Dalton Jauregui suena como candidato a senador por la séptima. Si se confirma y logra uno de los escaños, volverá a dejar vacante una pieza clave de la estructura del intendente de Olavarría, que ya no sabe qué inventar para consolidar su Gobierno.
El runrún previo al cierre de listas en la Provincia tiene posicionado como una fija a Dalton Jauregui, un abogado cercano a Vidal que se desempeña desde hace apenas dos meses como Jefe de Gabinete de Ezequiel Galli, el intendente local.
No queda claro si Galli estará muy feliz de que Jáuregui suene para la seccional. Si desembarca en el Senado, deberá salir a buscar un reemplazo para un funcionario que tiene apenas dos meses en el cargo.
De confirmarse la candidatura, Galli podría tener que volver a acomodar las piezas de su esquema, que se vio jaqueado innumerable cantidad de ocasiones desde que tomó el mando, allá en diciembre de 2015, la última de ellas a raíz de las trágicas muertes durante el recital del Indio Solari.
Un dato refuerza la hipótesis de su candidatura: Jauregui trabaja de lunes a viernes en Olavarría y los fines de semana parte raudamente a La Plata, donde tiene su familia. En los pasillos del palacio municipal todos dan por hecho su salida el 10 de diciembre, momento de asumir el compromiso de las urnas.
Así las cosas, sólo resta ver qué lugar ocupará en la lista. El primero es una posibilidad, pero está en disputa porque el intendente de General Alvear, Alejandro Cellillo, de excelente relación con la Gobernadora, también lo ambiciona. El tercer nombre en danza es el de Victoria Borrego, exintendenta de 25 de Mayo y aliada a la Coalición Cívica.
Por la sección entran tres senadores. La última vez, José Eseverri, enrolado por entonces en el Frente Renovador, se llevó todo con el 38 por ciento de los votos. Lo central en el esa sección es que las fuerzas opositoras no alcancen el piso de 33 puntos para colar un candidato.
No queda claro si Galli estará muy feliz de que Jáuregui suene para la seccional. Si desembarca en el Senado, deberá salir a buscar un reemplazo para un funcionario que tiene apenas dos meses en el cargo.
Llegó a la gestión reemplazando al “mentor” del intendente, Jorge Larreche, que había asumido apenas tres meses antes de salir eyectado en el medio de la crisis post-recital del indio. Un dato condimenta más el caldo: Larreche nunca ocultó sus deseos de ser candidato por la séptima y prometía ser “un lobista de lujo” de su joven pupilo.
Tomando en cuenta los antecedentes, no son buenas noticias. Ni para Jauregui ni para Galli, que podría tener que salir, otra vez, a rearmar su ya diezmado equipo de Gobierno, que acumuló incontables bajas durante el primer año de gestión, la primera de ellas con apenas un mes de experiencia en el sillón municipal.
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