El caso de Cecilia Strzyzowski conmovió la estructura política del gobierno peronista chaqueño con Jorge Capitanich a la cabeza, por estar implicado uno de sus principales socios políticos. Aquí una breve reseña histórica que demuestra cómo fue que Sena y su familia llegaron, vía la cooptación y la corrupción, a encaramarse en altas estructuras de poder.
En la década de los 90, a fines del siglo pasado, el hambre y la desocupación crecían en Argentina a raíz del programa político, económico y social de corte neoliberal llevado adelante por el gobierno peronista de Carlos Menem y su ministro de Economía Domingo Cavallo. En la provincia del Chaco la situación no era ajena y se daban fuertes luchas, como se dieron en otros puntos del país, enfrentando al desempleo y al achicamiento del Estado y en contra de la entrega de empresas públicas a capitales multinacionales.
En su juventud, Emerenciano Sena se vinculó a la Federación Juvenil Comunista. Allí conoció a dirigentes del PCA como Aurelio Díaz y a experiencias vinculadas a Montoneros y otros sectores del peronismo. Con esos sectores conformaron en los años 80 la “Lista Naranja-Violeta” para la lucha sindical al interior de la Uocra, el sindicato de la construcción, activando las medidas por salarios y condiciones laborales.
Durante la inundación de 1992 que asoló la localidad de Barranqueras (en el Gran Resistencia), al sufrir las consecuencia en el barrio donde vivía, Villa Los Lirios, Sena movilizó a sus vecines a cortar la Avenida 9 de Julio, troncal de la capital chaqueña. Así se fue convirtiendo en referente y años después conformó, junto a otres referentes, el Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) General San Martín , organización que se estableció como independiente de los gobiernos y de los partidos del sistema.
El 27 de julio de 1999 el MTD General San Martín , ante la falta de respuestas a sus reclamos, instaló una carpa bautizada “el rancho de la dignidad” en la vereda de la Casa de Gobierno del Chaco. Tuvo repercusión nacional. A las actividades realizadas alrededor de la carpa se sumaron cortes de ruta en reclamo por mercaderías, convirtiendo a Emerenciano en referente provincial de la protesta social.
El 17 de julio de 2000 la carpa fue reprimida violentamente. Las fuerzas represivas hicieron uso de armas de fuego. Tras un año de permanencia del “rancho de la dignidad”, al ser barrido de la vereda de la Casa de Gobierno, se produjo un fuerte desgaste de las bases del movimiento. A su vez surgieron diferencias en la cúpula del MTD en relación a la propuesta de resolución de la problemática social en la provincia: estaban quienes planteaban que debía haber una salida política y quienes sólo veían la necesidad de una salida economicista. Así se produjo la primera división.
Emerenciano, alineado a la segunda opción, se ubicó como referente de un sector denominado “Frente de Liberación Nacional y Social”. Tras una acción en la Ruta Nacional N°11 que duró tres días, cambiaron de nombre a MTD 17 de Julio .
En esa etapa el MTD 17 de Julio se destacó por intervenir y parar un acto donde participaba el presidente Fernando de la Rúa, que había llegado a Resistencia a presentar el Programa Jefes y Jefas de Hogar. Por esa acción Sena fue detenido por tres meses y, tras salir en libertad, se dirigió a Buenos Aires, donde integró la Coordinadora Sur. En nombre de esa organización intervino en la primera Asamblea Nacional Piquetera, realizada en La Matanza el 24 de julio de 2001. En su discurso condenó las opciones reformistas del momento y se pronunció por una alternativa obrera, de unidad entre ocupados y desocupados.
Tras la caída del gobierno de la Alianza, durante las jornadas de diciembre de 2001, y a su regreso a la provincia del Chaco, Sena retomó contactos con organizaciones vinculadas al peronismo, que vinculaban los reclamos sociales a la recuperación del Estado provincial, que llevaba tres períodos en manos de gobiernos radicales.
Por esa ápoca Emerenciano conoció a Marcela Acuña, hija de Saúl, un reconocido abogado y militante de derechos humanos en cuyo homenaje los Sena crearon la Fundación Saúl Acuña, receptora de todo tipo de donaciones y aportes de más que dudosa procedencia.
