto club - se mencionó que la inversión para tener una silla ascendía 25 mil dólares por cabeza - sólo uno de los invitados se animó a tirar una cifra. "Pagué un millón de dólares por mi cubierto y el de ellos dos", lanzó, en tono irónico, Daniel Parisini, más conocido como Gordo Dan. El influyente tuitero y conductor de La Misa estaba escoltado por Agustín Romo, el diputado provincial que se mueve bajo el amparo karinista, y Lucas Luna, el director de Intercargo que está al frente de la redacción de las Epístolas del Cielo, el manual doctrinario libertario revelado por Letra P.
Este trío llegó en el horario previsto, y se cruzó en la larga fila, que comenzó a formarse cerca de las 20, con algunos funcionarios que también deambulan con regularidad por Balcarce 50, sobre todo en el Salón Martín Fierro. Compartieron algunos abrazos y apretones de mano con María Ibarzábal, la tímida secretaria de Planeamiento Estratégico que apadrina Caputo, y José Rolandi, el vicejefe de Gabinete que comenzó a tomar protagonismo en las negociaciones con la oposición.
Casi en paralelo a esta espera, ingresó por la entrada principal en un modesto Peugeot azul, chocado incluso en uno de sus laterales, Santiago Caputo. La mano derecha de los hermanos Milei estaba acompañado de Sebastián Amerio, su amigo personal y secretario de Justicia. La lista de otros presentes se completó con Mario Lugones, el único de los funcionarios que se coló en la fila, Franco Mogetta, Alejandro Álvarez, Demian Reidel, notablemente apurado, ingresó casi a las 21, colocándose en su muñeca un reloj, mientras pronunciaba su nombre para la acreditación de ingreso.
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