Médico y político. En ambos casos, supo ganarse respeto y prestigio. Santafesino de origen, habla de Catamarca con indisimulado afecto, eso que llaman “sentido de pertenencia”.
Asume que representa a un partido político que forma parte de las minorías y que el electorado le fue esquivo a la hora de expresar su voluntad en las urnas. Todo lo que va y viene en el marco de la comunidad catamarqueña le interesa y le preocupa. Nada le es ajeno.
Café mediante, durante una hora, dijo lo que siente, lo que le agrada y lo que le disgusta. El turno del Cara a Cara Dominical es para el doctor Rubén Horacio Manzi.
Sin el protagonismo de otros años en lo político, ¿cuál es su visión política de la provincia?
No la veo bien. Creo que la gente ha elegido al actual gobierno después de 20 años de conducción del Frente Cívico, que tuvo el natural desgaste del paso de los años y la suma de algunos desaciertos importantes. Hubo una elección basada en una expectativa de cambio, porque considero que no todos los votos que acompañaron a Lucía Corpacci hayan sido kirchneristas o hayan sido votos afines desde lo ideológico. Además, había una fantasía casi mesiánica en el sentido de que porque el gobierno local iba ser del mismo signo del nacional, las cosas andarían mejor; como una opción hasta pragmática, digamos. Y hoy es como que hay cierto estado de frustración. Primero, porque el cambio no es tal y segundo, porque algunas cosas se gestionan peor que el FCS.
Hay una cuestión a tener en cuenta: el ciclo de mayor bonanza del kirchnerismo se agotó y entonces aquella fantasía no se pudo concretar como se esperaba.
¿No cree que sea positiva una buena relación entre los gobiernos nacional y provincial?
Pienso que las experiencias históricas nos muestran que durante los gobiernos de signos opuestos siempre se obtuvieron mejores logros. Pruebas al canto: nunca hubo mejor negociación –para beneficio de Catamarca- que la que hizo el doctor Vicente Saadi durante el gobierno radical de Alfonsín, para obtener una muy buena coparticipación. Eso fue clave y le permitió a Catamarca subsistir en muchos tramos difíciles. Nunca vi mejor relación que la que hubo durante el gobierno de (Arnoldo) Castillo con el de (Carlos) Menem, en determinado momento y (Eduardo) Brizuela del Moral tuvo, en un tiempo, muy buena sintonía con (Néstor) Kirchner. De esto que estoy diciendo, la contracara fue que a Ramón Saadi lo interviene Menem, del mismo signo político y no olvidemos que cuando (Fernando) De la Rúa asumió en la Nación, Catamarca prácticamente no recibió nada extraordinario; por el contrario, De la Rúa inclinó la balanza, como paso internacional, en favor del Paso de Jama, en desmedro del Paso de San Francisco. Por eso, creo que ese razonamiento (vamos a andar mejor con un gobierno del mismo palo) es totalmente engañoso. No es cierto que esa vinculación sea una garantía de que las cosas van a andar mejor en la provincia.
Entonces, ¿cuál es puntualmente su sensación?
Siento que hay en el ambiente como un estado de frustración. Personalmente, le digo, no esperaba mucho, pero creo que el resto de la gente esperaba más, tenía más expectativa. Falta animarse a hacer una buena política de producción, animarse a realizar una ruptura respecto a los hábitos clientelares de la política; también atreverse a hacer un replanteo de la minería. No estoy diciendo que hay que echar a las empresas mineras, pero sostengo que nosotros estamos sentados sobre una riqueza incalculable, que es el litio, un mineral fuertemente estratégico. Habría que plantearse no seguir con la actividad minera extractiva que nos chupa el agua y no nos deja mucho. Formamos parte de la gran reserva mundial de litio y hay que ir por su explotación, en otro marco de acuerdo con la Nación.
¿Va a ser protagonista en las próximas elecciones?
