El hígado es un órgano de gran importancia que, entre otras cosas, actúa como un sistema de filtración del organismo. Diversos hábitos y acciones, sin embargo, pueden ponerlo en riesgo sin que te des cuenta.
Consumo de alcohol
Ingerir bebidas alcohólicas en exceso puede ocasionar una sobrecarga en el hígado, ya que es este órgano el responsable de procesar el alcohol en nuestro organismo.
Si las células hepáticas están trabajando en exceso de manera constante, esto puede provocar daños al hígado como cicatrices llamadas fibrosis o daños más severos, como es el caso de la cirrosis, detalla el portal Eat This, Not That!
Para evitar daños al hígado, el consumo de alcohol debe ser moderado o, si es posible, evitado por completo. La ingesta de alcohol no debe superar una bebida al día para las mujeres y hasta dos bebidas diarias para los hombres, en el caso de adultos sanos. Se considera consumo de alto riesgo más de ocho bebidas a la semana para las mujeres y más de 15 bebidas a la semana para los hombres.
Uso de aerosoles
El hígado es una estación que filtra las toxinas en el organismo, pero no lo hace solamente con lo que se ingiere, sino que filtra también los productos químicos que uno huele.
Para evitar daños al hígado se recomienda tener cuidado al utilizar aerosoles. Lo recomendable es usar estos productos en un área bien ventilada y, si es posible, ponerse una mascarilla al pulverizar insecticidas, fungicidas, tintas y otros químicos tóxicos. Las recomendaciones detalladas para el uso seguro de estos productos pueden encontrarse en sus etiquetas.
Plaguicidas en los alimentos
El hígado es responsable de limpiar las toxinas de la sangre, perola exposición excesiva a esas sustancias puede ser dañina para este órgano.
Los plaguicidas que se utilizan para proteger los cultivos de los insectos, las malas hierbas y otras plagas pueden ser tóxicos para el ser humano. Sus efectos sobre la salud pueden ser tanto agudos como crónicos, en función de la cantidad y del modo de exposición, alerta la Organización Mundial de la Salud.
Por esta razón, es importante lavar bien las frutas y hortalizas o pelarlas antes de consumirlas. Esto reduce también otras fuentes de peligro para la salud, como las bacterias patógenas.
Tatuajes y piercings
Si deseas hacerte un tatuaje o ponerte un piercing es imprescindible buscar el servicio de profesionales del área que sigan las normas de seguridad, siendo la principal de ellas el uso de materiales esterilizados adecuadamente.
Las inesperadas consecuencias que los tatuajes provocan en la piel
Si no se siguen las medidas de seguridad y de higiene, las agujas y otros equipos pueden ser fuente de contaminación de enfermedades transmitidas por la sangre, como la hepatitis B y C, entre otras. Estas afecciones pueden provocar daño hepático permanente e incluso cáncer de hígado, detalla la Universidad de Michigan.
Mala alimentación
Además de ser un filtro, el hígado es responsable de procesar lo que comemos y bebemos y transformar en energía y nutrientes. Así, para no sobrecargar este órgano es importante seguir una dieta equilibrada.
"Si no tienes cuidado con tu dieta, tu hígado queda indefenso. Cuando consumes alimentos grasos o fritos y exageras en la sal, tu hígado se queda literalmente bajo ataque", alerta la Fundación Estadounidense del Hígado.
Vida sedentaria
La práctica regular de actividad física es clave para la buena salud hepática. El ejercicio reduce el estrés en el hígado, aumenta los niveles de energía y ayuda a prevenir la obesidad, un factor de riesgo para la enfermedad hepática.
Se recomienda hacer un total de 150 minutos de ejercicio a la semana. La actividad física se puede distribuir entre los días, por ejemplo, 30 minutos al día, 5 días a la semana.
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