La segunda etapa de la competencia más exigente del mundo llegó a suelo puntano y ofreció todo su show a los fanáticos. Motos, autos y cuatriciclos derraparon en la arena puntana de San Roque de Chipiscú, un lugar especialmente acondicionado para el reaprovisionamiento de combustible de las máquinas y un “pequeño descanso” para los pilotos.
Pasadas las 10:00, el motociclista británico Sam Sunderland fue el primero en llegar al puesto de aprovisionamiento, que se vio invadido de seguidores, curiosos, periodistas, personal de seguridad y ambulancias que junto a personal de los Ministerios de Salud y Deportes, desafiaron el gran calor reinante para que todo resulte según lo planificado.
A 47 kilómetros de La Botija, San Roque de Chipiscú fue preparado especialmente para estar a la altura del acontecimiento. El emplazamiento de un helipuerto, la instalación de una pequeña, útil y necesaria “estación de servicio” para el descanso, recuperación y acondicionamiento de los pilotos y las máquinas, respectivamente, dieron muestra de que no habían detalles librados al azar.
Pocos minutos después, llegó el español Marc Coma, ganador del último Dakar y vencedor de esta competencia en cuatro oportunidades.
Los pilotos aprovecharon los 15 minutos permitidos por la organización para cargar combustible, revisar sus máquinas, hidratarse, ir al baño y hacer todo lo necesario para afrontar el resto de la etapa, que comenzó en las primeras horas de hoy en Villa Carlos Paz y terminó en San Juan, siendo el tramo cronometrado más extenso del rally.
Más tarde, fue el momento del argentino Javier Pizzolito, quien cerca de las 11:00 llegó al puesto de aprovisionamiento con una de sus ruedas pinchadas, lo que dificultó su performance durante el día de competencia. Partió de Chipiscú con la desazón a cuestas y con lo poco que le quedaba de cubierta y llanta en busca de la meta de la etapa.
Tras una hora en la que sólo se vio llegar a las motos, a las 11:18 arribó el primer cuatriciclo, conducido por el chileno Ignacio Casale, identificado con la máquina número 250.
El piloto trasandino llegó con una de sus cubiertas traseras pinchadas, por eso, mientras le cargaban combustible, aprovechó para colocarle un sellador, y de esa forma, evitar la pérdida de aire.
A las 11:50, llegó el cuatriciclo manejado por el riocuartense Gastón Gonzalez, que corre en representación de San Luis, realizando una gran tarea. Mientras que a las 12:17, otro representante de la provincia, el motociclista Sergio Petrone, se detuvo en el sector de aprovisionamiento y dijo que “la competencia es muy dura y muy exigente, hay mucho guadal y tierra floja pero por suerte no me caí nunca”.
Destacó que “físicamente estoy bárbaro. Quedan 140-150 kilómetros y ya termina, hace mucho calor pero no hemos tenido ningún problema arriba de la moto”.
En el momento en que Petrone reacondicionaba su máquina, a las 12:20, hizo su aparición el primer auto en Chipiscú. Se trataba del argentino Orly Terranova, que a bordo de un Mini Cooper con el número 305, lideraba la etapa.
En Chipiscú se montó un "pequeño oasis" en medio del desierto con todos los servicios.
En Chipiscú se montó un “pequeño oasis” en medio del desierto con todos los servicios.
Nueve minutos más tarde, pasó por el lugar la Toyota Hilux 303 al mando de Giniel de Villiers y Dirk Von Zitzewitz, en tanto que a las 12:32, el polaco Krzysztof Holowczyc pasó arriba de su Mini Cooper.
Por su parte, el actual líder de la carrera, el príncipe qatarí Al-Atthiyah, hizo su espectacular paso y se llevó la mayor cantidad de aplausos del mucho público que se dio cita en ese sector y que desafió los 40º C que acompañó a la prueba durante una gran parte del trayecto.
Alrededor de las 14:00, la carrera fue neutralizada para motos y cuatriciclos, porque “era peligroso para los pilotos seguir compitiendo al mismo tiempo que los autos y camionetas”, según explicaron desde la organización.
En total, la etapa alcanzó los 625 kilómetros de recorrido, y en Chispicú, los pilotos alcanzaron casi 500 del total.
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