No sé. Nosotros (Coalición Cívica – ARI) nos venimos reuniendo, analizando esa posibilidad. En un principio, sentimos todos que debemos buscar el mecanismo de participar de alguna manera. En estos dos años que estuve alejado del fragor político, sentí las ganas de tener un compromiso mayor, pero también sentía el fuerte mensaje que recibimos en varias elecciones, tanto la sociedad, nosotros y salvo alguna minoría, que no estaba dispuesta a acompañarnos en nuestro planteo. Personalmente, también este tiempo sirvió para hacer algunas correcciones en cuanto a mi evaluación de la realidad y en cuanto a mis aspiraciones; lo cual no quiere decir que haya cambiado lo que pienso. Seguramente, los tiempos y los modos deben ser otros.
¿Apoya las Paso y considera viable el financiamiento por parte del Estado, provincial en este caso?
Creo que las Paso (elecciones Primarias, Simultáneas, Abiertas y Obligatorias) representan una buena herramienta política, pero tienen que ir combinadas con la boleta única, como en la provincia de Santa Fe. Y creo también que deben ir acompañadas con cierto financiamiento por parte del Estado, pero no estoy hablando de una locura en cuanto a la financiación; me refiero a que financie el costo de la impresión de las boletas y que se garanticen los espacios publicitarios en los distintos medios, tal cual lo hace la Nación.
Si ello se cumple, sería un avance en la calidad democrática de Catamarca.
Otras voces dicen que Catamarca no está en condiciones de solventar los costos de la política.
Le pregunto: ¿De dónde cree que sale la plata para las campañas políticas? La verdad, hay que decirlo crudamente: la plata sale de la Provincia, la mayoría de las veces por “izquierda”. Son recursos que no están blanqueados, porque no se transparenta en decir todo lo que se gasta y de dónde sale ese dinero. Esa plata no viene de Marte o de la Luna. En muchos casos, son recursos de las estructuras del Estado. Entonces, considero que es preferible ponerle un techo a los gastos, que el Estado blanquee ese gasto y que el mismo sea acotado. Que la gente no crea que toda la plata que se gasta en las campañas sale del bolsillo de los candidatos. Sólo algo, pero no el grueso de lo que se usa. Por eso ,pienso que el Estado debe apoyar, pero poniendo límite.
¿Por qué cree que todos –o la gran mayoría- de los gobiernos terminan mal su mandato? En tal sentido, ¿cómo cree que va a terminar el del kirchnerismo a nivel nacional?
Le cuento que yo tenía algunos datos de la provincia de Santa Cruz. Por ejemplo, el exdiputado nacional Flores, peronista, me contaba que el Gobierno de aquella provincia, en manos de los Kirchner, tenía una vocación hegemónica que aglutinaba todo el poder que podía y trataba de destruir lo que no podía controlar; que hubo un fuerte avance sobre la independencia de la Justicia; que la provincia (de Santa Cruz) funcionaba bajo una gestión firme y no precisamente respetuosa de la división de los poderes republicanos.
Por otro lado, mucha gente notó el doble discurso del kirchnerismo: renegar de la era menemista, abjurar del neoliberalismo, de las privatizaciones, mientras (Néstor) Kirchner fue copartícipe de la privatización de YPF. Esa dicotomía nunca fue blanqueada; ese error nunca fue reconocido. Ellos (los Kirchner) no estuvieron en un frasco durante el menemismo; fueron parte de ese poder en la Argentina. Nunca les creí que venían a restaurar el nacionalismo popular del peronismo. Tienen cero autocríticas; nunca escuché que digan “nos equivocamos” en algo. Creo que hubo un uso inmoral de los Derechos Humanos para tapar sus incoherencias internas. Yo nunca compré el relato. Ahora, se sospecha de una fuerte corrupción. Mire, no creo en la gente que vive diciendo que trabaja para que no haya pobres en la Argentina y se llena de plata sus bolsillos. Es una contradicción espantosa. Ojo, tampoco pretendo un Gobierno de “carmelitas descalzas”, pero es injusto que quienes se llenan la boca con los pobres arrasen con los recursos públicos.
