Saturación de la Guardia, déficit de médicos y enfermeros, fallas en bioseguridad, selección a dedo del personal y la compra de una caldera, son los cuestionamientos.
"Tengo los intestinos afuera de mi cuerpo. Hace tres meses que deambulo por un turno para que me operen y me lo vuelvan a reconstruir", le dijo Nelson Herrera a El Tribuno, ayer, luego de ser atendido en la Guardia de Emergencia del San Bernardo. A diez meses de la inauguración del hospital Papa Francisco, en barrio Solidaridad, en promedio unas acuden al San Bernardo por alguna dolencia unas 1.100 personas, además de las más de 400 internadas. En comparación con 2007, cuando no existía el centro médico de la zona sur, se atendían unas 1.300, es decir, solo 200 pacientes menos. Lo cierto es que con un hospital más en la ciudad, los salteños siguen reclamando al San Bernardo una mejor calidad de atención.El Tribuno accedió a denuncias de trabajadores y pacientes sobre cinco falencias específicas en el funcionamiento del hospital: fallas en bioseguridad, irregularidades en la selección de personal, saturación de la Guardia, cuestionamientos en la adquisición de una caldera de última generación y el déficit de médicos y enfermeros. También hay quejas sobre el trato "desganado" de numerosos profesionales y administrativos, precariedad edilicia en general, faltante de equipamiento, de técnicos, mal funcionamiento y atención del 0800 y entregas de turnos a largo plazo.De las 1.100 atenciones diarias, 450 se realizan por consultorios externos, 350 corresponden a diversas prácticas médicas y otras 300 ingresan por la Guardia. En los últimos años, el San Bernardo mermó notablemente el equipo de médicos de alrededor de 350 a unos 250. Pero aumentó la cantidad de enfermeros: de casi 500, a unos 700, que no alcanzan a cubrir de forma eficiente la alta demanda que llega al mayor centro de complejidad desde la Capital, desde los 59 municipios del interior y desde provincias y países vecinos. En total, inclusive técnicos y administrativos hay 1.450 empleados.
Esterilización: un antecedente con 111 personas intoxicadas
Luego de que el 29 de julio una fuga de óxido de etileno afectara la vida de 111 personas, las autoridades del hospital San Bernardo atendieron las necesidades de esta sala a través de una refuncionalización. Según los datos aportados por el Instituto de Investigaciones Químicas de la Universidad nacional de Salta, el óxido de etileno es un esterilizante que se aplica en plásticos, gomas sensibles, instrumental óptico, material eléctrico, instrumentos delicados, implantes y prótesis. El Programa Nacional de Toxicología de los Estados Unidos lo incluye como un químico que puede razonablemente considerarse un posible cancerígeno.La refuncioalización se concretó el mes pasado incorporando un nuevo equipo que esteriliza con óxido etileno. Para el gerente del hospital, Hugo Sarmiento Villa la incorporación de éste equipamiento, de alta gama y con un software especial que detectaría cualquier error en su funcionamiento, pretende tranquilizar al equipo de salud. Los dichos del Gerente del San Bernardo no pretenden caer en saco roto, ya que la intoxicación registrada por óxido etileno convulsionó a todo el personal del hospital. Es no es un tema resuelto, mucho menos olvidado. Sarmiento Villa aseguró que sobre ese tema aún no tiene un informe que indique qué fue lo que provocó la perdida del gas, pero puso en duda, en sus declaraciones, que haya habido una pérdida de óxido de etileno en el sector. “No sabemos qué pasó, porque cuando a las 48 horas de haber sucedido el evento se tomaron muestras del aire, a cargo de un equipo que vino desde Buenos Aires, no encontraron ni rastros de óxido de etileno al analizar las muestras”, expresó el médico. En ese sentido, agregó que en la pérdida de óxido de etileno se deberían haber sido varias ampollas y no una sola. “Es necesario para que la ampolla pueda trasnformarse de líquido a gas una temperatura de 120 grados” y agregó que no tiene explicación sobre la intoxicación de oxido. “No pongo en duda lo que cada una de las personas dijo, pero esa sintomatología que tiene el óxido de