Ambos dirigentes compartieron una reunión a solas el jueves pasado, pero no hubo foto ni gestos de distensión; los fantasmas que acechan al radicalismo y las estrategias del macrismo.
Por: Laura Serra.
No hubo foto de aquel primer encuentro a solas tras las PASO porteñas. Tampoco se programó aún una actividad juntos en el arranque de la campaña con vistas a octubre. La tensión no cede entre Jorge Macri, el ganador de las primarias en Juntos por el Cambio, y Martín Lousteau, quien fue su rival en las primarias. Si bien el radicalismo porteño asevera que dará pelea para que JxC gane la ciudad en octubre, el malestar interno es tal que pone incluso en riesgo la posibilidad de ganar en primera vuelta.
De aquella reunión de una hora que Macri y Lousteau mantuvieron el jueves pasado apenas trascendió que ambos delegarán los asuntos proselitistas en la mesa de campaña que se conformó con los demás socios de la coalición. Un epílogo bastante pobre para un primer encuentro si se lo compara con la ampulosidad de los gestos en pos de la unidad que exhiben Patricia Bullrich y los perdedores de la primaria presidencial con el objetivo de retener los votos de Horacio Rodríguez Larreta.
“Si se mantiene este clima de malestar, le va a ser difícil a Jorge ganar en primera vuelta”, advierten desde el radicalismo porteño. Los hechos de inseguridad que se sucedieron en el último tiempo, que tuvo como corolario el drama del asesinato del ingeniero Mariano Barbieri, tampoco ayuda a crear un clima exitista. Según trascendió de fuentes porteñas, Macri se mantuvo ajeno a la decisión de Rodríguez Larreta de desplazar a Eugenio Burzaco de la cartera de seguridad.
“No nos corresponde opinar. Más allá de esto, Macri está de acuerdo con el nombramiento de Gustavo Coria como ministro de Seguridad sin que eso suponga un compromiso para el 11 de diciembre”, deslizan desde el entorno del candidato.
Lo cierto es que la relación entre Macri y Larreta tampoco atraviesa un buen momento. La salida anticipada de dos funcionarios de su gabinete, María Migliore y Christian Werle, no le cayó en gracia; ambos habían apoyado la candidatura de Lousteau y tanto Larreta como los radicales sospechan que, detrás de ambas renuncias, está el intento de los primos Macri –Mauricio y Jorge- de depurar la futura administración de dirigentes que no sean afines.
El radicalismo todavía sangra por la herida por la decisión de Macri de elegir a Clara Muzzio –una dirigente Pro de pura cepa- como su candidata a vicejefa de gobierno. “Jorge todavía no tomó conciencia que le ganó por apenas un punto y medio a Martín en la primaria; en lugar de abrir el juego se repliega en el núcleo duro del macrismo. En lugar de contener, expulsa. Esto nunca pasó en la ciudad”, es la queja unánime los correligionarios.
Ante esta perspectiva, la única motivación real que tienen sus militantes para ponerle el cuerpo a la campaña son los candidatos a legisladores porteños del espacio. “Es clave que ingresen a la Legislatura la mayor cantidad posible de los candidatos de nuestro espacio”, aleccionan.
En el comando de campaña de Macri relativizan los cuestionamientos de sus socios. “Desde el principio Jorge planteó que, si ganaba las primarias, no iba a lotear su gabinete con los que fueran derrotados. “De todas maneras, Jorge no tiene ninguna intención de romper su relación con los socios de la coalición, al contrario. Si ganamos la ciudad, a cada uno se les respetará su lugar en la futura administración, eso es un hecho “, garantizan.
En el radicalismo desconfían. Sospechan que, de ganar JxC la ciudad, Jorge y su primo Mauricio buscarán recuperar su bastión para el núcleo duro de Pro y, acto seguido, articularán acuerdos en la Legislatura con los libertarios que responden a Javier Milei.
La figura del libertario resulta revulsiva en las filas de la UCR, como también en la Coalición Cívica y en las demás fuerzas progresistas de Juntos por el Cambio. No es para menos: para Milei no son más que “inútiles”, “basuras” e “ignorantes”, entre otros epítetos que les dedica de su amplio catálogo contra la “casta política”. En el radicalismo descuentan que un triunfo del libertario en las generales de octubre precipitará la ruptura de Juntos por el Cambio con la partida del macrismo más cerril.
“Por eso es clave apoyar la campaña de Patricia. Ella y Martín (Lousteau) quedaron en muy buenos términos después de las primarias. El gesto que no tuvo Jorge (Macri) con nosotros lo ha tenido Patricia, porque sabe que nos necesita”, deslizan.
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