El proyecto cuenta con autorizaciones del Ministerio y la Junta, y un informe hidrogeológico independiente garantiza un “impacto inapreciable” en el suministro al pueblo, por lo que el equipo de Gobierno llama a la calma y apuesta por una “prosperidad segura”.
“Tenemos mucha suerte: tenemos agua, muy buena y más que de sobra”. Como si de una gran veta de oro, como si de petróleo manando se tratara, el alcalde del municipio leonés de Caltrocalbón, Luis Cenador, resume de una manera tan gráfica la defensa que el Ayuntamiento que dirige hace de un proyecto de sondeo y análisis de la calidad del agua de sus muchos acuíferos por parte de una empresa para valorar la construcción de una planta embotelladora de agua mineral.
Hace ya año y medio que la empresa Aguas del Castro ha puesto en marcha el proyecto. Cuenta con las dos autorizaciones obligatorias y necesarias: por un lado, la de aprovechamiento de aguas subterráneas, concedida por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD); y por otro el de Minas de la Junta, para realizar los sondeos necesarios en terrenos ya adquiridos por la compañía, una finca en una subasta pública y otra adquirida a un vecino.
Estas autorizaciones han sido comprobadas oficialmente por el Consistorio, que no sólo no tiene duda, por disponer de los documentos oficiales del Ministerio y la Junta que lo certifican, de que todo está en regla, sino que defiende la generación de riqueza que supondría la futura construcción de la factoría.
Y es que el Plan del Empleo de la empresa cifra entre 20 y 30 empleos los que se crearían en una primera fase, elevándose a entre 80 y 90 cuando estuviera a pleno rendimiento. Son cifras de trabajadores, muchos de la zona, que ya presenta otra planta similar que funciona en Palacios de la Valduerna, Aguas del Teleno, a apenas 15 kilómetros en línea recta de Castrocalbón. El alcalde lo tiene claro: “Más allá del pago del IBI y demás, este proyecto fijaría población, crearía muchas sinergias positivas, algo esencial sobre todo para que los jóvenes, incluso los que están trabajando en Soto o Riego de la Vega, o Villadangos, sigan pudiendo vivir aquí, en sus pueblos”.
En el tiempo que todos los trámites avanzan positivamente, un grupo de vecinos ha mostrado su oposición. Su principal argumento es que el embotellado y comercialización del líquido podría poner en riesgo el agua de consumo para el pueblo. Algunos pocos permanecen acampados en los accesos a la finca de la empresa, que esta intentó vallar tras impedírsele realizar los sondeos que tiene autorizados. Un acto vandálico tiró las vallas y hay tramitadas denuncias ante la Guardia Civil, que investiga la autoría.
Mapa de los muchos pozos del entorno de Castrocalbón, con la ubicación del proyecto.
La pasada semana la compañía, disponiendo de todos los permisos, intentó realizar otra vez el sondeo del pozo del que extraer durante el próximo año las analíticas que deben sustentar la calidad del agua, pero nuevas presiones lo impidieron y, con intervención de la Guardia Civil, también se cursan algunas nuevas denuncias.
Para despejar cualquier duda posible, el Ayuntamiento de Castrocalbón ha querido asegurarse de que el agua del pueblo ni del riego corre riesgo alguno de verse limitado. De ahí que contratara un estudio hidrogeológico independiente que ha analizado los siete pozos activos “desde hace más de 40 años”, todos ellos de agua surgente, que mana por sí sola, sin necesidad de bombeos.
“Impacto inapreciable en los recursos hídricos”
La conclusión del informe de casi 50 folios es categórica: “El caudal solicitado por Aguas de Castro supone un impacto inapreciable en los recursos hídricos subterráneos”. Porque “solo en el entorno de Castrocalbón existen recursos renovables de carácter surgente que pueden oscilar entre los 145 y los 200 litros por segundo ” y eso sin tener en cuenta “el resto de zonas y posibles descargas al río Eria”. Y la autorización de CHD para la empresa embotelladora es de 4,9 l/s. El resto del agua sobrante, resalta el alcalde, “se tira constantemente al río Eria sin aprovechamiento” alguno.
Con estos datos, el equipo de Gobierno tiene claras dos cosas: la primera, que “si lo tienen todo en regla ante los organismos de los que depende, como es el caso, nosotros no podemos oponernos aunque quisiéramos porque estaríamos prevaricando”. En segundo lugar, tienen claro que el agua no corre riesgo, ni en el actual escenario ni en ninguno. De modo que “ahora la empresa es la que debe hacer sus análisis sanitarios y, si el líquido se considera apto, hacer su inversión, es cosa suya, nosotros no podemos intervenir”.
Pero además, lamentan la tensión y los argumentos “sin ningún apoyo científico” de personas que, considera el alcalde, “lo que hacen con su actitud es hacer el ridículo, abochornarnos como municipio y frenar nuestra posible prosperidad”. “Que nadie piense que por la fuerza van a impedir algo cuando ese algo cumple la Ley y todo lo necesario”, dice el alcalde, instando a “acudir al Juzgado si alguien dice tener algún motivo”.
Con todo ello, el Consistorio hace una “llamada a la calma”, instando a comprobar todos los informes y autorizaciones que se colgarán en la web municipal con total transparencia. “No hay nada que esconder: Nos jugamos un poco nuestro futuro con ello”, concluye el alcalde.
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