Lo que todos esperaban fue lo que sucedió en las elecciones del pasado domingo. Por tercera vez, Jorge Capitanich logró ganar los comicios provinciales para convertirse nuevamente en gobernador del Chaco. Si bien la diferencia no fue la que todos vaticinaban de antemano, casi con el 50 por ciento de los votos el intendente capitalino logró apabullar a su rival de turno -Carim Peche- para obtener nuevamente el sillón de Obligado.
La gran particularidad que tuvo esta elección fue la gran supremacía del coquismo, pero no dejó de sorprender la excelente performance del Frente Integrador de Juan Carlos Bacileff Ivanoff, que no solo obtuvo más de 75 mil votos en toda la provincia, sino que también tuvo como premio, nada más y nada menos, que dos bancas en la Legislatura provincial. Esto generó una gran desequilibró en la Casa de la Democracia que esperaba unos comicios polarizados entre el Justicialismo y el radicalismo, algo que no ocurrió. En cambio, se terminó configurando un escenario muy complejo que dará que hablar durante los próximos cuatro años. Es que ahora la Cámara de Diputados del Chaco dejará de tener solamente dos bloques mayoritarios en los que se definían todas las cuestiones, para pasar a tener múltiples mini bloques que gozarán de gran poder.
El Frente Chaqueño quedará a partir del 10 de diciembre con 12 bancas, que estarán ocupadas por coquistas leales. Por otro lado, la oposición radical, quedará con 11, mientras que la Corriente de Expresión Renovada (El Gustavismo), tendrá 5, pero con un claro aliado que es Juan José Bergia del Nepar. Luego aparece el Frente Integrador de Chiyo con dos bancas y el solitario Aurelio Díaz del Partido Obrero por su cuenta. Si a este complicado y surtido escenario político se le suman las polémicas declaraciones de la coquista Claudia Panzardi reclamando el liderazgo electoral en la lista de diputados para quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados a partir del 10 de diciembre, se podría decir que se está gestando un gran cóctel explosivo en el oficialismo.
Es que con la gran diversidad de bloques políticos que habrá en la Legislatura y el quilombo en puerta iniciado por la barbie de Laguna Blanca, seguramente se pondrá en peligro el supuesto acuerdo existente para que Hugo Abel Sager comande los destinos de la Casa de la Democracia por los próximos dos años. Y no porque Panzardi tenga algún tipo de chances de quedarse con el sillón grande de Brown 520, sino que le terminará facilitando al gustavismo una nueva re-reelección de Elida Cuesta en el cargo que ostenta desde fines de 2015. Y más, si el próximo 10 de noviembre Gustavo Martínez lograr la patriada del año y logra quedarse con la intendencia de Resistencia, que según las últimas encuestas realizadas, estaría peleando mano a mano con Leandro Zdero por muy poca diferencia.
Este tema sin dudas, lógicamente, también repercutirá en las negociaciones de Jorge Capitanich de cara al inicio de su tercer mandato en la gobernación. Todos dan por hecho que el montenegrino continuará apoyando la candidatura de Diego Arévalo en la capital para poner palos en la rueda a un Gustavito que viene embalado y tendría la mejor chance de su vida. ¿Pero si esto no es así? No extrañaría que Coqui opte por desistir con la aventura de su joven secretario municipal para darle la venia a Martínez y así enfriar el posible escándalo de fin de año en la Legislatura. Serán complicados los dos primeros años de la nueva gestión al frente del Gobierno provincial y seguramente necesitará tener un hombre de confianza que facilite la aprobación de las necesarias leyes de endeudamiento y presupuesto ajustados, herramientas vitales si se tiene en cuenta el difícil panorama económico que podría dejar el macrismo a fin de año.
Los tiempos son acotados y el 10 de noviembre está a la vuelta de la esquina. En medio estará la elección presidencial en la que el peronismo chaqueño trabajará supuestamente unido para que la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández obtenga una rotunda victoria en la provincia. Habrá que ver si todo sigue color de rosas y en noviembre hay unidad para que el peronismo gane y no se le entregue, después de haberlo recuperado tras 16 años y lograr una excelente gestión durante cuatro años, el principal municipio de la provincia a un macrista como Leandro Zdero.
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