¿Usted denunció alguna vez irregularidades en Acción Social durante el gobierno del Frente Cívico?
Yo denuncié algo previo a esto, que se está hoy ventilando en la Justicia (las compras directas de Acción Social durante el gobierno de Oscar Castillo). Fue en plena crisis del 2002, por la compra de un millón y medio de pesos –ahora suena a poco- de bolsones, que según los cálculos de los bolsones declarados, cada catamarqueño tendría que haber recibido uno. En ese tiempo, el monto de un millón y medio era mucha plata.
Hicimos la denuncia, pero esa denuncia naufragó, porque no había intención de investigar nada y tampoco nos acompañó el resto de la política. Después, repiten (en Acción Social) el “modus operandi” y salta una nueva denuncia en la causa que hoy es de conocimiento público. En estos temas, muchas veces sentí que soplé contra el viento.
¿Vislumbra cuál es el poder que va a gobernar la provincia, el que está (Frente para la Victoria), los renovadores de Massa, el peronismo de Barrionuevo o el Frente Cívico?
Hum… No puedo predecir el futuro a ese nivel. Lo digo con humildad: si hoy se vota, gana el Frente Cívico en Catamarca, aunque a muchos les moleste esta opinión; pero creo que le hago un bien al Gobierno provincial con esta advertencia. Las opiniones apuntan como aspecto negativo de esta gestión el hecho de que están enmarañados en una interna bastante complicada. Con todo respeto, le digo: creo que se ha perdido la oportunidad de hacer cosas mejor de las que hicieron.
Usted fue diputado por el Frente Cívico en sus comienzos. ¿Cuál es la diferencia que nota en el FCS con el paso del tiempo?
Cada persona que condujo la provincia le fue poniendo una impronta distinta. Hubo diferencias personales y de épocas en las conducciones de Oscar Castillo y Brizuela del Moral, por ejemplo. Saben todos que fui un feroz crítico de Oscar Castillo, pero reconozco que le tocó pilotear la provincia en el peor momento económico del país y lo hizo aceptablemente bien para las circunstancias que se vivían. Esto no invalida otras críticas que yo le pueda hacer a Oscar, que por otra parte han sido públicas. También rescato que (Castillo) siempre tuvo apertura al diálogo, mientras que Brizuela del Moral manejó una conducción, desde lo político, muy cerrada; por ejemplo, nunca invitó a dialogar a los opositores ni abrió espacios de debate.
Hay un tema que creo que es una gran deuda que los distintos gobiernos tienen con la sociedad catamarqueña, que es debatir a fondo el tema minero. Por eso, rescato aquella convocatoria que sobre esa cuestión hizo monseñor (Elmer Osmar) Miani, desde la Iglesia. Igual tendría que haber hecho el Gobierno. No lo hizo el Frente Cívico y tampoco este Gobierno.
¿Qué le sugiere si le digo Osep?
Me preocupa mucho esta situación; doblemente: como catamarqueño, me inquieta que la principal obra social de la que depende tanta gente esté pasando por lo que está pasando y también es preocupante desde el sector al cual pertenezco. Tengo muchos años de médico y me duele todo esto.
Debo decirle, en primer lugar, que hago votos para que la gestión de (Julio) Cabur sea todo un éxito, porque ello nos va a beneficiar a todos. A Cabur lo conozco desde hace mucho y afuera de la política. Le tengo estima y respeto. Realmente, y se lo digo de corazón, creo que está queriendo hacer bien las cosas y ojalá las pueda hacer. Advierto que esta implosión que hizo Osep puso al desnudo muchas falencias, no hubo controles y se instaló una corrupción adentro y afuera de la obra social.