etileno, también se repite con el gas picante”, aseveró y mencionó un segundo evento a principios de año por óxido de etileno que al final se determinó que se trataba de gas picante. Para Norma Miranda, ella sí estuvo expuesta al óxido de etileno la mañana del 29 de julio. La enfermera, del sector de recuperación y anestesia, una tarea que desarrolló durante 25 años, todavía no puede retomar su actividad laboral. Hace tres meses, la Aseguradora de Riesgos de Trabajo (ART) le dio el alta, a pesar de que aún no esta en condiciones de volver a sus rutina laboral. Para que le reconozcan su discapacidad y que en el hospital le den tareas pasivas o la reubiquen de sector, envió una nota a la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, el expediente 60839/14, para que se emita un fallo que hasta ahora no se emitió. El miércoles envió una nota con pronto despacho para que se expidan. “Hace un año que convivo con este dolor, que si bien mejoró, lo sigo teniendo y ante cualquier esfuerzo me duele como el primer día” contó Norma, dese el sillón de su casa. El toxicólogo que la atendió diagnosticó neuritis intercostal. Jorge Borelli médico toxicólogo explicó que uno de los efectos del óxido es que ataca las sustancias lipídica que por ejemplo rodean los nervios y esto inflama el nervio intercostal, lo que genera dolor. El tratamiento es neurológico y las mejoras se pueden evaluar a los ocho o doce meses de la intoxicación. Es un tratamiento largo.
Parientes y familiares habrían ingresado
El 17 de julio pasado, en el hospital San Bernardo se realizó un examen para cubrir vacantes en áreas administrativas. De 112 postulantes, 34 aprobaron. La Junta Calificadora estuvo compuesta por la jefa de Personal, Graciela Guantay; de Estadísticas, Carmela Notto y el jefe de Recursos Humanos, Hugo Montalbetti. Ramón Vargas, administrativo del área de Laboratorio desde hace 29 años y delegado de ATE, junto con el cuerpo de delegados que trabajan en el establecimiento sanitario cuestionó la transparencia de dicho proceso de selección. “La toma de examen no contó con veedores ni un profesional en psicología que garantizaran la transparencia de la selección. A pesar de impugnar formalmente el concurso, hace poco más de dos semanas fueron contratadas 10 personas. Mientras que el ingreso de otras 15 quedó en suspenso supuestamente por la impugnación del gremio ATE y aún no se sabe si van a poder ingresar”, dijo.“Curiosamente, entre las 10 que ya se encuentran trabajando, está la sobrina de Guantay y una hija de la supervisora de Enfermería. Pero, en realidad, los 10 nuevos empleados son parientes o amigos de miembros del ámbito gerencial. Es más, hace unos días ingresaron dos jóvenes más sin concurso y a dedo”, denunció Vargas.Otra de las acciones que recibió un torbellino de críticas fue la publicación en los transparentes de las nóminas de los seleccionados para las vacantes. Es que no se detallaron los nombres y apellidos, sino solo los números de documentos.La molestia de numerosos empleados con la actual gestión del gobierno hospitalario que encabeza Hugo Sarmiento Villa es porque una de sus promesas de campaña fue que en las vacantes que surgieran se iban a priorizar a hijos de familiares fallecidos o con carpetas médicas extendidas, según contaron. Sarmiento Villa, que ingresó en 2012 también había prometido “concursos transparentes”, pero ahora está siendo duramente cuestionado por empleados de la institución que dirige.“El prometió una cosa, pero no cumplió. Como dicen las palabras se las lleva el viento. Más las que se dan en campaña. Muchos estamos desilusionados por su actitud soberbia”, le dijo una administrativa a este diario.Por otra parte, Vargas asegura que cuatro personas más habrían ingresado también hace dos semanas sin rendir ninguna prueba al Servicio de Accidentología. La impugnación de ATE aún está en el departamento de Asesoría Letrada y hasta el momento no se expidió.En 1960, el San Bernardo comenzó como Hospital Público General de Agudos. Desde el 1 de septiembre de 1999 funciona como un hospital público descentralizado de autogestión.
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