Fue la designación más polémica que tomó el Senado bonaerense: Juan Pablo Peredo fue elegido este jueves para ocupar una de las sillas del Tribunal de Cuentas bonaerense.
Un cargo vitalicio, desde donde revisará las cuentas de los 135 municipios y el gobierno provincial. La elección de Peredo generó varias controversias: es que su matricula como contador público había sido cancelada y fue denunciado por Margarita Stolbizer por tener participación en una consultora que, pese a no tener empleados, consiguió varios contratos con el gobierno nacional y porteño. Pero el influjo de Martín Insaurralde , intendente de Lomas de Zamora y promotor de la designación de Peredo, pudo más. El vínculo va más allá de la política. Peredo es señalado como "celestino" del romance de Insaurralde y su esposa, Jésica Cirio , y como guionista de los elogios que la modelo le regalaba al intendente desde la pantalla de Showmatch. Las impugnaciones fueron fuertes, pero el amor lo fue más.
El extraño homenaje a un intendente, a flor de piel
No son pocos los que eligen tatuarse al Che Guevara . Más, quizá, que aquellos que se animan al rostro de Perón o Evita. Si hasta el diputado bonaerense Miguel Funes se hizo famoso por estamparse el rostro de Néstor Kirchner en su brazo. Pero de allí a llevar en la piel a un intendente del conurbano parece haber un largo trecho. Y más si se trata de un jefe comunal obsesionado por el perfil bajo y, si se quiere, alejado del costado "cool" que cultivan algunos de sus pares. Pero un jubilado de San Fernando, excolectivero, se gravó en blanco y negro el rostro de Luis Andreotti, intendente del Frente Renovador. Mingo, como se presentó en las redes sociales, dijo que lo hizo en agradecimiento "por las promesas cumplidas" y que, orgulloso, se va a llevar la cara de Andreotti "a la tumba". Juró que no recibió nada por el gesto. Lo mismo dicen cerca del intendente. Creer o reventar, porque borrar no se puede.
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