César Sena (izquierda) y Marcela Acuña (derecha) mostrando la boleta del Frente Chaqueño con la que iban a participar de las PASO del último domingo
“Ya para mediados de 2002 direccionó la lucha para gestionar reivindicaciones a nivel nacional, en gran parte por el acuerdo con organizaciones no clasistas. A esta altura la organización ya estaba cooptada por punteros del PJ o con posiciones lejanas a la independencia de clase”, recuerdan hoy desde el MTR-Resistencia, organización que pertenecía al mismo movimiento de Sena pero terminó rompiendo con él. Fue la segunda ruptura en el historial de Emerenciano, que se consolidaba como caudillo en la organización.
En 2003, con la desmovilización de las organizaciones piqueteras, en un proceso de cooptación estatal, la organización de Emerenciano se vinculó al proyecto Sueños compartidos, un plan de construcción de viviendas con fondos nacionales, adjudicado entonces a la Asociación Madres de Plaza de Mayo y dirigido por Sergio Schocklender.
Sena y Schocklender tuvieron diferencias, lo que llevó a que las viviendas a cargo de la organización que dirige Emerenciano pasara a recibir fondos provinciales para terminar el proyecto. Como demostración del fuerte desvío personalista, el barrio construido fue bautizado nada menos que como Emerenciano Sena, el nombre del mismo dirigente, que con anterioridad había rebautizado a la organización con el nombre de Movimiento Socialista Emerenciano .
Fusión con Coqui
En 2007, con el viento de cola de la exportación de soja a precios récord en beneficio del gobierno kirchnerista, se dio el proceso de cooptación de organizaciones sociales y de derechos humanos. También se produjo la llegada al gobierno provincial de Jorge Milton Capitanich, quien brindó fuertes desembolsos para terminar el Barrio Emerenciano.
En 2008 la emergencia de un nuevo caudillo, “Tito” López, provocó un nuevo rompimiento en la organización. Sena rebautizó a su espacio como Movimiento Emerenciano , que posteriormente sería la colateral del Partido Socialistas Unidos (PSU) , un sello incorporado a los distintos frentes hegemonizados por el peronismo chaqueño con Capitanich a la cabeza.
A decir del MTR- Resistencia, “políticamente la organización a pesar de un discurso y un relato de izquierda, en los hechos se acercaba a posiciones de derecha, como la defensa de los sectores de la Iglesia y su cruzada atacando a las organizaciones feministas en su lucha por la Ley del Aborto, apoyando a sectores oscuros de la burocracia sindical” como a Jacinto Sampayo del Sindicato de Trabajadores Municipales.
A esas inclinaciones reaccionarias en lo ideológico y político se suma el hecho de que los Sena fueron conformando un entramado clientelar y de tinte paraestatal mediante el cual extendieron su poder en la provincia a niveles pocas veces vistos. Además de su enriquecimiento personal, la organización que conducen se convirtió en un aparato de gran capacidad de movilización en favor de Capitanich y, también, de enfrentamiento con otras organizaciones sociales no oficialistas.
Cecilia Strzyzoswski
Sin la estrechísima relación de Sena y Acuña con el Estado chaqueño, y en especial con las huestes de Capitanich, no se podría comprender la enorme sensación de impunidad que habrán sentido Emerenciano, su esposa, su hijo y cuatro miembros de su entorno al momento de asesinar y hacer desaparecer a Cecilia Strzyzowski. Al menos, hasta el momento, ésa es la hipótesis más firme de lo que pudo haber pasado con la mujer de 28 años y por la que los siete se encuentran detenidos.
De forma oportunista y que nada tiene que ver con la búsqueda de la verdad y la justicia, diversos sectores de la oposición de derecha se subieron al caso de Cecilia Strzyzowski para esmerilar al máximo a “Coqui”. Sin muchos más fundamentos que sus propias obsesiones, llegan a adjudicarle al gobernador una complicidad directa en el crimen. Pero más allá de ese uso político, lo cierto es que Capitanich no puede desentenderse de haber colaborado con ganas a esa impunidad eterna que los Sena creyeron haber conseguido.
Como el crimen no fue perfecto, probablemente sean juzgados por un femicidio atroz. Pero nada puede borrar la historia política y social que los tuvo como protagonistas en estas décadas.
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