La tensión contenida entre ambos dirigentes sumó el segundo encontronazo público en lo que va del año. Antecedentes de un vínculo inestable. El factor Vidal.
Por Claudio Mardones
Una de las polémicas que siguen abiertas desde la última sesión de la Cámara de Diputados, que naufragó el 1° de diciembre, fueron los gestos obscenos del titular del bloque del PRO, Cristian Ritondo, hacia la titular del cuerpo Cecilia Moreau. El legislador tiene un pedido de expulsión presentado por 20 integrantes del bloque del Frente de Todos (FdT), pero la crítica que más impactó provino del fuego amigo. Fue la fundadora de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, quien salió a sacudirlo y reavivó una interna añeja que se crispó con más fuerza desde el año pasado.
"Cuando un partido político decide poner de presidente de bloque a alguien que, en su vida privada, su vida política, tiene comportamientos de barrabrava, tiene que llamar a una profunda reflexión de quienes dirigen ese partido y de (el expresidente) Mauricio Macri que lo avala”, lanzó la exdiputada en una entrevista al canal de cable TN. Carrió no sólo salió sacudirle por ella, sino también por las 11 bancas que conduce Juan Manuel López. Desde entonces el cuarto socio de JxC no se expide al respecto. No lo consideran necesario. En los dos bloques del radicalismo tampoco, aunque el conglomerado orgánico de 33 voluntades que preside Mario Negri está en el foco de las sospechas macristas, porque el legislador es un íntimo amigo de Carrió. La abogada oriunda del Chaco volvió a meter el dedo en la misma llaga de JxC que abrió cuando su amigo Negri perdió la presidencia del interbloque opositor ante el reclamo del sector que se estaba separando, liderado por Emiliano Yacobitti y Rodrigo De Loredo.
"Sepan lo que eligen en la presidencia de los bloques. Yo no me fui de un partido (por la UCR) que tenía corruptos para venir a hablar con los hijos privilegiados de esos corruptos, que manejaron Medicina o la Franja (Morada) de Ciencias Económicas con la mayor corrupción que se conoce en la historia", disparó Carrió para aludir a los dos diputados con conducían el cisma, pero también exministro y empresario Enrique Nosiglia y al senador porteño Martín Lousteau. Desde entonces la conducción del interbloque quedó acéfala. Era Ritondo el que podía ocuparla, al frente del bloque de 53 bancas. El más grande de un archipiélago de 10. Pero Lilita se opuso y sigue haciéndolo: no quiere que el exministro de Seguridad bonaerense tenga otro sillón más de poder.
La tensión creció en agosto, cuando Carrió se sumó a las denuncias que lanzó la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado. Lo acusó de ser parte del apartamiento contra ella en una causa de narcotráfico en la provincia de Buenos Aires durante la gestión de Cambiemos. La jueza apuntó a Marcelo D’Angelo, un ex asesor de Ritondo en Seguridad que tenía la defensa del funcionario Maximiliano Jarisch, imputado en esa causa. El letrado es socio de Marcelo Rochetti, otro abogado y exfuncionario muy vinculado a Ritondo que tuvo que dejar el cargo por una embestida de Lilita.
Carrió los viene cuestionando desde que María Eugenia Vidal juró como gobernadora. Lilita está segura de sus nexos con el fiscal Claudio Scapolán, que fue investigado y suspendido, y Julio Novo, obligado a renunciar a la fiscalía general del distrito por el escándalo. Los dos estaban acusados de vínculos con el narco. "Nos hemos ocupado de advertir en privado a las autoridades políticas que se encontraban en funciones en la provincia de Buenos Aires, acerca de la actuación del entonces funcionario del Ministerio de Seguridad Rochetti en algunos hechos, y de presentaciones judiciales que hemos realizado al respecto”, dijo entonces la exdiputada.
En agosto Carrió lanzó sus críticas cuando Arroyo Salgado abrió la ofensiva. Esa vez, Ritondo salió a contestarle, casi en soledad. Dijo que era una mentirosa y que "las discusiones tienen que ser hacia adentro". La espuma bajó luego de una reunión de la conducción del espacio, convocada por Macri, que respalda al titular del bloque del PRO.
Con ese antecedente, el macrismo salió a defender a Ritondo y cree que Carrió no está sola en este round. "Ella habría seguido castigando a Cristian, pero frenó porque la quiere a Vidal y entonces no siguió sacudiéndole", confió a Letra P un destacado integrante del bloque del PRO que no salió a defenderlo.
“Ritondo no es ningún barrabrava. Como vos sabés muy bien, es la persona que dejó el alma para cuidar a los bonaerenses durante 4 años y que ahora defiende a todos los argentinos frente a los atropellos inconstitucionales del kirchnerismo”, escribió la exgobernadora bonaerense desde su cuenta de Twitter.
El exministro de Educación y actual diputado, Alejandro Finocchiaro, se sumó a los respaldos. “Se reaccionó, como también lo hicieron airadamente diputados de su bancada para impedir otro atropello K. Ritondo apresó 3500 barrabravas mientras algunos comentaban desde la tribuna. Se puede hacer política sin enchastrar al otro. El eje es pensar en la gente” insistió.
Su par Victoria Morales Gorleri salió con un argumento similar: "Estoy orgullosa de Ritondo. Nos Defendió como ministro de Seguridad bajando el delito y expulsando a los narcos y hoy lidera que defendamos las instituciones que quieren avasallar los del FdT. Con diálogo y si es necesario con uñas y dientes. Si eso es barrabrava también lo soy", disparó.
El radical Miguel Bazze no se quedó callado y, con sus matices, reflejó que el gesto no cayó nada bien en el bloque de la UCR. “Fue un gesto desubicado, pero no fue hacia (Cecilia) Moreau", dijo sobre las señales obsenas de Ritondo en la Cámara baja. Para el legislador, estuvo destinado al jefe de la bancada del FdT, Germán Martínez.
A diferencia de la embestida que protagonizó Carrió en agosto, esta vez Ritondo fue defendido por varios de sus pares, pero especialmente por Vidal. El bloque tiene 53 escaños y los defensores superaron la decena, aunque también recibió la solidaridad de otros exfuncionarios del vidalismo. La expectativa es que el tema se desinfle, pero la inesperada intervención pública de Lilita confirma que el vinculo con Ritondo no registra mejorías desde hace más de un lustro.
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