Más allá de los "sí o sí" que busca Cambiemos en el Gran Buenos Aires, también hay un quinteto de distritos del interior que actualmente gobierna la oposición que por diversos motivos se han convertido en un "objetivo central" de cara a los comicios de 2019. No pasa por el caudal electoral, no pasa por la ubicación estratégica; los quieren ganar y punto.
No son las grandes potencias de tierra adentro, pues esas ya están pintadas de amarillo o de rojo y blanco. Léase, La Plata, del macrista Julio Garro; Olavarría, del macrista Ezequiel Galli; Tandil, del radical Miguel Lunghi; General Pueyrredón del Pro- vecinalista Carlos Arroyo y Bahía Blanca, del Pro Héctor Gay.
Son distritos chicos y casi todos de la Segunda sección electoral. Las miradas apuntan a Ramallo, hoy liderada por el peronista Mauro Poletti. Allí, si se quiere, el resultado de 2015 fue una sorpresa; pues fue de los pocos municipios que gobernaba el radicalismo y pasó a manos Justicialistas. En este caso, la obsesión pasa por "una especie de revancha". Sería la segunda revancha, la definitiva: en las pasadas legislativas ganaron fácil, con Gustavo Perie a la cabeza.
Además aparece en la nómina Exaltación de la Cruz, distrito gobernado por el Vecinalista Adrián Sánchez, que en más de una oportunidad coqueteó con Cambiemos, pero que finalmente siempre se queda en la puerta. Suele mostrarse cercano al PJ y también al massismo. "Yo soy Vecinalista", repite cada vez que se lo interroga al respecto. La apuesta para volver a ganar, al igual que en 2017, sería Raúl Sancho.
En calle 6, si bien señalan que con Sánchez "está todo más que bien", el deseo de desbancarlo pasa sobre todo por "las ganas de definitivamente pintar de amarillo el distrito", situación que saben con el alcalde actual "no va a terminar de definirse nunca". "Es como el caso de Chascomús con Massa, cuando las papas queman son Vecinalistas", dicen desde las huestes Pro.
La recorrida por la sección dos termina en San Antonio de Areco, donde manda el más kirchnerista de los alcaldes del interior, Francisco "Paco" Durañona, que a diferencia de la mayoría de sus colegas Justicialistas, le pega a Vidal con la misma fuerza y ahínco con el que le pega a Macri. Por caso, fue de los pocos que se plantó fuerte contra el Pacto Fiscal.
"Si ganamos San Antonio de Areco, se acaba el kirchnerismo en el interior de la Provincia", afirma ante La Tecla un diputado macrista, y agrega que "el valor es más simbólico que otra cosa; estaría buenísimo ver a Paco reconociendo la derrota", cerró el legislador con una sonrisa. Ese es el motivo que lo incluye en la lista. Ni más, ni menos. Lo propio sucede con Pehuajó, el distrito más K de la Cuarta sección, donde lidera Pablo Zurro.
Es importante rescatar que en las pasadas elecciones locales, Francisco Ratto, de Cambiemos, ganó con el 54,28 por ciento. Y el oficialismo de Unidad Ciudadana, de Durañona, con María Marta Papaleo, quedó en segundo lugar con el 31,38 por ciento de los votos. Por eso las dificultades de los K en el Concejo. En la tierra de Zurro, en tanto, también cantaron victoria los amarillos, con Claudio Fadón.
Para el final, otro Vecinalista que supo abrazarse al sciolismo, Marcelo Skansi, de Carmen de Areco. "Ya fue", se animan a torear desde el ofcialismo y anuncian de manera anticipada que el próximo intendente será Santiago Nicolás Mc Dermott, que en las legislativas 2017 obtuvo el 48,93 por ciento, un resultado más que contundente, pues el segundo puesto fue para Unidad Ciudadana, con el 21,40 por ciento.
De más está decir que los máximas autoridades de Cambiemos quieren ganar en 2019 los 135 distritos, pero tienen en claro que en muchos la empresa será prácticamente imposible. Estos cinco del interior salieron de la boca de dos importantes alfiles de Vidal, por lo que se espera que al igual que en los "si o sí" del Conurbano, aunque con menor intensidad, la campaña electoral se hará notar.
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