El escrutinio definitivo confirmó que habrá cinco boletas con candidatos a intendente en el cuarto oscuro del 25 de octubre. Todos tienen un perfil bien marcado. Guía rápida para elegir a tu candidato.
El escrutinio definitivo realizado por la Junta Electoral en General Pueyrredon dejó otro aspirante a la Intendencia en el camino. Finalmente, de los 18 precandidatos que compitieron el 9 de agosto solo 5 “sobrevivieron” al filtro de las Paso y podrán presentarse el 25 de octubre.
Todos forman parte de fuerzas que además llevarán candidatos a gobernador y presidente, lo que deja en evidencia algo que se repitió hasta el cansancio a lo largo de este año: en 2015 no solo cargos ejecutivos y legislativos, se define un modelo de país.
Sin el delegado regional del Pami, Fernando Alí, en competencia, el actual intendente Gustavo Pulti (Frente Marplatense) es el candidato que representa al modelo kirchnerista en la oferta electoral marplatense. A algunos les gusta más, a otros menos, pero la nómina del Frente Marplatense es la única que tiene expresiones del peronismo y el kirchnerismo de la ciudad.
Pulti fue fortaleciendo su vínculo con el kirchnerismo año a año. En 2007 llegó a la Intendencia como un candidato vecinalista y en las dos elecciones siguientes la boleta de Acción Marplatense estuvo adherida a la de los candidatos K. En este 2015, con la decisión de crear el Frente Marplatense y que en las Paso no hubiera otra lista dentro del kirchnerismo, Pulti terminó de consolidar su incorporación al modelo que conduce Cristina Kirchner.
No es un dirigente alineado desde la hora cero y eso provoca que muchos lo acepten a regañadientes. Eso es tan cierto, como que no se trata de un caso inédito en el mundo K: Daniel Scioli despertaba (despierta) los mismos recelos en los más ortodoxos y fue ungido como el candidato único del espacio.
Alí, marginado por las autoridades partidarias de la chance de competir dentro del espacio, optó por una patriada y se lanzó con una boleta única de su partido MAR. La aventura duró poco: este miércoles el escrutinio definitivo rectificó los datos arrojados por el provisorio y confirmó que el funcionario del Pami no alcanzó el 1,5% de los votos que demanda la ley.
De esta forma, ante el escenario de polarización que se presenta tanto a nivel local como nacional, los peronistas y kirchneristas tienen al actual jefe comunal como única opción. Además de ellos, el intendente buscará captar votos en sectores en los que el modelo en general y su gestión en particular se hacen fuertes. También hay otros votantes que buscan captar en el Frente Marplatense: aquellos que creen que Arroyo como intendente sería un retroceso para Mar del Plata y aunque no se consideran pultistas lo prefieren al actual jefe comunal en el poder.
Carlos Arroyo (Cambiemos) acredita en su trayectoria pasos por variadas fuerzas políticas. En General Pueyrredon se recuerda su acompañamiento como funcionario de Mario Russak (tanto en la dictadura cívico militar como en su período democrático), pero también formó parte del Partido Popular por la Reconstrucción de Gustavo Breide Obeid y en 2007 se postuló como candidato a intendente del Paufe, fuerza liderada por el exsubcomisario Luis Patti. Dos años más tarde, ingresó al Concejo Deliberante de la mano del partido de Adolfo Rodríguez Saá.
Lo cierto es que más allá de las referencias y su simpatía política, Arroyo siempre fue una figura política singular. En todos los sentidos de la palabra. Primero, por sus particularidades. Y luego porque todo lo que logró se gestó alrededor de él solo. De hecho, en 2013 renovó su banca con su partido vecinal Agrupación Atlántica.
En 2015 sus ganas de ser intendente lo llevaron a buscar una referencia nacional. De la mano de Emiliano Giri llegó a Cambiemos y, tal vez como nunca antes (seguramente porque nunca antes había elegido un candidato que midiera en las encuestas), la suerte del exZorro Gris se ancló en buena medida a la de sus candidatos superiores: Mauricio Macri y María Eugenia Vidal.
A diferencia de la estrategia que eligió su rival en las Paso, Vilma Baragiola, que buscó los guiños de todos los dirigentes de Cambiemos, Arroyo siempre trató de posicionarse como el candidato de Macri en General Pueyrredon. De esta forma, a los votos que siempre tuvo por su propia figura le sumó los de aquellos que simpatizan con el jefe de Gobierno porteño. De hecho, Arroyo se mostró proclive a replicar el modelo de la Ciudad de Buenos Aires en Mar del Plata. Repartió elogios a varios de los proyectos que se impulsaron en la capital, se apropió de los equipos técnicos del Pro y se mostró expectante por la posibilidad de “importarlos” a General Pueyrredon.
