El Gobierno viene priorizando a la desinflación por encima del resto de las políticas. Con reservas netas negativas, necesita que el FMI otorgue un nuevo acuerdo con desembolsos frescos. Pablo Quirno, que forma parte de la delegación en Washington, pidió moderar expectativas acerca de la chance de conseguirlo en este viaje
Por Mariano Cuparo Ortiz
El Gobierno precisa un ingreso de dólares significativo para poder salir del cepo y el FMI es el actor que puede inclinar la balanza. El equipo económico ya viajó a Washington para avanzar en las negociaciones por un nuevo acuerdo y cerrar el actual, pero el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, pidió bajar las expectativas por resultados, es decir por la promesa de algún desembolso. La prioridad del Gobierno está puesta en desacelerar la inflación y eso, sin dólares, hace que el cepo parezca cada vez más lejos en el horizonte.
Aunque algunos economistas destacan que la salida del cepo no necesariamente deba venir acompañada de una devaluación, y por ende de un salto inflacionario, lo cierto es que el Gobierno viene señalando la necesidad de evitar los riesgos. Un asunto fundamental es el de las reservas, que siguen en un negativo de USD6.000 M al mirar las netas.
Desde Fernando Marull y Asociados señalaron: "Si bien Macri salió del Cepo en una situación similar, el gobierno parece sugerir que necesita más reservas. Una hipótesis es que sean cero o positivas y, para que suban rápido, es porque alguien dio un préstamo. En noviembre se empezaría a delinear el nuevo acuerdo con el FMI; la gran duda de siempre es si el FMI acompañara con "New Money", o sólo renovara los USD2400 M que vencen en 2025".
Coincidió Vectorial: "El Gobierno decide adentrarse en el año electoral sin reservas, con la salida del cepo lejos en el horizonte, y con creciente relación cantidad de pesos/cantidad de dólares". Fundación Capital estimó que, sin sequía, el agro aportará unos USD20.000 M frente a vencimiento de deuda de USD23.000 M en 2025. Y afirmó: "Un riesgo país que se ubique bien por debajo de los 1.000 puntos podría permitir aportar parte de los dólares financieros necesarios para transitar el próximo año, aunque aún este escenario no es tan cercano".
Así, la posibilidad de un nuevo acuerdo con el FMI con dólares frescos sigue siendo una clave para el frente cambiario. El ministro de Economía, Luis Caputo, viajó hacia Washington a encontrarse con la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, en el marco de la asamblea anual del organismo y el Banco Mundial. Lo acompañaron el presidente del BCRA, Santiago Bausili; el secretario de Política Económica, José Luis Daza; y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, quien afirmó ya en viaje a EE.UU.: "Vamos por reuniones del G20, del G24, del FMI, del Banco Mundial y del BID, todo concentrado en tres o cuatro días. Y esto genera una expectativa de resultados que no es tal porque es parte de las conversaciones constantes que tenemos todos los días con todas las relaciones internacionales que llevamos".
Para el Gobierno, desinflar es la prioridad y el resto de las políticas van en segundo lugar, con sus costos. En esa línea está el atraso de las tarifas, la pérdida de competitividad cambiaria y el escenario recesivo. Antes de su salida, el ahora exsecretario de Energía, Eduardo Chirillo, había postergado las audiencias públicas de principios de noviembre para avanzar en la suba de tarifas del transporte energético. El atraso en las facturas fue una de las claves que explicó la desaceleración inflacionaria de los últimos meses. De hecho, según la consultora Vectorial, con tarifas que están 14% por debajo de los niveles del 2019, el Gobierno deberá corregir pero tendrá que hacerlo en forma quirúrgica para no generar un salto en el IPC.
La otra clave que demuestra la priorización de la desinflación es el atraso cambiario, el ancla fundamental, junto con la recesión económica. El Índice del Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) del BCRA está hoy en 82,8 puntos. Es decir, por debajo de los 83,2 puntos que promediaron en noviembre del año pasado y muy cerca de los 80,4 puntos con los que asumió el Gobierno actual, ambos momentos de atraso cambiario en niveles históricos.
Desde Epyca destacaron que los precios mayoristas de septiembre arrojaron una suba de la electricidad del 4,2%, por encima del IPC de 3,5% del mes. Y afirmaron:” Este mayor incremento relativo del costo de la energía sigue poniendo un piso a la inflación de los próximos meses, en tanto impacta sobre los costos de los sectores productivos y los salarios reales. Por eso el gobierno repite una táctica que ya usó en mayo pasado (y que el gobierno de Alberto Fernández implementó continuamente): posponer los aumentos de tarifas energéticas”. Y agregaron además que la desinflación está basada “en la contención de dos precios clave como son el tipo de cambio y los salarios; y en la recesión productiva”.
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