Gutiérrez, Sapag y Pereyra hoy se mostrarán juntos.
Quizá sea el temor, la necesidad o la costumbre. Pero más allá de las diferencias, el MPN se mostrará unido para poner primera en un año electoral muy complejo.
La foto de la tríada, que hoy se sienta en la mesa chica, será entre el gobernador Omar Gutiérrez; su antecesor, Jorge Sapag, y el senador y sindicalista Guillermo Pereyra. La excusa perfecta para el reencuentro lo tendrá al líder petrolero como anfitrión en la inauguración del nuevo edificio para la mutual del sindicato, que se realizará hoy a las 11 en Santa Cruz 255.
La imagen que quiere perpetuarse como la unidad para este año se viene esculpiendo hace más de un mes, con reuniones, llamadas cruzadas y paños fríos entre todos.
El objetivo es ganar las elecciones legislativas de este año, con un panorama que asoma como una suerte de plebiscito de la política del presidente Mauricio Macri y las réplicas en las provincias.
Pero el partido provincial suele ponerse debajo del paraguas de la neuquindad para protegerse de cualquier tormenta nacional. Y en cualquier eventualidad, cambia de rumbo y a otra cosa. Así lo ha demostrado su larga historia.
141.066 votos sacó el MPN en 2013. Fue en las elecciones para senadores. Pereyra junto a su par Lucila Crexell ingresaron al Senado y terminan en 2019.
Entre Pereyra y Sapag había un mar de distancias luego de la campaña interna de 2013, cuando el líder petrolero se impuso, en una campaña tildada de agresiva, por sobre la ex gobernadora Ana Pechen. La victoria del sindicalista significó un duro golpe a la gestión sapagista en su momento, fuertemente alineada a la de la ex presidenta Cristina Fernández.
Sapag se fue de la gestión y encumbró a Gutiérrez como su sucesor, pero los chispazos con el petrolero continuaron, a pesar del silencio incólume del ex gobernador. Pereyra hasta lo trató de “ñoqui” en un dejo verbal que ya es un folclore, en el contexto en el que se debatía la nueva conformación del directorio de YPF, en 2016.
Pero todo pasa y, según señalan las fuentes más cercanas al nuevo acuerdo interno, fue el mismo Gutiérrez el que pivoteó entre uno y otro para acercar las partes que, por un tiempo, estuvieron distanciadas por las hirientes palabras dichas al aire, sobre las que se presumía que no había retorno.
El MPN está de nuevo en carrera y enderezó el barco electoral con la mira puesta en quedarse con dos diputados nacionales de los tres que hay en juego este año en Neuquén. Quiere pasar por alto el hueco en la historia, cuando en 2015 no se quedó con ninguna banca. Para eso, tienen que estar todos juntos.
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