Carbone: insólitas justificaciones y extraños olvidos

El exsubsecretario de Administración de la Jefatura de Gabinete de la era sciolista declaró durante 4 horas ante el fiscal que lo acusa de peculado de caudales. Como su exjefe, Alberto Pérez, responsabilizó a los organismos de control.

 

Tenso y verborrágico, así se mostró el exfuncionario sciolista Walter Carbone al ser indagado ayer por el fiscal Álvaro Garganta durante cuatro horas en la sede de la UFI nº 11, acusado de ser autor de al menos 25 hechos de estafa al Estado durante los años 2014 y 2015, cuando ostentaba el cargo de subsecretario de Administración de la Jefatura de Gabinete que conducía Alberto Pérez.

Carbone, como su exjefe Pérez, responsabilizó a los organismos de control por las graves irregularidades detectadas en 108 facturas apócrifas que sumaron más de 10.700.000 pesos y, en forma sorprendente, no recordó detalles de 23 de los 24 casos irregulares.

De manera insólita y en contraposición a todas las pruebas con las que cuenta la fiscalía, Carbone negó haber cometido irregularidades en el pago a proveedores y aseguró que todas las erogaciones estuvieron sometidos al control de los organismos de la Provincia de Buenos Aires y a fiscalizaciones extras dispuestas por el propio Poder Ejecutivo bonaerense.

“No me enriquecí ni legítima ni ilegítimamente, ni ejercí peculado, ni tampoco beneficié ilegítimamente a un tercero”, dijo Carbone, al prestar declaración ante Garganta en la causa que técnicamente fue caratulada como “peculado de caudales o efectos en concurso ideal con el delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública e incumplimiento de los deberes de funcionario público”.

Respecto del área que tenía bajo su responsabilidad y la investigación por el pago de boletas presuntamente apócrifas, contó que “firmaba por mes alrededor de 450 facturas, lo que hacen casi 5.000 al año y 10.000 en el período 2014-2015”, para de esta manera justificar algún tipo de irregularidades. Carbone afirmó que los proveedores le traían las facturas y, antes de abonarlas, las pasaba al área administrativa para que “chequeen la validez” de las mismas y la relación entre la boleta y el bien que se estaba brindando. “A mí me devolvían las facturas con una impresión de la AFIP que decía que el comprobante era válido, más una de Arba y un taquito con el monto efectivamente a pagar”, dijo en su declaración, atribuyendo toda responsabilidad a esos organismos de control. 

El caso de la Sociedad Italiana de Berisso

Además, afirmó no recordar detalles del caso nº 6 que figura en el expediente, en el que se indica que el 11 de julio de 2014, por medio de la resolución 503 del ministro de Jefatura de Gabinete de Ministros, Alberto Pérez, mediante la orden de pago en efectivo 4701 en favor de Walter Carbone, se autorizó un retiro en efectivo y se presentaron dos facturas apócrifas por un total de 298.000 pesos, al ser rendidos en la Orden de Pago Presupuestaria 6121, para llevar adelante una “colaboración con la colectividad italiana en Berisso, para su presentación en la XX Feria de Colectividades a desarrollarse en Mar del Plata, en el período del receso invernal”.

Como se recordará, las autoridades de la Sociedad Italiana de Berisso, enteradas por la prensa de ese gasto, se presentaron en la UFI nº 11 y explicaron que sí participaron de ese evento pero que ellos mismos pagaron los costos: el transporte hasta Mar del Plata y la estadía.

De sus dichos quedó clarísimo que durante la gestión de Alberto Pérez en la Jefatura de Gabinete hubo un abuso de la cuenta extrapresupuestaria, ya que de esa manera se disponía de sumas suculentas de efectivo con controles mínimos, para así propiciar hechos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito.

En la investigación se detectaron facturas truchas, empresas fantasmas y ningún respeto por las normas de la AFIP, entre otros ilícitos. Ahora, el fiscal Garganta analiza las propiedades declaradas de Carbone y su círculo íntimo, para saber si hubo enriquecimiento ilícito.

La increíble historia del dragón alado

Según la declaración de Walter Carbone, el exsubsecretario de Administración de la Jefatura de Gabinete durante la gobernación de Daniel Scioli, la caja fuerte encontrada adentro de un dragón de hierro y, que le fue secuestrada en su casa del country Abril en septiembre pasado, “nunca tuvo dinero ni fue la idea que lo tenga” y agregó: “Fue un regalo del artista plástico Leandro Campo”.

“A fines de noviembre estábamos comiendo un asado con Campo en su taller y cuando alabé sus obras me dijo: Traeme algo para que lo intervenga artísticamente. Se me ocurrió llevarle esa caja de seguridad de estilo armero que estaba en mi familia, como podría haberle llevado una bicicleta o una heladera”, apuntó. 

“El viernes 10 de junio de 2016, a plena luz del día entró a mi casa del country Abril un flete con la obra totalmente desarmada, y mientras yo preparaba un asado, el artista Leandro Campo ensambló la obra de arte. Con esto quiero dejar en claro por qué había un dragón en el fondo de mi vivienda”, expresó Carbone.

Las frases polémicas de la indagatoria

- "Con respecto a los movimientos de fondos a los que se hace alusión en el llamado a indagatoria, esa era mi cuenta sueldo, y era la única que poseía abierta en ese momento. Con fecha febrero de 2012, comencé a hacer un negocio de compra venta de animales”.

- "Queríamos hacer la mejor gobernación porque estábamos jugando por el premio mayor, que era la presidencia de la Nación. Sabíamos que éramos observados y desde el primer día nos atuvimos a la normativa vigente”.

- "Yo les solicitaba las facturas, las mandaba a chequear, y en el término de dos o tres horas, si habían cumplimentado todos los controles que había mandado a hacer, le efectuaba las retenciones correspondientes para luego hacer los depósitos de impuestos, y (los proveedores) pasaban a cobrar”.

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