• Marcelo Gallardo
"Este equipo tiene convicción y sabe lo que quiere". El entrenador de River explicó con 9 palabras la concepción y el sentido de su equipo. Llegó para suceder nada menos que a Ramón Díaz, que se fue tras ser campeón. Empató el primer partido (1-1 vs Gimnasia LP), en el que no tuvo circuitos de creación de juego, y advirtió que debía cambiar: para la segunda modificó el medio con Kranevitter y Rojas por Ponzio y Ferreyra. Adelante, Mora y Teo Gutiérrez entraron por Driussi y Boyé. Había encontrado el 11 ideal.
El "Muñeco", consagrado como jugador, volvió al club que lo formó con la obligación de probar su capacidad como técnico. No tuvo disponibilidad económica para reforzar al equipo. Se conformó con Leonardo Pisculichi y Julio Chiarini y dio el visto bueno para el regreso del exiliado Rodrigo Mora. Convenció al equipo de su creencia futbolística: presión y compromiso con la marca y el ataque. Todos marcan, todos recuperan, todos corren, todos atacan. Todos ganan.
Hoy, el entrenador trabaja para aislar al equipo del clima triunfalista. Es el principal enemigo a vencer junto con el poco recambio que tiene para afrontar una agenda cargada que puede afectar la buena forma física de algunos jugadores.
• El estilo
Un 4-3-1-2 que nace a partir de la solidez defensiva, el despliegue-repliegue constante de los laterales, un enganche que juega a un toque pero también recupera y dos delanteros con alto grado de efectividad.
El equipo acumula 13 victorias consecutivas, con 18 goles a favor y 2 en contra. Teo Gutiérrez es el goleador del equipo y del torneo con 7 tantos. El colombiano lleva 9 partidos consecutivos marcando y está a 3 del récord de Bernabé Ferreyra (una racha de 12 encuentros en serie con goles en el año 1932).
• Compromiso grupal
Es la principal virtud del equipo. El fútbol que nace a partir de la presión, del ahogo al rival cuando tiene la pelota. River sólo se siente cómodo con la pelota en los pies y así lo conciben todos. Los 11 que están en cancha se hacen responsables del objetivo de recuperar la tenencia y, a partir de ahí, se despliegan en posición de ataque.
• El resultado colectivo a partir del máximo nivel individual
En River no hay una figura. Comenzó el año lamentando las idas de Cristian Ledesma, Manuel Lanzini y Carlos Carbonero, además de la lesión de su emblema, Fernando Cavenaghi. Marcelo Gallardo logró sin embargo que cada uno de los que tenía a disposición se creyera el mejor. Barovero dice presente toda vez que le toca, en la defensa se destaca la solvencia de los centrales Maidana y Funes Mori, en el medio Kranevitter es el director de la orquesta, pero ayer Ponzio entró por la lesión del "Colo" y dio la talla. A los costados, Sánchez y Rojas son incansables. El uruguayo recuperó su nivel, abre la cancha y tiene 3 goles en siete partidos. El ex Godoy Cruz ensancha el campo por la izquierda y ayer convirtió su primer gol (golazo) en River.
Si Kranevitter es el cerebro, Pisculichi es el ejecutor. Leo juega y hace jugar, llega al gol y también, como todos, marca. Tiene tres goles en el torneo. Arriba la dupla letal: Teo y Mora. 11 goles entre los dos. Intratables.
• La CD
La comisión encabezada por Rodolfo D'Onofrio merece el reconocimiento a la luz de los resultados. Tomó un club arrasado por la gestión de Daniel Passarella y volvió a recuperar la confianza a partir de un mandato responsable. Heredaron además a Ramón Díaz y lo sostuvieron en el cargo pese a que la intención, desde el comienzo, fue contratar a Marcelo Gallardo. El riojano los sacó campeón y, aún así, se negaron a "hipotecar" al club con sus pedidos, lo que provocó el portazo del DT más ganador de su historia. Los dirigentes soportaron los embates de la opinión y le hicieron contrato al "Muñeco", quien supo adaptarse a la economía de guerra. El resultado de la unión está a la vista.
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