Carencia de agua en hogares genera violencia, “el hombre regaña porque no están limpias las cosas de la casa”

Carencia de agua en hogares genera violencia, “el hombre regaña porque no están limpias las cosas de la casa”

Las afectaciones por la falta de agua no son las mismas para las mujeres y los hombres, 17 defensoras ambientales de San Cristóbal de Las Casas, dieron cuenta de ello. Durante una reunión que sostuvieron con la organización Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente A.C, analizaron su día a día cuando el agua falta.

San Cristóbal de Las Casas, la ciudad turística emblema de Chiapas, es algo más que andadores y parques de la zona centro, con sus edificios antiguos, restaurantes, hoteles boutique, artesanías y bordados elaborados por artistas indígenas.

En la periferia de la ciudad, en las colonias donde viven las personas que sirven, limpian, bordan y venden productos a los turistas, enfrentan la carencia de agua. Estar rodeados por los humedales de María Eugenia,  La Kisst, y reservas naturales Gertrudis Duby y Los Alcanfores, no les garantiza el abasto del líquido.

La organización Agua y Vida ha documentado que los principales problemas relacionados al agua en San Cristóbal de Las Casas, es su distribución desigual, su contaminación y su privatización debido a concesiones a la empresa refresquera Coca Cola FEMSA.

Las estadísticas oficiales indican que 97 por ciento de la población que habita en esa ciudad, tiene acceso al sistema de distribución de agua potable. La realidad es que “en el centro llega a diario el agua, pero en las colonias nos los dan una o dos veces por semana, si es que bien nos va. El agua no llega todos los días. Hay colonias que se quedan hasta 15 días sin agua.

Foto: Cortesía

¿Qué pasa cuando no hay agua en los hogares? Las 17 defensoras ambientales de San Cristóbal de Las Casas lo explican en primera persona. “No se puede hacer el aseo, la comida, lavar la ropa ni los trastes: si no está hecho el aseo comienzan las caras feas, los gestos de los maridos”.

A ellos, a los padres y esposos, “no les importa si hubo o no hubo agua, ellos quieren ropa limpia, quieren la comida hecha (…) la falta de agua causa violencias: el hombre regaña porque no están limpias las cosas de la casa”.

Aunado al maltrato físico y emocional, se suma el económico. “Ellos agarran su agua, medio se lavan y se van. El problema nos lo generan a nosotras que nos quedamos en la casa, que ‘¡córrele! que si te vas a trabajar no le vas a decir a tu hijo: no hay agua’ y ahí te quedas. No. Tenemos que buscar la solución como mujeres, porque tenemos que dejar todo listo. Si trabajamos, tenemos que ver para que compren agua, para que tengan al menos un vaso de agua”.

Y cuando deciden organizarse y demandar públicamente el acceso al agua, sufren agresiones, intimidaciones y difamaciones, en especial las mujeres que son lideresas ambientales y que están impulsando acciones de concientización e información sobre el Derecho Humano al Agua, explica Agua y Vida.

Organizarse y participar en la demanda de agua implica para las mujeres dejar hechas las labores de la casa, “nos dificulta porque las parejas no nos dan permiso para salir. También la falta de apoyo para el quehacer de la casa nos dificulta con el tiempo, y más si tenemos niños chiquitos, necesitamos que alguien nos apoye y los esposos no nos ayudan. Nos sentimos muy cansadas para participar de las reuniones”.

Y cuando llegan a las reuniones, “no se escucha ni se respeta nuestra palabra”, aunado a que en muchas, ocasiones son víctimas de acoso sexual.  Las afectaciones por la falta de agua no son las mismas para las mujeres y los hombres.

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