Con nuevas advertencias contra Cristian Ritondo, Emilio Monzó y Rogelio Frigerio, la líder de la Coalición Cívica intenta forzar límites.
Por Gabriela Vulcano
Elisa Carrió está lejos de haber terminado con la seguidilla de acusaciones contra varios de los referentes de Juntos por el Cambio, a pesar de que desde PRO y la UCR resolvieron dar por cerrado el tema, al menos en público. La líder de la Coalición Cívica no sólo celebró las recientes declaraciones de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, que ratificó parte de sus dichos sobre el diputado nacional Cristian Ritondo, sino que además no piensa echarse atrás con las demás denuncias; muy por el contrario, analiza profundizarlas.
“Quedó muy golpeada”, dicen en algunos despachos de la Cámara de Diputados. “Por primera vez, le contestamos todos juntos”, plantea un dirigente radical, y agrega: “Eso nunca había pasado antes. Se terminó el miedo”. Varios de los señalados están más calmos aún porque el ex presidente Mauricio Macri no avaló en entrevistas, ni en las redes sociales, lo que Carrió vociferó días atrás, aunque no dudan que de algún modo le dio su visto bueno en privado.
Unos pocos leyeron rápidamente que, más o menos herida, la fundadora de la Coalición Cívica no tiene pensado poner un freno en lo inmediato. Según coinciden algunos en PRO y la UCR, Carrió necesita volver al lugar que supo tener cuando se convirtió en una de las hacedoras de Juntos por el Cambio. De algún modo, busca recordar al resto que es algo así como “la reserva moral” de la alianza opositora. Esa apreciación no es muy distinta a la que tienen en la Coalición Cívica, aunque con una connotación más positiva.
"No somos una fiscalía. Hacemos lo que podemos con lo que tenemos”, apuntó este martes la diputada de la Coalición Cívica Mónica Frade durante una entrevista en FM Futurock.
"Nos sorprende la dimensión que han tomado estas declaraciones porque no son nuevas. Son temas que se han tratado internamente. Creemos que hay que ajustar algunas cosas en Juntos por el Cambio. Es una herramienta perfectible, muy buena, y eso no significa que estamos mejor parados que el gobierno anterior. Eso requiere mayor transparencia autoexigencia", explicó Frade.
La legisladora también subrayó que "nadie la desmintió a Carrió respecto de lo que dijo", pero aclaró que "no denunció actos de corrupción sino conflictos de intereses". En esa línea, desde la Coalición Cívica no descartan denunciar al diputado y ex ministro del Interior del gobierno de Cambiemos Rogelio Frigerio -uno de los referentes de Juntos por el Cambio acusados- por supuestos negociados en AySA.
Por lo pronto, Carrió celebró la última entrevista televisiva a Arroyo Salgado, que luego fue retomada por el periodista y analista político Carlos Pagni en su programa en LN+. La jueza federal de San Isidro no hizo más que ratificar los planteos de la chaqueña respecto a Ritondo, al denunciar que fue apartada de la causa en la que se investigaba al fiscal provincial Claudio Scapolán como parte de una asociación ilícita que extorsionaba a narcos. Según señaló, ella fue recusada por un abogado que fue funcionario del ex ministro de Seguridad, y por otro que era asesor de Emilio Monzó cuando era presidente de la Cámara de Diputados.
“Las recientes manifestaciones públicas de la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien fuera apartada de la causa por abogados con aceitados contactos políticos, de acuerdo a lo sostenido por ella, respaldan la veracidad de los dichos de Elisa Carrió de los últimos días”, dijeron desde la Coalición Cívica a través de un comunicado.
Además de reclamar la destitución Scapolán, desde el espacio que lidera Carrió apuntaron contra Ritondo: “Desde el año 2016, también nos hemos ocupado de advertir en privado a las autoridades políticas que se encontraban en funciones en la Provincia de Buenos Aires, acerca de la actuación del entonces funcionario del Ministerio de Seguridad Marcelo Rochetti en algunos hechos, y de presentaciones judiciales que hemos realizado al respecto”.
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