Sospechan que los jefes anteriores del Servicio Penitenciario de lo ocultaron a los nuevos funcionarios provinciales; varios presos estaban al tanto
Un mes antes de la fuga, algunos de los internos del penal de General Alvear sabían que los tres condenados por el triple homicidio de la efedrina planeaban escapar. También estaban al tanto de la evasión presos de la cárcel de Sierra Chica y de Batán, quienes habían pedido que los trasladaran al recinto de Sanidad del penal en el que estaban detenidos los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci.
El 27 de diciembre pasado se concretó el plan y los tres condenados huyeron por la puerta principal del penal de General Alvear.
"En la tumba -tal como le dicen los presos a la cárcel- no hay secretos. Todo se sabe. Los hermanos Lanatta y Schillaci eran los dueños del pabellón de Sanidad. Hacían lo que querían. Hasta celulares con WhatsApp tenían. Si lo sabían los compañeros, también lo sabían los penitenciarios", explicó un ex convicto que, en diciembre pasado, fue a visitar a un cómplice que había sido trasladado a ese penal.
El dato sobre el conocimiento del plan de fuga desde varios días antes fue confirmado por otro informante ligado al ámbito penitenciario. La fuente indicó que de la inminente evasión de los condenados por el triple homicidio de General Rodríguez, también se sabía en una oficina situada en Alsina y Combate de los Pozos, donde se reúnen algunos de los militantes más comprometidos con el Frente para la Victoria.
El plan habría sido ocultado por las anteriores autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense al nuevo gobierno provincial.
Cuando la gobernadora María Eugenia Vidal se hizo cargo del Poder Ejecutivo provincial, se realizaron varias reuniones entre las nuevas autoridades y las anteriores. En el caso del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), los funcionarios que pertenecían a la administración anterior sostuvieron que no había ningún riesgo de fuga. Esa inquietud se fundó en que algunos asesores de la nueva administración habían advertido movimientos extraños y traslados en el penal de General Alvear. Ante semejante engaño, la gobernadora Vidal desplazó a la cúpula del SPB.
Aunque entre los principales referentes de la administración de la gobernadora Vidal abonaron la presunción de que los tres condenados pagaron a un grupo de guardiacárceles para poder escapar, no trascendió cuál fue el monto de la coima.
Los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci fueron condenados a prisión perpetua por un tribunal oral de Mercedes que los consideró culpables de los homicidios de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, cuyos cuerpos fueron hallados en agosto de 2008, en un zanjón de General Rodríguez.
Ibar Pérez Corradi, socio de Martín Lanatta en la droguería Elvesta, tiene un pedido de captura nacional e internacional porque fue acusado de ser el presunto autor intelectual de los tres asesinatos y está prófugo desde marzo de 2012.
Al fundar la sentencia, los magistrados consideraron que la masacre fue "concretada por un numeroso grupo de personas que contó con apoyo institucional y una importante capacidad económica".
La primera señal que tuvieron los presos del penal de General Alvear de que los Lanatta planeaban la fuga fue la disminución notoria en la cantidad de efectivos de custodia. Se relajó la vigilancia al mínimo. Esto ocurrió después del ballottage, a fines de noviembre.
A pesar de que había antecedentes que indicaban que dos años antes los Lanatta y Schillaci intentaron escapar de Sierra Chica, ninguno de los guardiacárceles del penal de General Alvear y los responsables del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) alertaron sobre el riesgo de una posible evasión.
"Con respecto a la fuga del penal de Sierra Chica se sabía que no hubo violencia, que fue comprada. Los tres condenados pagaron una determinada suma de dinero para huir. Salieron de un sector del penal. Cuando llegaron al sector de seguridad externa, les pidieron más dinero. Como ellos no pusieron más plata no los dejaron salir. Después, los mismos penitenciarios montaron la escena de las rejas limadas", explicó un funcionario judicial de Azul.
Debido a que no se pudo probar la complicidad de los guardiacárceles en el intento de fuga de Sierra Chica, los únicos que fueron sancionados resultaron los Lanatta.
La supuesta complicidad de quienes comandaron el SPB hasta antes del 10 de diciembre en la fuga de los condenados por el triple homicidio fue denunciada por la gobernadora Vidal y por su ministro de Justicia, Carlos Mahiques, y el de Seguridad, Cristian Ritondo
Hasta el momento nueve agentes del SPB fueron pasados a disponibilidad por su presunta colaboración con los Lanatta y Víctor Schillaci para escapar del penal.
De los nueve guardiacárceles investigados, sólo uno quedó preso, y todavía el fiscal de Azul, Cristian Citterio, no definió si lo procesará o no. En su declaración ante el representante del Ministerio Público, en Azul, este oficial del SPB que estaba a cargo de la Guardia de Seguridad Externa afirmó que era inocente y apuntó hacia las máximas autoridades del penal como responsables de la fuga.
"El jefe de la cárcel fue quien ordenó que los tres internos sean alojados en la área sanitaria y que no estuvieran en los calabozos individuales", expresó el oficial acusado en su indagatoria, según detalló una fuente judicial.
Por su parte, Martín Lanatta declaró ante el fiscal Citterio en la cárcel federal de Ezeiza y sostuvo que huyó con su hermano y con Schillaci porque tenía miedo de que los mataran. Sostuvo, además, que sus vidas "tenían fecha de vencimiento y era el 16 de enero".
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