Además tres armerías están en trámite de habilitación, 1 sin autorización del Renar, y otra clausurada el año pasado. El intendente hizo un balance de la medida. Comerciantes dicen que cayeron las ventas.
El 15 de octubre de 2014, Santa Fe se convirtió en noticia a nivel nacional. Ese día, el intendente José Corral, preocupado por los hechos de violencia y el número de muertes ocurridas hasta ese momento, anunció la suspensión por 90 días para la venta de armas y municiones en la ciudad. De acuerdo a lo anunciado, los comerciantes iban a poder retomar las actividades a medida que fueran cumpliendo con una nueva serie de requisitos y controles que también quedaron plasmados en una Ordenanza.
El 15 de enero, se cumplió el plazo de la suspensión. Sin embargo algunas armerías, las que lograron cumplimentar con lo pedido, retomaron la venta de armas y municiones antes de lo previsto. En diálogo con Diario UNO, el intendente José Corral hizo un balance de lo acontecido y brindó precisiones sobre los comercios habilitados para ejercer la actividad. “Hay una armería que se clausuró definitivamente y otra que no cuenta con la habilitación del Renar, por ende tampoco con la habilitación municipal. Después hay cinco que completaron la documentación y tienen todos los papeles al día, y otras tres a las que les falta documentación previa al certificado que entrega el Renar”, indicó el mandatario y sostuvo que “en todos los casos se hizo un inventario bala por bala y arma por arma y se comprobó que los controles internos de cada negocio eran muy laxos. Ahora los controles nos dan la tranquilidad de que no es tan fácil que una munición del mercado legal pase al mercado ilegal”.
En este sentido, Corral manifestó estar convencido de que “Santa Fe tiene los controles más estrictos del país” y subrayó que “la ciudad está muy encima del cumplimiento de todas las medidas de seguridad. Por ejemplo, las que exigen que cada armería tenga un recinto cerrado con cámaras y las medidas de seguridad correspondientes para asegurar que las armas, aunque ingresen a robar al local, estén protegidas”.
Otra de las medidas que anunció el municipio en materia de control de armas, fue la implementación de un sistema informático que informe en tiempo real, el stock de los comercios. “Lo estamos terminando de desarrollar en este momento. Nos va a llevar un tiempo más, pero esperamos en las próximas semanas ponerlo en funcionamiento. Permitirá que sepamos on line y en el momento en el que se vende cada munición en Santa Fe”.
Respuesta a la críticas
El intendente reconoció que “en sí misma esta no es una medida que va a resolver el problema, pero que en el mediano plazo, sumada a otras va a ir mejorando los resultados”, y destacó que “esto llevó a otros organismos, incluido el Renar a poner la lupa sobre la ciudad y pedir nuevas medidas de seguridad a las armerías”.
Para Corral, los armeros acompañaron en la mayoría de los casos las nuevas exigencias y aceptaron la suspensión de venta. “De hecho no tuvimos una sola demanda judicial”, dijo el mandatario y contestó a quienes sostienen que no es una medida efectiva: “Lo que se le responde a los que creen que el problema son los mercados ilegales, es que las armas ilegales alguna vez fueron legales. Si se relajan los controles pueden pasar en un minuto del mercado legal al ilegal. Si no se registra quién compra las municiones, si cualquiera puede comprar un arma, si en los cartones de legítimo usuario se anota indiscriminadamente la cantidad de municiones, es muy fácil que el mercado ilegal se provea directamente de las armerías que están a la vuelta de la esquina. Por otro, lado el municipio no tiene atribuciones para controlar los mercados ilegales, para eso está la policía. También ejercer los controles que están a nuestro alcance es un llamado de atención para que los otros organismos hagan lo que tienen que hacer”.
La voz de las armerías
Consultado sobre la situación actual del comercio luego de la suspensión, Raúl Rodríguez, dueño de una armería en calle Bulevar contó que en su caso la suspensión fue de 35 días, pero que por distintos motivos, no solo la prohibición de venta de armas la actividad cayó mucho en los últimos meses. “Nuestra actividad está en la lona. Bajó muchísimo la venta. No es esa la situación que condicionó, pero si fue determinante. Porque veníamos con una serie de dificultades como falta de elementos, dólar caro, importadores con poca mercadería y recesión económica, y esta medida fue casi como un tiro de gracia”.
A su vez, sostuvo que la medida impulsada por la intendencia “no sirvió para el objetivo que en principio se planteaba: que haya menos muertos y menos violencia. Es evidente que no sirvió, esto te lo digo como ciudadano. Ahora como comerciante, y se lo dije al intendente, creo que fuimos avasallados con esta medida, a mi criterio arbitraria. A mí no me resultó fácil pelear contra el gobierno, así que fue un poco una lucha en soledad. La cantidad de muertos habla de que no sirvió. Además no se pusieron sobre la mesa, y esta era una oportunidad, los verdaderos problemas que genera la inseguridad”.
En tanto, Darío Hartmann, comerciante con años de experiencia en el rubro, dueño de un local cercano a Plaza España remarcó que hubo un perjuicio en las ventas y que al día de hoy “hay gente que no se enteró que estamos habilitados para vender armas. Es variable el tema de las ventas, pero aproximadamente disminuyó en un 50%. Esta es la experiencia de venta en el mostrador”.
“Nosotros estuvimos más de 50 días sin poder trabajar”, dijo el comerciante que se sintió perjudicado y también expresó su opinión sobre la medida: “No sirvió para nada. Lo que tendría que haber hecho el municipio es controlar el mercado ilegal de armas, no controlar lo que ya estaba controlado. Las armas que se usan para el delito no salen del mercado legal, esto es sabido y hay estadísticas.
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