Busca cerrar acuerdos en una decena de distritos bonaerenses para debilitar al kirchnerismo. La banda de la sopa, macristas y radicales sin jefe, en la mira.
Por Pablo Lapuente
La Casa Rosada confeccionó una lista de dirigentes de distintas extracciones políticas a quienes quieren convencer de armar un gran acuerdo electoral para enfrentar juntos a PJ en la provincia de Buenos Aires. Conviven en esa nómina intendentes del PRO que no responden de manera directa a Mauricio Macri, a quien el propio Presidente invitó este miércoles, peronistas desencantados con Cristina Fernández de Kirchner y radicales sin una jefatura política clara.
"Si hay algo que no son los intendentes son suicidas, creemos que van a hacer lo mejor para sus distritos", comentó a este medio un operador que se mueve con comodidad por las ocho secciones electorales del territorio bonaerense. La frase deja entrever que buscarían un posible pase o, cuando menos, sellar un acuerdo de no agresión con distintos jefes comunales, a quienes les ofrecen sostener el manejo de sus distritos a cambio de dar su aporte a un gran bloque antikirchnerista.
Este operativo de seducción está en marcha desde hace largas semanas y quedó coronado con las recientes declaraciones de Javier Milei, que reconoció en su "acuerdo ideal" con Macri sería "ir juntos y arrasar con el kirchnerismo", pero evitó precisar qué lugar ocuparía el espacio del exmandatario en las listas. Las declaraciones presidenciales son también una nueva presión del líder libertario para que el líder del PRO se defina, finalmente, si estará en las filas del oficialismo en las próximas elecciones.
Uno por uno, los fichajes que quiere Javier Milei
En el ámbito del extinto Juntos por el Cambio, en la administración libertaria ponderan, sobre todo, a tres intendentes, con quienes ya entablaron numerosas reuniones privadas. En la lista incluyen a Manuel Passaglia, de San Nicolás, que ya había tenido una reunión con Santiago Caputo a mediados de agosto por este tema; Javier Martínez, de Pergamino, que responde a la estructura de Daniel Angelici, el operador judicial que rompió su histórica alianza con los Macri; y Guillermo Montenegro, un viejo conocido del asesor estrella, a quien incluso lo había tanteado para integrar la nueva estructura de la SIDE.
Se suma también Guillermo Britos, de Chivilcoy, un excomisario que estuvo a punto de ser candidato a gobernador de La Libertad Avanza en 2023, y otros dirigentes de la Unión Cívica Radical que no encuentran, por ahora, una jefatura política lo suficientemente sólida como para retenerlos.
En Balcarce 50 no se circunscriben sólo a los espacios con lo que tienen una afinidad ideológica más directa. De hecho, suelen mencionar diálogos fluidos con el peronismo no kirchnerista, a quien quieren convencer de construir una línea alternativa a la conducción de CFK en la provincia de Buenos Aires. ¿El objetivo? Sacarle a la lista oficial del PJ algunos puntos que le permita al liberalismo ganar la madre de todas las batallas en 2025.
Anotan como posible aliados del peronismo inorgánico a los integrantes de la Banda de la Sopa, como el exalcalde Juan Zabaleta y a los intendentes Fernando Gray (Esteban Echeverría), Julio Zamora (Tigre); e, incluso, a Mariano Cascallares (Almirante Brown). "Todavía no estamos trabajando juntos, pero sí estamos muy bien", resumió a Letra P un influyente operador mileísta.
Zabaleta y Zamora ya estuvieron en la Casa Rosada en octubre para dar cuenta de sus intenciones de acercarse al oficialismo.
Juan Zabaleta y Julio Zamora, en Casa Rosada.
La Casa Rosada busca un acuerdo de beneficios mutuos
Más allá de algunos acuerdos locales, en los que los jefes comunales tienen la posibilidad de designar autoridades en dependencias del Estado nacional como PAMI o la ANSES - una tradición casi histórica a lo largo de todos los gobiernos -, no hay aún sobre la mesa ofertas concretas para convencer a los dirigentes locales de la oposición para que se pasen a las filas del oficialismo.
Rige, al menos por ahora, un acuerdo tácito en el que los gobiernos comunales se verían beneficiados a través de distintos frentes. Por un lado, los intendentes podrán seguir controlando no sólo la estrategia electoral en sus territorios sino, también, el manejo de los Concejos Deliberantes. En principio no hay para la cúpula libertaria un conflicto de intereses políticos, ya que todos los esfuerzos para este año estarán puestos en teñir de violeta el Congreso y, en menos medida, la Legislatura bonaerense, para poner en jaque a Axel Kicillof y su sueño presidencial.
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