Criticar o no al gobierno de Maduro se convirtió en la fórmula preferida para conectar con el electorado
Por Martín Rodríguez Yebra
MADRID.- Como si Caracas fuera una provincia al otro lado del Atlántico, el caos político de Venezuela inflama la campaña electoral española y tiene a los principales candidatos ensayando jugadas en el tablero que enfrenta al chavismo con su oposición.
Los constantes insultos del presidente Nicolás Maduro al gobierno de Mariano Rajoy , al que acusa de fomentar un complot en su contra, pusieron cerca de la ruptura las relaciones bilaterales. Pero sobre todo incrementaron la impopularidad en España del gobierno bolivariano en un momento en que los partidos buscan elementos para conectar con el electorado.
La chavización de la campaña española apunta sobre todo a incomodar al ascendente Podemos y a su líder, Pablo Iglesias, por la admiración que profesaba tiempo atrás hacia el modelo bolivariano. Iglesias se resiste a condenar la encarcelación de opositores en Venezuela y ahora se alió a Izquierda Unida (IU), que defiende abiertamente la legitimidad de Maduro.
El liberal Albert Rivera, líder de Ciudadanos, hizo el movimiento más audaz al viajar ayer a Caracas para ofrecer su apoyo a los dirigentes opositores encarcelados y hablar ante la Asamblea Nacional, dominada por el antichavismo. Se garantizó una profusa cobertura mediática en su país.
La semana pasada había sido Rajoy, candidato otra vez por el Partido Popular (PP), quien se anotó un punto en la batalla electoral a costa de Maduro. Por decreto, otorgó la ciudadanía española a dos familiares del opositor preso Leopoldo López y al presidente del Comité de Auditoría del diario El Nacional, Luis Carlos Serra Carmona, más su esposa e hijos. Dijo que lo hacía para protegerlos de la "persecución" que sufren en su tierra.
"El populismo no ha generado más que desabastecimiento, represión y violencia. Todo lo que no queremos ni para Venezuela ni para España", escribió después Rajoy en una columna publicada en el diario El País. Fue una alusión casi explícita al auge de Podemos. Si faltaba una aclaración, su nuevo lema proselitista es "populares vs. extremistas".
Pedro Sánchez, del PSOE, también quiso erigirse en actor de la crisis venezolana. Lo hace por intermediación de los ex presidentes socialistas Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.
González se involucró en la pelea meses atrás con tono beligerante y desató la ira de Maduro. Ahora Zapatero probó otro juego: acercar al gobierno y a la oposición para evitar que el conflicto institucional derive en un estallido de violencia. Viajó a Caracas, se reunió con el presidente y con los jefes de la Asamblea y volvió a España sin grandes resultados que exhibir.
A Sánchez la gestión le sirvió para declarar su voluntad de "frenar el enfrentamiento" entre los venezolanos. Y, claro, para pegarle a Podemos: "Si alguien puso a Venezuela en el primer plano de la política española no fui yo, sino Pablo Iglesias con sus videos laudatorios al régimen de Chávez y Maduro". No se privó de recordar la financiación bolivariana a la fundación universitaria que fue el germen de Podemos.
Rivera ratificó ayer esa idea: "Todos los partidos españoles quieren ayudar al diálogo en Venezuela, excepto Podemos". Iba del brazo de Lilian Tintori, la esposa de López. Iglesias le respondió de inmediato: "Da la impresión de que Ciudadanos va a rodar su spot de campaña en Caracas y no va a hablar ni de España ni de los españoles".
Después de fracasar todos los intentos de formar un gobierno estable, España repetirá las elecciones generales el 26 de junio. La gran novedad respecto de los comicios sin ganador del 20 de diciembre es la colación entre Podemos e IU, que según todas las encuestas podría alcanzar el segundo lugar, por encima del socialismo y apenas por detrás del PP. Ese ascenso los colocó en el lugar del gran rival del resto de los aspirantes a gobernar. Por eso la batalla de Caracas resulta tan cercana en la campaña.
Iglesias esquiva toda alusión a lo que ocurre en Venezuela. "Los problemas de otros países no deben ser usados como arma política. En eso Rajoy se parece a Maduro", dijo el número tres del partido, Pablo Echenique, en un intento de quitarse de encima la presión. Sus nuevos socios de IU, en cambio, son tajantes en su apoyo al chavismo. Lo ratificó su líder, Alberto Garzón: "La oposición venezolana no es de carácter democrático. Cuando lo detuvieron, este señor Leopoldo López estaba cometiendo delitos al fomentar un golpe de Estado".
Coca-Cola deja de producir por falta de azúcar
- La creciente crisis de desabastecimiento que sufre Venezuela alcanza a cada vez más rubros. Esta vez la damnificada fue la empresa Coca-Cola, que confirmó ayer que interrumpirá la producción en el país sudamericano hasta que se restablezca el despacho de azúcar.
- Según un comunicado de la compañía nortea-mericana, "se agotaron los inventarios de azúcar refinada de uso industrial existentes en plantas, tal y como se pudo constatar durante un recorrido realizado por representantes de los trabajadores y la empresa". Por esa razón se interrumpieron de manera temporal las líneas de bebidas que se elaboran con esta materia prima. Sin embargo, seguirán produciéndose las bebidas que no requieren azúcar, como las aguas y la Coca-Cola Light, aclaró la compañía.
- De todos modos, las autoridades venezolanas se mostraron optimistas e indicaron que "en el corto plazo" se contempla la recuperación de los inventarios de azúcar del país.
- "Seguimos avanzando juntamente con proveedores y autoridades competentes en la búsqueda de alternativas para solventar esta coyuntura", señaló la compañía en la nota. La parálisis de la planta de Coca-Cola se suma a la lista de empresas complicadas por la crítica situación económica en Venezuela.
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