El ministro, un hombre clave del PRO, deja el cargo por motivos personales. Los posibles sucesores.
Edgardo Cenzón dejará el cargo de ministro de Infraestructura de la provincia de Buenos Aires hacia fin de año. Ya lo conversó con la gobernadora María Eugenia Vidal, quien luego de intentar retenerlo, terminó concediendo que las razones personales que esgrimió su ministro eran atendibles.
Los políticos sueles apelar a la familia cuando tienen que dar un paso al costado, pero es este caso es real.
La salida de Cenzón del esquema de gobierno es una carga de profundidad en el PRO. Se trata de un hombre que fue clave en el arribo de Vidal a la provincia y del propio Mauricio Macri a la Presidencia, con quien mantenía diálogo directo y frecuente hasta su pase a provincia.
Sensato, de origen en el peronismo universitario de Córdoba, economista formado y ex colaborador de Carlos Melconian, fue creciendo en la consideración de Macri a fuerza de resolver problemas que parecían imposibles. Una suerte de Mister Wolf del círculo de decisión del PRO, que por aquellos años se reducía a Macri, Caputo y Larreta.
De origen en la militancia universitaria peronista en Córdoba, Cenzón se especializó en resolver problemas imposibles: Fue así que lo mandaron a Compras, Publicidad, Seguridad y por último a Espacio Público.
Ordenó en el inició de la gestión porteña el área de compras y contrataciones.Luego hizo lo mismo cuando hubo que equipar de cero la Metropolitana y el enjambre de intereses amenazaba con explotarle en las manos al entonces ministro Guillermo Montenegro. Luego tuvo que ordenar el manejo de la pauta de la Ciudad, tras el lamentable suicidio de Gregorio Centurión.
Y de allí lo mandaron a rescatar la gestión de Diego Santilli en el Ministerio de Espacio Público, a quien terminó sucediendo.
Sencillo y con una cualidad poco usual en el PRO –el cumplimiento de la palabra-, Cenzón logró casi un imposible en la política: Que aquellos a quienes tenía que intervenir, le terminaran agradeciendo la asepsia del procedimiento.
Acaso su punto más alto como dirigente político lo tuvo meses atrás, cuando tras otro desgraciado suicidio, el de su antecesor peronista, Alejandro Arlía, firmó una nota afirmando que no había encontrado ningún indicio de corrupción atribuible al fallecido. Evitó así sumarse a la denuncia fácil que por momentos monopoliza a Cambiemos.
Los sucesores
Cenzón había empezado a consolidarse como una referencia política para los intendentes peronistas de la provincia, no porque los tapara de obras –los recursos siguen demorándose-, sino porque le ponía un empeño al vínculo y al esfuerzo por avanzar en lo posible, que se destacaba en la indolencia general.
Es una pérdida importante para su amiga Vidal y acaso más importante para Macri, que ve partir a un hombre clave en cualquier recambio. Antes que asumiera el nuevo Gobierno, Cenzón fue mencionado como posible jefe de Gabinete, vicejefe de Gabinete, titular de la Agencia Federal de Inteligencia, ministro de la Producción y titular de AFIP. Así de versátil es el hombre.
No es casual. Se trata de un operador muy efectivo en la relación con el poder, respetado por empresarios, sindicalistas, dirigentes de la oposición y dueños y directivos de medios.
Tras su salida, Vidal analiza un esquema nuevo que le permita amortiguar el impacto y en todo caso tener una estructura que pueda absorber el año próximo el desembarco fuerte de fondos –si es que se concretan- para poner en marcha en serio la obra pública.
Por eso, la idea es partir el ministerio y crear uno de Obras Públicas y otro que administre los servicios públicos, en una remake de la división que sobre el final de su mandato ensayó Scioli.
La idea que maneja Vidal es recrear la división que ensayó Scioli sobre el final de su mandato, partiendo Infraestructura en una cartera de Obras Públicas y otra de Servicios Públicos.
Como el central de la obra pública en la provincia es sanitaria, según la obsesión de Macri por darle cloacas y agua potable a todos los bonaerenses, el candidato natural para esa cartera es el efectivo subsecretario de Infraestructura Hidráulica, Rodrigo Silvosa.
En tanto para una futura cartera que concentre la relación y administración de los servicios públicos se menciona a Jorge Arce, actual titular del organismo de control de la energía eléctrica bonaerense (Oceba), que según cancherean en la provincia: “es mejor y sabe más que Aranguren”.
En este año difícil, Cenzón se reunió con los 135 intendentes de la provincia, peinó una por una las obras prioritarias, ordenó hasta donde pudo la maraña burocrática heredada y dejó en marcha la maquinaria para que le inyecten los fondos prometidos. Bastante como legado.
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