La enorme diferencia que existe en la billetera del Real Madrid y el Atlético de Madrid es tan amplia como lo pudo haber sido la tenencia de la pelota entre uno y otro en el partido de ida por la Supercopa de España. Pero en el resultado, no se notó. El Aleti del Cholo logró sobre el final poner el 1-1 para poder buscar en el Calderón la victoria que le dé otro título.

De comienzo a fin el Real fue amo y señor de la pelota. Con presión, posesión y teniendo la iniciativa el conjunto de Ancelotti manejó el encuentro contra un rival que, con orden y solidez, no le permitió que la gestación fuera con comodidad. Es más, ni siquiera le dejó llegar con claridad al arco de Moyá. Y la respuesta del Atlético era, cuando podía agarrar la bocha, apelar a una contra veloz. Así fue que Saúl probó de media distancia a Casillas en lo que fue lo más incisivo de la primera mitad. Con Cristiano y Bale buscando por las bandas, sumados Modric y Kross, y Benzema por el centro, no había forma de lastimar al Aleti.

James Rodríguez ingresó por Cristiano en la segunda parte. Con él hubo la misma movilidad pero, al menos, la sensación era de más inseguridad del lado visitante. Se repetía el monólogo con la bola del Real pero los intentos no dejaban de fracasar. Entró Di María con una ovación, y a los pocos minutos el colombiano aprovechó una serie de rebotes en el área y, pegándola mordido, metió el 1-0 y su primer tanto con la camiseta del Madrid.

Merecido por la insistencia en la búsqueda, pero incierto. Porque las veces que el Aleti cruzó la media cancha provocó muchas dudas en esa línea central Pepe-Ramos. Y la alegría le duró poco al local: un córner que picó en el área chica y la soledad con la que apareció Raúl García fue suficiente para igualdad el partido a dos minutos del final.

Todo quedó en parda. El real y el Aleti definirán el viernes quién obtiene la Supercopa de España, si campeón de la Liga o el ganador de la Copa del Rey.