Caputo baja el dólar paralelo por el avance del blanqueo, pero hay dudas de que lo equipare al oficial

Caputo baja el dólar paralelo por el avance del blanqueo, pero hay dudas de que lo equipare al oficial

Los tipos de cambio blue, MEP y CCL bajaron de sus récords en julio hasta el menor nivel de los últimos tres y cuatro meses, respectivamente. Influye la generosa amnistía tributaria, el anticipo de Bienes Personales y la política de déficit y emisión cero. Sin embargo, en el mercado descreen del pronóstico de convergencia con el oficial que realizó el ministro de Economía.

Alejandro Rebossio

El dólar no siempre sube en la Argentina. No es la primera vez que baja, pero tampoco es usual que lo haga. El blue descendió este viernes a $1.265, el menor nivel en tres meses, después de alcanzar un récord de 1.500 en julio. Los tipos de cambio financieros siguieron el mismo ritmo que el ilegal: el Bolsa o MEP (Mercado Electrónico de Pago) cuesta $1.243, también en parámetros que no registraba desde junio, lejos de los $1.544 de julio; y el contado con liquidación (CCL) cayó a $1.256, al valor más bajo en cuatro meses tras alcanzar el máximo de $1.457 hace dos. El oficial cotiza a $922. “El dólar financiero va a converger al dólar oficial”, prometió esta semana el ministro de Economía, Luis Caputo, en la red X.

En el mercado financiero analizan el fenómeno insospechado, sobre todo cuando economistas venían advirtiendo en los últimos meses sobre la falta de divisas y el riesgo de que ello dificultara los pagos de deuda externa en 2025. “Están entrando muchos dólares por el blanqueo y para el pago del impuesto a los bienes personales”, explica en una de las principales sociedades de bolsa.

El 30 de septiembre vence el plazo de la primera fase de la amnistía fiscal en la que puede declararse el dinero evadido sin pagar multas. En la segunda etapa, hasta el 31 de diciembre, se tributa el 10% y en la última, hasta el 31 de marzo, el 15%. A su vez, el 19 de septiembre vence Bienes Personales, con la posibilidad de abonar un anticipo de cinco años a cambio de una fuerte rebaja de alícuota y estabilidad fiscal hasta 2038.

“No sé si el blanqueo es un éxito rotundo, pero con poco flujo se mueve el mercado del dólar financiero. Por cómo vienen subiendo las reservas brutas, no parece ser un blanqueo gigante como el de (Mauricio) Macri (en 2016-17). Arriba de US$30.000 millones sería bueno”, comparan con los US$116.000 millones del “sinceramiento fiscal” de aquel gobierno, como le llamaron. Por eso descartan que se cumpla el vaticinio de Caputo de que el dólar financiero converja con el oficial: “No creo que sea un nivel en el cual se pueda equilibrar”.

Uno de los tributaristas más reputados de la City, César Litvin, en cuyo estudio trabajaba la actual jefe de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Florencia Misrahi, explica que en el blanqueo de Macri se registraron las grandes fortunas que estaban en el exterior sobre todo porque entró en vigencia el acuerdo de intercambio de información de un centenar de países, incluida Suiza, en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Ahora, según Litvin, el incentivo radica en que el 30 de septiembre llegará a la Argentina el primer intercambio de datos tributarios con Estados Unidos, que no está en el pacto de la OCDE; sumado a otros factores: “El costo es nulo o bajo. Es cero para los que blanquean hasta US$100.000 o los que blanquean más pero invierten en títulos públicos, fideicomisos para inversión productiva, fondos comunes de inversión, acciones que cotizan en bolsa, obligaciones negociables (ON), aportes a sociedades de garantía recíproca (SGR) y obras de inmuebles con grado de avance menor al 50%. También se blanquea por los beneficios del anticipo de Bienes Personales”.

Litvin considera que esta vez están adhiriendo “muchos minoristas de hasta US$100.000 que tienen el dinero en el colchón y van perdiendo frente a la inflación internacional en dólares”. Considera que será un éxito si alcanza los US$30.000 millones y observa que, a diferencia del gobierno de Macri, el de Javier Milei no busca recaudar con este proceso sino “mover la economía, que la gente empiece a hacer trabajar la plata”.

