Las alertas rápidas, la evacuación y el inmediato despliegue de fuerzas atenuaron el impacto del sismo de anteanoche, que dejó seis muertos
También se informó de cuatro menores perdidos en la evacuación, entre ellos una chica argentina de 5 años.
Con todo, acicateados por el miedo, la seguidilla de temblores de los últimos meses y varios simulacros realizados, los planes de prevención funcionaron y los chilenos se alejaron a tiempo de las zonas inundables para refugiarse en los sectores altos de la costa, en una postal diametralmente distinta de la del desastroso sismo del 27 de febrero de 2010.
La presidenta, Michelle Bachelet , que decretó zona de catástrofe y entregó el control a los militares en las regiones de Arica, Parinacota y Tarapacá, arribó en un avión de la fuerza área a la base de Los Cóndores, en Iquique, para reunirse con el comité de emergencias .
"El gobierno está acá para apoyarlos. También reconocemos el temple que demostró a todo el país. Nos dieron un ejemplo. Se ha enfrentado de una manera ejemplar una tarea titánica (..) Estamos diagnosticando los daños para garantizar un regreso seguro a la normalidad. Hay situaciones que se pueden resolver hoy día y otras que requerirán más tiempo", dijo Bachelet.
Las imágenes en Iquique eran devastadoras: decenas de embarcaciones destruidas por un tsunami con olas de hasta dos metros y medio se mezclaban con el desconsuelo de las familias afectadas, caletas destrozadas y casas por los suelos. Se calculan unas 2000 viviendas dañadas sólo en la ciudad de Alto Hospicio, como también graves daños en hospitales e iglesias de la zona.
Otro foco de preocupación fue la fuga de 300 presas de la cárcel de mujeres de Iquique, quienes aprovecharon el pánico para huir. Más de 100 fueron recapturadas o regresaron por su propia voluntad.
La Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) aclaró que de los seis decesos, tres fueron por infartos, dos por aplastamiento y otro por un accidente durante la evacuación, todos en Iquique y Alto Hospicio.
Los puertos de Arica, Patache, Iquique y Mejillones fueron clausurados, ocho rutas estaban cortadas, la energía sólo había vuelto de forma parcial, y hasta anoche se contabilizaban más de 50 réplicas sísmicas que intranquilizaban a la población, presa de una pavorosa mezcla de desconsuelo y angustia.
Al parecer, la lección del histórico sismo de 2010 y su consecuente tsunami, que dejó más de 500 muertos, coletazos legales y una desconfianza manifiesta con las autoridades, fue interiorizada por la población y la dirigencia.
De acuerdo con el nuevo protocolo, Bachelet se aisló en el palacio presidencial, desde donde monitoreó los informes del comité de emergencias. Tampoco titubeó a la hora de tomar dos medidas por cuya omisión en 2010 fue duramente criticada: la entrega del control en las zonas devastadas a los militares, cuyo retraso facilitó saqueos y desórdenes, y una evacuación preventiva por la alerta de tsunami instantánea en toda la costa del país.
Bachelet dejó atrás su gran pecado de 2010, cuando su actitud dubitativa costó cientos de vidas por el maremoto que azotó las regiones del centro-sur. Las quejas apuntan hoy a la mala calidad de las viviendas sociales, a que la Red Sismológica Nacional aún no esté terminada y a que la cárcel de mujeres esté ubicada en una zona inundable.
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
Chile recibió palabras de solidaridad y ayuda de varias autoridades tras conocerse el terremoto, entre ellos un mensaje del papa Francisco y un anuncio de Cristina Kirchner, que señaló que se había comenzado a enviar electricidad a través de Salta para auxiliar a las poblaciones sin luz.
El gobierno de Ollanta Humana, en Perú, donde hubo una alerta de tsunami a raíz del terremoto registrado del otro lado de la frontera sur, ofreció apoyo para la ubicación y el rescate de personas extraviadas, así como el envío del material que sea necesario.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, también se solidarizó con Chile, y dijo que su gobierno "se pone a su disposición" en lo que sea posible..
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