El macrismo tendrá su evento este miércoles, con una gran incógnita sobre la presencia de gobernadores. En la UCR, un senador cuestionó el rol de los gobernadores y algunos legisladores que fueron condescendientes con el gobierno.
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CARLA PELLIZA
El fin de año llegó con todo. Autocríticas y celebraciones para cerrar un 2024 agotador para todos los espacios políticos sorprendidos por el éxito de Javier Milei. Como graficó el último informe de la Fundación Pensar, en un análisis de Guido Sandleris, asombró el nivel de ajuste, el éxito del blanqueo pero, sobre todo, la capacidad de la población para soportarlo y seguir confiando.
Este viernes, el consejo del PRO que preside Mauricio Macri dará el broche final a un año signado por una relación muy turbulenta con el gobierno. Será a las 9 de la mañana, en la zona del Abasto, junto a las principales figuras del partido: el propio jefe del espacio, Cristian Ritondo, Diego Santilli, María Eugenia Vidal, Jorge Macri, Soledad Martínez, Fernando de Andreis y Guillermo Montenegro.
Hay dudas sobre la presencia de los gobernadores porque, si bien Ignacio Torres forma parte de la lista de confirmados, cerca del mandatario sostuvieron que, por tratarse de un cierre de ciclo, está muy ocupado para asistir al igual que Rogelio Frigerio. Los jefes de las provincias de Entre Ríos y Chubut encararon una agenda de anuncios diarios y, si el festejo hubiera sido un fin de semana, podrían haber estado presentes.
Para el PRO, el vínculo con Javier Milei fue muy turbulento y, más allá de los halagos a los resultados en el ordenamiento de la macroeconomía, quedó más que claro que el partido sabe que le proporcionó mucha ayuda al gobierno y no recibió nada a cambio. Lo dijo Silvia Lospennato en el informe de la Fundación Pensar: el espacio no especuló electoralmente, se inmoló al bancar los vetos a jubilados y universidades – de alto costo político -, ayudó en el armado de la estrategia parlamentaria y proporcionó los votos.
No sólo el partido quedó fuera de una mesa de toma de decisiones sino que hoy se encamina a competir con La Libertad Avanza en las elecciones y, en el Congreso, no pudo cerrar el año parlamentario con un presupuesto aprobado ni la sanción de Ficha Limpia, dos proyectos que, para Lospennato, hubieran sido clave.
Desde la UCR no se ocultan los reproches hacia aquellos que, en este año de gestión mileísta, acompañaron al gobierno nacional e incluso, perjudicando la imagen del radicalismo, se sumaron al gobierno de La Libertad Avanza. Al caso de Luis Petri se le oficializó, esta semana, el desembarco de Alejandro Cacace, de estrecha relación con Rodrigo de Loredo, a la Casa Rosada. En el espacio centenario no se eludieron las críticas por esta decisión aunque, posiblemente, no tenga ninguna sanción institucional.
“No creo que se haga nada al respecto. Cada uno elige sus propias desdichas”, dijo un dirigente radical. Esa falta de represalias, sin embargo, no soslaya el enojo con este tipo de decisiones. El senador Pablo Blanco fue muy claro y, para él, Cacace debería haber pedido la suspensión de su afiliación antes de sumarse a las filas del Ejecutivo. Ya fueron suspendidos los diputados con peluca que acompañaron a Javier Milei con los vetos y, sobre ellos, pesan pedidos de expulsión.
“La actitud de algunos dirigentes que se dicen radicales, o están representando al radicalismo, deja mucho que desear y deja muy mal parado al partido. No digo que Cacace no está en todo su derecho de sumarse al gobierno, pero me parece que antes debería, como mínimo, pedir la suspensión de su afiliación a la UCR. La UCR, como institución, está prácticamente, en la mayoría de las cosas, contraria a lo que dice el gobierno”, dijo Blanco en El Destape Radio.
Para el senador, no hay que apurar las acciones sino que se tienen que respetar los pasos y mecanismos previstos por el reglamento para avanzar con la expulsión de cualquier dirigente radical. La misma lógica que emplea para analizar el caso de Edgardo Kueider: no removerlo, sino promover la investigación y, en primera instancia, avanzar con una suspensión.
Sus críticas al cambio de bando de Cacace no fueron las únicas, también fue muy duro con gran parte de la UCR. Según su análisis, actualmente “el Congreso está cerrado salvo (para tratar) los temas que le interesan al gobierno con la complicidad de la oposición. Mi espacio político ha sido cómplice de muchas situaciones siendo demasiado condescendiente”.
Blanco apuntó puntualmente contra los gobernadores, a quienes acusó de “condescendientes, creen en promesas que les incumplen, vienen y solicitan cosas que, cuando uno las incluye, en vez de ir a favor de lo que solicitaron van en contra”, como el recupero de las deudas que tiene Nación con las provincias.
No fue la única actitud que el senador decidió reprochar. También atacó el juego de los provinciales para sostener los vetos presidenciales a jubilados y universidades. “En lugar a favorecer el rechazo del veto, favorecieron a la no insistencia”, acusó.
Según su análisis, son varios los dirigentes que “le tienen miedo a la opinión pública que, según la mayoría de los medios está toda a favor del gobierno”. El dirigente no coincidió con este análisis emitido en las pantallas y principales diarios pero, más allá de eso, no descartó la posibilidad de que “muchos gobernadores (le) tendrán miedo a ese supuesto acompañamiento de la voluntad popular, tienen miedo de ir en contra de lo que dice la ola”.
Blanco recordó las palabras de un dirigente radical que planteaba que “el único que no nada contra la corriente es el que está muerto”. Para el senador, “muchas veces hace falta ir en contra de la corriente para modificar situaciones”.
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