En una carta, la mamá de Julieta expresaba el amor por su hija

En una carta, la mamá de Julieta expresaba el amor por su hija

Claudia Pelliza, la mamá de la adolescente que falleció en Bariloche durante su viaje de egresados, no hizo público su dolor. Sin embargo, estas son las palabras que el año pasado le dedicaba a su hija.

Esta semana, tras saberse de la muerte de Julieta Uriarte tras una descompensación durante su viaje de fin de curso en Bariloche, su mamá,Claudia Pelliza, estuvo en boca de todos los medios. 

Primero fue por el viaje junto a su marido hasta la ciudad rionegrina la misma noche de lo ocurrido y este jueves por presentarse ambos como querellantes, luego de la reciente imputación de una médica de la empresa Travel Rock, por lo sucedido.

Claudia no habló con nadie. No alcanzan las palabras para describir el dolor de una madre que pasa por algo así y es entendible su silencio. Sin embargo, pueden rastrearse algunas pistas que la dejan al descubierto como mamá.

n marzo del año pasado Claudia compartía en su cuenta de Facebook un texto titulado "Carta de una madre a su hija". Ahí le decía: "el día que me veas vieja, te pido por favor que me tengas paciencia", descontando que les quedaban muchos años juntas, que ella se iría primero, sin pensar siquiera en un giro del destino que le sacara a Julieta de su lado.

"Cuánta verdad", dice Claudia en la red social antes de compartir la publicación, avalando las palabras del escrito, a través del que le hablaba a su hija. 

CARTA DE UNA MADRE A SU HIJA

Mi querida hija, el día que me veas vieja, te pido por favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de entenderme. Si cuando hablamos, repito lo mismo mil veces, no me interrumpas para decirme "eso ya me lo contaste" solamente escúchame por favor. 

Y recordar los tiempos en que eras niña y yo te leía la misma historia, noche tras noche hasta que te quedabas dormida. 

Cuando no me quiera bañar, no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando eras niña. 

Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de desesperada. 

Recuerda mi querida, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente, vestirte y peinarte por ti misma y como confrontar y lidiar con la vida. 

El día que notes que me estoy volviendo vieja, por favor, ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme. 

Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar y si no puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante. 

Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y que me escuches. Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las ofrecí cuando diste tus primero pasos. 

Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o incompetente de verme así, sólo te pido que estés conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor. 

Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que tuvimos la dicha de compartir juntas, te lo agradeceré. 

Con una enorme sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido, sólo quiero decirte que te amo, mi querida hija.

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