Es un banco digital con las fichas dactiloscópicas que permitirá agilizar las pericias sobre huellas y rastros levantados en escenas de delitos. La central del sistema está en la Policía Federal, donde se analizan rastros con tecnología avanzada.
La decodificación visual que realiza el Sibios se puede ver en series estadounidenses de tevé como "CSI", que -Hollywood mediante- acercaron al público el mundo de las ciencias forenses y la investigación de crímenes complejos. El sistema se basa en el almacenamiento y cruce de datos para identificar personas y así ensanchar la capacidad investigativa de las provincias y de la Nación.
Sibios se presenta como una herramienta útil para esclarecer delitos bajo un sistema unificado. El software permite, en menos de tres minutos, hallar y cotejar coincidencias entre una huella recolectada en la escena del crimen y las depositadas en el banco de registros patronómicos del Sistema Informático de Indice General, que se abastece de los trámites de documentación a cargo del Registro Nacional de las Personas (Renaper). Sin embargo, desde que se implementó el 8 de noviembre de 2011 se oyeron críticas de quienes alegaron que este sistema permite al Estado espiar al ciudadano.
Carga de datos. El 19 de noviembre de 2013, mediante un convenio firmado entre el gobernador Antonio Bonfatti y el entonces ministro de Seguridad de la Nación, Arturo Puricelli, Santa Fe adhirió al Programa Federal de Colaboración y Asistencia para la Seguridad. Así se comprometió a cargar en el Sibios las fichas de diez dedos de los ciudadanos santafesinos.
Al principio los técnicos de la Nación y los de la provincia no pudieron ponerse de acuerdo sobre el método y lenguaje informático para cargar los registros dactilares a la central. Pero meses después, y según confirmara a este diario el director provincial de Tecnologías para la Seguridad y Atención de Emergencias de Santa Fe, Diego Rullo, en estos días llegará el equipo y se podrá comenzar a trabajar con el gabinete científico.
"Tenemos digitalizadas las fotos que se toman en la escenas del crimen. Ahora hay que volcarlas al sistema", explicó el funcionario.
La primera medida será realizar una carga masiva del padrón criminal de la provincia, unas 55 mil fichas dactilares. Y luego cada registro biométrico que se tome a un delincuente se digitalizará y transferirá a la base de la Policía Federal de Buenos Aires. En paralelo se capacitará personal para que se haga cargo del gabinete local.
A su vez, la policía santafesina contará con una clave para hacer consultas y cotejar identidades. Desde hace dos años la fuerza provincial trabaja con el sistema Afis (Automated Fingerprint Identification System), basado en la identificación automática de huellas dactilares y su rápida comparación con las existentes en la base de datos.
Huellas. El CSI criollo funciona en el primer piso de la Policía Federal de Azopardo 670, en Buenos Aires. Un ejército de peritos con guardapolvos blancos y azules trabajan allí en sus áreas específicas sin armas a la vista. Ninguno de ellos se parece al teniente Horatio Caine del CSI Miami ni a su par neoyorkino Mac Taylor.
En la versión criolla nadie va armado. "Se decidió que los peritos no portaran armas porque es muy agresivo para las personas que llegan a este lugar y son ajenas a la institución", explicó un vocero de la Federal en una reciente recorrida realizada por varios medios rosarinos en esas dependencias.
A la vista, lo más impresionante es el área de dactiloscopía donde se acumula una base de datos con 40 millones de huellas dactilares de las cuales 14.842.715 estaban almacenados digitalmente en el Afis y el resto está en fichas de papel.
Como ejemplo, la sargento Nerea Obregoso contó que "con sólo poner el dedo en una terminal de escaneo de huellas en pocos minutos" se pudo determinarse que una persona que dijo ser Abel Pintos era en realidad un evadido de la cárcel de Batán que se movía con seis identidades diferentes.
En la sede de la Federal también están archivados los prontuarios de dos millones de personas desde la década del 40 y funciona el Sistema Automático de Identificación de Balística (Saib), donde se realizan las pericias balísticas. "Las marcas que un arma deja en el casquillo son únicas, como si fueran las huellas dactilares", explicó un especialista que trabaja allí.
Rostro. En otra de las áreas de pericias se realiza el cotejo facial a partir del Morpho Face, un software que permite cotejar imágenes de rostros capturados por cámaras de vigilancia u otras filmaciones con buena resolución. El programa descompone el rostro del sospechoso en fragmentos y los coteja con el banco de fotos del Renaper.
"Se decodifican distintos aspectos del rostro, como la distancia de los ojos, la boca, las cejas y se los compara con patrones comunes de la base de datos. El programa primero tira una serie de coincidencias y luego los peritos van profundizando en las similitudes y descartando las diferencias", explicó uno de los peritos.
En este caso el ejemplo fue la individualización de barras de Boca tras un violento tiroteo en inmediaciones del estadio de San Lorenzo ocurrido en julio pasado y en el que hubo dos muertos y 80 heridos.
Precisamente, a esta área de la Federal remitió el fiscal de Homicidios Florentino Malaponte un video registrado con un celular sobre el linchamiento de David Moreira ocurrido en barrio Azcuénaga.
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