“Entre mis clientes están blanqueando dólares en efectivo y cuentas bancarias, principalmente en Estados Unidos”, comenta otro contador, Abel Stang. “Quienes tenían propiedades, sociedades u otros bienes para blanquear ya lo hicieron en 2016. Una motivación adicional es la posibilidad de poder blanquear sin costo hasta determinados montos y cumpliendo ciertas condiciones”, agrega Stang. En cambio, su colega Diego Fraga, socio del estudio Sasovsky, advierte que “el blanqueo todavía no arrancó con fuerza, no puede decirse todavía si es un éxito o un fracaso porque ha pasado poco tiempo desde la reglamentación y todavía hay distintos temas importantes que falta definir, también por la vía reglamentaria, para que el público se decida de dar el paso”.

Sin embargo, señaló: “Estoy sorprendido por la cantidad de consultas. En general, no son montos tan grandes como en el sinceramiento fiscal de Macri pero hay que tener en cuenta que los objetivos son diferentes. Desde Economía se ha anunciado que el objetivo de este blanqueo, más que fiscal, es hacer que los ahorristas vuelquen sus dólares a la economía, particularmente mediante las distintas finalidades que pueden dársele a los dólares en efectivo que se transfieran entre cuentas especiales de regularización de activos (CERA), sin costo alguno. Es decir, es una especie de experimento de bimonetarismo instrumentado a través de las cuentas especiales”.

En este sentido “se orienta la tarjeta de débito para cuentas CERA anunciado por Caputo”, sostuvo. “Para que el blanqueo termine de despegar va a ser necesario que se extiendan las fechas, sobre todo para el blanqueo de efectivo, que se dé más tiempo a los actores para analizar su situación y actuar en consecuencia. También es importante que se dé la mayor flexibilidad posible en materia probatoria de la titularidad o tenencia de los bienes porque la reglamentación ha sido demasiado restrictiva en este aspecto, y que se despliegue una mayor publicidad de todas las alternativas que presenta este inédito régimen de regularización de activos”, concluyó Fraga.

El contador Mariano Ghirardotti advirtió que en su estudio “las consultas fueron mucho menos que en el blanqueo de Macri”. “Están blanqueando pequeños ahorristas que tienen miedo al intercambio de información con Estados Unidos, gente que quiere comprar un auto o un departamento con dinero no declarado, y los clientes financieramente más sofisticados e informados. Los que blanquearon con Macri o bien estructuraron sus ahorros y se sienten protegidos, o no tienen mas que blanquear, o bien les quedó el gusto amargo de lo que se les hizo luego de blanquear con Bienes Personales y Ganancias”, señala, en alusión a los aumentos tributarios que aplicó el gobierno de Alberto Fernández después de las rebajas que su antecesor había las personas más ricas.

Ahora Milei, con el apoyo de la oposición dialoguista, volvió a reducirles los gravámenes a quienes menos tienen. El contador Jorge Gebhardt pronostica un blanqueo “exitoso”, aunque comparte los matices de Ghirardotti: “Es muy barato entrar, en recaudación no será exitoso. Pero hay mucho interés en invertir en obras en curso y es cada vez más difícil mantener cuentas ocultas. Los que blanqueen menos de US$100.000 los retirarán de la cuenta al día siguiente de declararlos. Pero hay personas que temen a las incoherencias del país, porque el día de mañana puede volver el kirchnerismo y dar vuelta la norma, como ya pasó con Alberto”.

La opinión del mercado

Pablo Bachur, broker de Tomar Inversiones, vincula la baja del dólar financiero sobre todo al blanqueo pero también a la decisión del Gobierno de dejar de emitir pesos para financiar el déficit fiscal y el cuasifical (el del Banco Central). De todos modos, descree que vaya a descender mucho más, teniendo en cuenta que no se blanqueará tanto como con Macri después de que muchos se arrepintieran de hacerlo.

