La Santa Sede le reclamó a Maduro que instrumente los compromisos asumidos en la ronda que mantiene con la oposición.
"Es una falta de respeto, irresponsable, creer que desde el Vaticano van a tutelar a Venezuela. Respete, nosotros no nos metemos con sus asuntos, no nos metemos con los padres acusados de pedofilia." Diosdado Cabello, líder del ala militar del chavismo, reaccionó ayer de forma furibunda contra la Santa Sede tras reconocer que su secretario de Estado, Pietro Parolin, había enviado una carta a Nicolás Maduro para reclamarle que cumpla con lo acordado en el diálogo entre el gobierno y la oposición.
Precisamente para hoy está prevista la tercera ronda de las mesas de diálogo, que cuentan con la mediación del Vaticano y el auspicio de los ex presidentes hispanoamericanos elegidos por la Unión Suramericana de Naciones (Unasur). Un diálogo que, como casi todo en Venezuela, pende de un hilo.
El número dos del chavismo, detractor de cualquier acercamiento con la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), acusó directamente a Parolin, mano derecha de Francisco, de permanecer "como dos años militando con la escualidez (oposición), no nos podemos esperar otra cosa de su posición".
"No es haciendo cambalaches por asesinos que vamos a conseguir la paz en este país", sentenció Cabello sobre las peticiones de libertad de presos políticos, que figuran en la lista de "recordatorios" enviada desde la Santa Sede al Palacio de Miraflores.
Entre los acuerdos incumplidos por el gobierno figuran la libertad de los prisioneros políticos, la apertura de un canal humanitario para las medicinas, la recuperación de los poderes constitucionales de la Asamblea Nacional y el avance en el diseño de un cronograma electoral para salir del atasco político. Cabello insistió en que el Vaticano, hasta ahora ensalzado siempre desde el gobierno de Caracas, "es un invitado, un facilitador, no tiene derecho de veto ni de hacer propuestas".
Nicolás Maduro tampoco ha digerido todavía la misiva llegada desde Europa, que rompe con la retórica oficialista. Dirigentes revolucionarios y sus medios de propaganda repiten sin rubor que es la oposición la que no cumple con lo acordado. El líder bolivariano sostuvo el viernes, tras llegar de La Habana y antes de regresar a Santiago de Cuba para despedir a Fidel Castro, la existencia de maniobras para "implosionar" el diálogo "con la complicidad de uno de los factores acompañantes".
Maduro incluso aseguró poseer pruebas de la nueva conspiración. "La derecha ha decidido irse al golpe de Estado en diciembre, llamo al pueblo a la calle", repitió una vez más. Monseñor Claudio María Celli volverá a representar al Papa en las reuniones previstas para hoy.
"Ahora el narcoestado despotrica contra el Vaticano, quiere un papa y un mundo cómplices con sus tropelías", respondió por su parte el opositor gobernador de Miranda, Henrique Capriles, que está llamado para asistir como delegado a la minicumbre de hoy.
La presión crece mientras se acerca la puesta en marcha del diálogo. En Roma, Lilian Tintori, mujer del preso Leopoldo López; su suegra, y Mitzy Capriles, esposa de Antonio Ledezma, alcalde mayor de Caracas, en arresto domiciliario, permanecen encandenadas frente al Vaticano exigiendo la libertad de los presos políticos. Algo parecido sucede en la Nunciatura de Caracas, con el diputado Rosmit Mantilla, detenido hasta el 17 de noviembre.
A pocos metros, en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia, 14 opositores presos iniciaron una huelga de hambre. Uno de ellos, Yon Goicoechea, recibió la carta de libertad en las últimas horas.
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