Con esas armas, el líder de la Agrupación Atlántica se convirtió en el candidato más votado el 9 de agosto en General Pueyrredon. La gran incógnita para el 25 de octubre es saber cuántos de los votos que sumó Baragiola podrá capitalizar Arroyo. Si sumara el 100% de ellos, sin duda sería intendente a partir del 10 de diciembre. Sin embargo, esa alianza entre radicales y macristas no es tan lineal.
Desde un principio, muchos radicales no se mostraron de acuerdo con Cambiemos. Pero una cosa es votar a una radical dentro de esa alianza y otra distinta es elegir a Arroyo, cuya ideología está alejada de los principios radicales. Néstor Saggese, histórico dirigente del partido, fue categórico en las últimas horas en su rechazo acerca de que la UCR apoye al candidato de Cambiemos.
También es cierto que muchos radicales tienen un fuerte enfrentamiento con el actual intendente y, aunque no les guste demasiado, podrían darle su voto a Arroyo ante la posibilidad concreta de desbancar a Pulti de la Intendencia. El exdirector de Tránsito sabe eso y por tal motivo no se mostró desesperado por sumar a los radicales a su esquema.
Con todo, el electorado de Arroyo no solo se nutre de los adherentes al macrismo y a Cambiemos. Más allá de los apoyos que pueda cosechar de aquí a octubre (en las últimas horas el partido de Rodríguez Saá resolvió acompañarlo), su figura suma votantes independientes que no necesariamente apoyan al macrismo.
Lucas Fiorini aparece como el tercero en discordia. Arrancó tarde la carrera electoral (su precandidatura se resolvió a último momento) y por eso en las Paso su suerte quedó muy atada a la de Sergio Massa. De hecho, el líder del Frente Renovador sacó más de 15 puntos en la ciudad y los dos precandidatos del espacio sumaron poco más del 8%. A pesar de eso, les alcanzó para ser los únicos con aspiraciones reales de meterse en la lucha por incorporar concejales.
En el entorno de Fiorini se muestran optimistas de mejorar la performance de agosto. “En agosto no nos mostramos demasiado porque dependíamos de Massa, pero para octubre vamos a tener mucha más presencia”, anticiparon. A su vez, tras una interna bastante tensa, lograron cerrar filas con la lista de Álvaro Fanproyen y se espera un trabajo en conjunto.
No todo es color de rosa en el horizonte del referente de la Universidad Católica. Su relación con los integrantes del bloque no es la mejor. Cristian Azcona, jefe de la bancada de concejales massistas, dijo en las últimas horas que el candidato a intendente los “desplazó.
No obstante, Fiorini está dispuesto a disputarle votos, fundamentalmente, al electorado de Arroyo. El actual concejal repite cada vez que tiene un micrófono delante que su espacio es el único que plantea un modelo de ciudad real, que se diferencia del de la actual gestión.
Luego aparece Pablo Farías (Progresistas). Si bien desde el Socialismo aseguran que la situación no está resuelta (hasta el 5 de septiembre hay tiempo de que se ordene abrir urnas y confían en que eso ocurrirá) el escrutinio definitivo dio ganador al diputado provincial por 11 votos por sobre Alberto Rodríguez.
La tensión (que promete extenderse) desgasta a un espacio que de por sí hizo una elección muy por debajo de lo esperado. De hecho, en una de las primeras encuestas nacionales que se conocieron pos Paso, el dirigente de la Izquierda, Nicolás Del Caño, supera a Margarita Stolbizer.
De esta forma, la expectativa que tienen los dirigentes de Progresistas de captar los votos de los radicales progresistas desencantados con Cambiemos y Arroyo y de otros sectores independientes de centro izquierda parece complejizarse en la medida que el espacio en Mar de Plata no resuelva sus problemas internos.
El quinto que aparece en la lista es Alejando Martínez, referente del PO y candidato del Frente de Izquierda y los Trabajadores. Se trata de un espacio que en los últimos años creció significativamente, a punto tal de incorporar legisladores en distintas provincias y en el Congreso Nacional.
Si bien en las Paso estuvieron lejos de la cantidad de votos necesaria para acceder a una banca del Concejo Deliberante, desde el espacio esperan que en octubre mejorarán significativamente. Además de recoger los votos de otros partidos afines a la izquierda (Frente Popular, Nuevo Más y Patria Grande), por caso, también le apuntan a aquellas personas desencantadas con los partidos tradicionales.
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