Sobre esta cuestión, dolorosamente lo tengo que decir: ha habido médicos –aclaro que no todos los que salen publicados tienen culpabilidad- que han participado de la corrupción en la Osep. Creo que estamos pasando una época muy difícil. Desgraciadamente, la Osep tiene un gran déficit que no se explica solamente por las órdenes truchas, sino porque hay otras cuestiones de por medio. El peor sufriente de todos es el paciente, el afiliado a la obra social.
Después que explotó esto de la Osep, ¿se sintió mal mirado en la calle o como si le apuntaran con el dedo acusador?
En lo personal, le digo que no. Capaz que más de uno pensó mal de mí y no me di cuenta; pero el trato que recibo de la gente no ha variado. Sí creo, en general, que se ha desprestigiado a los médicos. No quiero hacer una comparación que puede resultar fea, pero me recuerda al tango “Cambalache”. Imagine, hoy el vicepresidente de los argentinos está procesado, desconfiamos de los que nos tienen que dar seguridad, hay docentes que van a dar clases sin ganas y encima son desautorizados por los padres de los alumnos. En síntesis: existe una ruptura profunda de los vínculos sociales. Desgraciadamente, este tema de los médicos de la Osep está dentro del mismo concierto. No creo que hayamos dado una nota distinta a las que dan otros sectores. Lamentablemente, es así.
¿Qué significa Catamarca para usted?
Le voy a “robar” una frase a Cristina (Kirchner), que a su vez la “robó” del título de una película: “Un lugar en el mundo”. Soy de Santa Fe, pero hace 31 años que vivo en Catamarca y aparte de ser mi lugar en el mundo, es el lugar de los míos. Esto tiene una connotación muy fuerte. Dos de mis hijos nacieron en Córdoba y uno aquí; tengo tres nietos catamarqueños y viene en camino una cuarta, que va a ser la primera nieta mujer. Además, acá esta mi trabajo, mis amigos, las amistades de mi mujer, los amigos de mis hijos, los trabajos de ellos; por eso, Catamarca es nuestro lugar. Alguna vez, por esas cosas de la política, Ramón Saadi se refirió a mí como “el foráneo Manzi”, pero no me siento un foráneo ni la gente me lo hace sentir de esa manera.
Para conocerlo un poco más
Es médico cirujano, egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, en diciembre de 1978. Su especialidad en neurocirugía fue certificada por la subsecretaría de Salud Pública y el Colegio Médico de Catamarca.
“En materia musical, me gustan muchos géneros. Sin ser un erudito, me inclino por la ópera. No me agrada demasiado la llamada música del recuerdo. Con un tema de la década del ‘80 ya está; ya es suficiente”.
Es jefe del servicio de Neurología y Neurocirugía del Sanatorio Pasteur, desde marzo de 1992; responsable del área de neuroimágenes del mismo sanatorio desde 1987 y neurocirujano de guardia pasiva del hospital de niños “Eva Perón”, desde noviembre de 2008.
“Nunca practiqué deportes de manera regular. En fútbol, soy simpatizante de Colón de Santa Fe y en Catamarca, me inclino por Villa Cubas, por una cuestión de vecindad”.
Su curriculum vitae (abreviado) llena varias páginas por lo extenso, en el que se hace mención a sus actividades docentes; cursos de posgrado; cargos y funciones públicas y privadas; publicaciones en medios científicos; participación en estudios de investigación clínica e intervención en jornadas, seminarios y congresos de carácter regional, nacional e internacional.
“Me agrada mucho el cine, aunque ahora, por razones de tiempo, no puedo ver tantas películas como en mi juventud, cuando incluso formaba parte de los cine club. Una película que me marcó de manera profunda fue “La hora de los hornos”, de Pino Solanas y también me atrapó “Nueve reinas” (con Ricardo Darín) en lo que hace al cine nacional. Un filme extranjero que recuerdo es “El lector”, una realización alemana que aborda el tema de los campos de concentración”.
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