Por José Luis Jacobo.
La presencia de Guillermo Montenegro en la reunión de intendentes del PRO en Olavarría marca un derrotero fuerte, en el cual los que se fueron alineando detrás de Jorge Macri y Néstor Gridetti dejan en claro que, la suerte de la política en la provincia de Buenos Aires, ya no se decide en CABA.
En esta reunión fuera de agenda pública hay un detalle que no se puede ignorar: Horacio Rodríguez Larreta concurrió solo a una reunión en territorio bonaerense, un día antes que María Eugenia Vidal retornase al país. No es casualidad, se trata de una definición política de peso.
Tampoco estuvo Diego Santilli, al cual Larreta pretendía ungir como delfín encabezando la lista provincial en vistas del comicio de medio término de este año en el cual, como señaló el radical Mario Negri: “el gobierno está a 7 diputados de tener mayoría en la cámara baja”.
La reunión tiene significancia política. Larreta “bajó” a la provincia, la misma se hizo en territorio del interior bonaerense, y participaron todos los intendentes del PRO. Los medios de CABA hablan de una reunión armada por Rodríguez Larreta. Difícil, hubiera sido en Capital y no en el interior de la provincia.
Lejos de toda medida de control en función de la pandemia, fueron a Olavarría Guillermo Montenegro (General Pueyrredón), Héctor Gay (Bahía Blanca), Javier Martínez (Pergamino), Pablo Petrecca (Junín), Hernán Bertellys (Azul), Mariano Uset (Coronel Rosales), Mariano Barroso (9 de Julio), Héctor Gatica (Bragado), Jorge Etcheverry (Lobos), Gustavo Perie (Ramallo), José Luis Zara (Patagones), Luis Etchevarren (Dolores), Martín Yeza (Pinamar), Lisando Matzkin (Coronel Pringles), Javier Reynoso (Rivadavia), Jorge Macri (Vicente López) y Javier Iguacel (Capitán Sarmiento). A eso se suma, obviamente, la presencia de Ezequiel Galli como intendente local. La reunión fue muy criticada en las redes por ser violatoria de las imposiciones restrictivas que se viven en el partido de Olavarría.
Quizá haya sido una buena oportunidad para Guillermo Montenegro que, pese a que se muestra con el jefe de gobierno de CABA, no tiene buena relación con él. Toda la jugada en Mar del Plata depende de la relación con María Eugenia Vidal, quien cada día aparece más fuera de todo el escenario de poder en debate. Esa situación —la pérdida de poder del “hada triste de Morón”— y el ceder en la idea de llevar al metropolitano Santilli como cabeza de la lista en provincia, deberían abrir otros caminos para que no quede completamente aislado el jefe comunal local del tablero de control de estas elecciones.
Hay quienes dicen que todo se precipitó por la “nominación” de Facundo Manes por parte de la UCR a la lista nacional en la provincia. Jugada farol y provocadora, sin peso real. El impulso de Jorge Macri está mostrando que todo cambió y hay otra realidad en la provincia. Ya nada será igual.
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