La suspensión de las elecciones de gobernador en las dos provincias sacudió el tablero político. El oficialismo cargó otra vez contra la Corte Suprema. Y apuntó también a la oposición. Todo se produce en un delicado cuadro social y a la espera de otro dato fuerte sobre la inflación
Por Eduardo Aulicino
La decisión de la Corte Suprema de suspender las elecciones de gobernador en Tucumán y San Juan impactó de lleno en el oficialismo, que pasó rápidamente de la sorpresa a la decisión previsible: escalar en la batalla contra el tribunal. El tucumano Juan Manzur y el sanjuanino Sergio Uñac mantuvieron reuniones en continuado con sus equipos y hubo contactos -pocos, síntoma de relaciones que se han enfriado- con Olivos. Alberto Fernández volvió a la carga en el frente judicial y quedó flotando la idea de cierta sintonía para extremar la respuesta. El kirchnerismo pegó el tema con el discurso de “proscripción” de CFK. Los gobernadores, finalmente, mostraron juego propio, que es la señal común de los adelantos de elecciones en la mayoría de las provincias.
El desconcierto del principio en filas del peronismo se debió a la proximidad con los comicios -cinco días antes- pero además, según se dejaba trascender, a señales en otra dirección que habrían recibido desde oficinas de Tribunales. No es lo mismo que se decía en algún ámbito opositor. Pero la respuesta de cada gobernador estuvo atada al cálculo sobre el efecto local antes que a consideraciones de campaña nacional. Lejos de las provincias, algunas voces del kirchnerismo duro promovían desconocer el fallo de la Corte. Un desastre en todo sentido.
En cambio, existía coincidencia discursiva en un punto. Se trataba de adjudicar la decisión del tribunal supremo a una suerte de “operación” con sello opositor para desarticular el festejo peronista por posibles triunfos en los cinco distritos -había dudas al menos sobre uno de ellos- que agendaron comicios para el domingo que viene. Además de las dos provincias ahora sin elección de gobernador, Salta, Tierra del Fuego y La Pampa.
Más allá del discurso, la otra especulación metía todo en el barro de las peleas, aunque de otro modo. Una reacción atada al persistente intento de juicio político a la Corte en Diputados. Ese proceso, con nulas chances de avanzar más allá del tratamiento en comisión, decayó respecto de la trascendencia del comienzo, pero suma elementos para tratar de esmerilar a los cuatro integrantes del tribunal. Ahora, desde el kirchnerismo asoma la intención de agregar este tema como “causal” de juicio, para sostener la batalla.
La decisión judicial, casi en el umbral de las elecciones locales, fue cuestionada en todos los casos por el momento en que se produjo y por el impacto en los planes de campaña oficial, pero sin considerar los antecedentes. Eso al menos podría haber eliminado el factor sorpresa. Casi de inmediato con la difusión de la noticia, en medios judiciales y políticos eran repetidos datos de archivo: la decisión que en 2013 cerró el camino reeleccionista al santiagueño Gerardo Zamora, que buscaba un tercer mandato consecutivo, y las resoluciones que en 2019 frenaron al rionegrino Alberto Weretilneck y al riojano Sergio Casas, con continuidad en el poder alternando cargos de gobernador y vice.
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