Pasa el tiempo y no aparecen indicios claros de quién o quiénes mataron al oficial ayudante. Tampoco se pudo determinar si estuvo 26 días cautivo u oculto.
Desconcierto. A dos meses del hallazgo del cuerpo sin vida del oficial ayudante de la Policía de Río Negro, Lucas Muñoz, los investigadores aún no logran desentrañar el misterio en torno al crimen del joven policía y abundan las preguntas sin respuestas. La causa penal aún no tiene imputados por el homicidio.
Fuentes con acceso a la causa admitieron que aún no se sabe quién mató a Muñoz. Tampoco se pudo determinar si estuvo oculto o cautivo y por qué lo asesinaron. El voluminoso expediente, que maneja el fiscal Martín Govetto, ya suma 17 cuerpos.
Indicaron que desde la fiscalía solicitaron nuevas peritaciones al gabinete de Criminalística y Estudios Forenses de Gendarmería de la ciudad de Buenos Aires. Se trata de estudios de microscopía electrónica para tratar de descubrir posibles rastros genéticos en el uniforme y algunas pertenencias de Muñoz, explicaron las fuentes.
Los resultados de las peritaciones que se hicieron hasta el momento no aportaron información suficiente. No se detectó ningún rastro genético de otra persona entre las prendas analizadas ni en el material recolectado en el lugar donde hallaron el cuerpo de la víctima. “El cuerpo de Lucas está limpio”, reconocieron las fuentes. Aún faltan los resultados de los estudios histopatológicos encargados al cuerpo médico forense de la Corte Suprema.
Los investigadores sospechan que en el homicidio de Lucas intervino “gente profesional”. Ni siquiera se halló una huella dactilar en el celular de la víctima, que hallaron junto al cuerpo. Las pruebas informáticas que hizo personal de la PSA tampoco arrojaron pistas revelantes.
Muñoz salió de su domicilio el 14 de julio para ir a trabajar en la comisaría 42 y desapareció. Hallaron su cadáver el 10 de agosto pasado en un descampado, ubicado en las afueras de Bariloche. El policía de 29 años tenía un tiro en la nuca y otro en la pantorrilla derecha.
Las fuentes comentaron que la autopsia estableció que primero recibió el proyectil en la pierna a corta distancia. Sospechan que Muñoz estaba en movimiento cuando impactó la bala porque hubo desplazamiento de hueso de la pierna. El uniforme quedó con el agujero del proyectil. Después lo ejecutaron posiblemente con su arma reglamentaria, que dejaron cerca de su mano derecha.
En la pierna izquierda había excoriaciones. No se sabe si se cayó en su intento de escapar o si lo hicieron arrodillar.
El uniforme no estaba sucio. Por eso, creen que Muñoz usó otra ropa mientras estuvo en cautiverio. La investigación hasta ahora no pudo establecer si estuvo oculto o cautivo porque se alimentó y no lo sometieron a torturas. “Te desorienta los 26 días que estuvo vivo”, admitió una de las fuentes.
“Escuchó o vio algo”La investigación estableció que Muñoz no tenía deudas ni vinculaciones con una banda dedicada a la venta de drogas. Había sido asignado en octubre de 2015 a la comisaría 42 y no llevaba ni un año en Bariloche. Por eso, los investigadores no creen que se haya tratado de un homicidio por encargo.Fuentes cercanas al expediente sospechan que “escuchó o vio algo” relacionado con zonas liberadas para delinquir o vender estupefacientes. La otra alternativa es que lo hayan secuestrado al azar y querían intercambiarlo. Pero son todas conjeturas. “¿quién tiene la organización y la logística para tener a alguien 25 días en un lugar? Por lo tanto estamos en presencia de una situación mucho más compleja”, advirtió el gobernador Alberto Weretilneck. Por eso, los investigadores sospechan de la participación de policías en el hecho. Creen poco factible que haya estado oculto 25 ó 26 días, porque se comunicaba con frecuencia con sus tres hijos y sus padres, de Ramos Mexía.AnálisisNo hay crimenes perfectosPasaron dos meses desde el hallazgo del cadáver del oficial ayudante Lucas Muñoz y la investigación hasta ahora sigue en deuda. La sensación que se percibe en las calles de esta ciudad es que será otro caso impune, que se sumará al listado que tiene en su cuenta el Poder Judicial de Río Negro.El fiscal Martín Govetto, a cargo de la investigación, está dedicado de manera exclusiva desde hace varias semanas al caso. Desde el hallazgo del cuerpo, el fiscal trabaja con peritos de la PSA y de la Gendarmería. No hay antecedentes de esa colaboración para esclarecer un homicidio en Bariloche. Tampoco que un equipo de cinco fiscales se haya conformado cuando Muñoz aún estaba desaparecido para dirigir la búsqueda.Muñoz estuvo 26 días vivo. Es un dato escalofriante. Que no lo hayan encontrado con vida deja en evidencia que algo se hizo mal.A diferencia de otros casos, los investigadores del homicidio de Muñoz cuentan con el cuerpo de la víctima, sus pertenencias y hasta su celular. Pero esa ventaja no se ha reflejado en avances concretos.“No hay crímenes perfectos sino investigaciones imperfectas”, advirtió años atrás el entonces fiscal de Cámara, Carlos López.
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