“Atribuimos la baja de los dólares financieros principalmente a los flujos derivados del blanqueo, con un incremento importante de los depósitos en dólares en agosto que se aceleró a principios de septiembre, impactando directamente sobre las reservas brutas del Central y dando mayor confianza con respecto al número que más preocupa al mercado hoy en día”, observó Facundo Herrera Arana, analista de Invertir En Bolsa (IEB).

“Se agregó también la presión vendedora sobre el CCL al traer divisas radicadas en el exterior. La baja de este jueves en particular respondió al levantamiento del paro de aceiteros, incrementando el flujo exportador sustancialmente y permitiéndole al Central cortar la racha negativa en el MULC (Mercado Único Libre de Cambios) de los primeros días de septiembre”, completó.

Pese al descenso, Herrera Arana descartó que “los dólares financieros converjan al tipo de cambio oficial con vistas al levantamiento del cepo por dos razones”. La primera: “Pese a la mínima emisión monetaria continúa existiendo una masa gigantesca de pesos luego de la fuerte expansión monetaria del año pasado: la relación entre el M1 (dinero en efectivo y en cuentas corrientes) y las reservas internacionales del Central se encuentra en torno a $1.215, con lo cual resulta difícil ver a los tipos de cambio financieros por debajo de dicho valor en el corto plazo. Pensando en la salida del cepo, para bajar esta razón será necesario un ingreso importante de dólares a las arcas del Central, o una contracción importante de los agregados monetarios que difícilmente veamos en lo que resta del año.

La segund: “De darse dicha convergencia entre los tipos de cambio hacia abajo, esta no sería natural dado que los mercados de CCL y MEP continúan altamente regulados. Pese a que lentamente el Central levanta restricciones, continúa existiendo una importante demanda restringida por parte de empresas que acceden al tipo de cambio oficial. Se agrega también el hecho de que hoy existe oferta adicional en el CCL debido al sostenimiento del llamado dólar blend, con el 20% de lo liquidado por exportadores pasando por dicho mercado y empujando la cotización a la baja, y las intervenciones ocasionales del Central, con el doble objetivo de esterilizar la emisión derivada de compras de divisas y de contener la brecha cambiaria”, concluye Herrera Arana.

Su colega Damian Palais vincula la merma del dólar sobre todo “la rapida ejecución del control de déficit fiscal y cero emisión monetaria”. No obstante, “hay expectativas positivas con el blanqueo, por lo que el peso se podría estar apreciando por un potencial incremento en la oferta de dólares con una base monetaria estable”, según Palais.

De todos modos, advierte: “Es dificil pensar que el CCL converja al nivel del dólar oficial porque pensando que uno de los principales desafíos para el año que viene es incrementar reservas, el nivel actual del oficial luce poco competitivo para el ingreso de divisas. Por esto y porque aun permanecen algunas restricciones a la operatoria de divisas. creemos que seguiremos conviviendo algunos meses con brecha cambiaria”.

En uno de los principales bancos de Wall Street considera que sólo podrían converger los tipos de cambio si la inflación baja del 4% al 2% mensual. De todos modos, rescata que el blanqueo alcanzará a entre US$20/40.000 millones. Christian Reos, analista de la sociedad Allaria Ledesma, señala que el dólar financiero baja porque “se necesitan pesos para pagar Bienes Personales”, pero a partir de fines de septiembre lo prevé “más bien estable”.

Mauro Mazza, de Bull Market Brokers, apunta a otro factor para explicar el abaratamiento del dólar financiero: “Estamos viendo como novedad una menor demanda de los importadores que usaban el CCL para pagar importaciones”. Claro, hasta hace poco las compras externas sólo podían pagarse con dólares oficiales en cuatro cuotas y ahora se redujeron a dos y quienes recurrían al MULC no podían operar en el CCL. Por eso, “la manera de pagar era mediante garantías desde Uruguay, obviamente que ellos de manera directa no pueden pagar”. “La migración de los importadores que tenían deuda importadora desde el CCL al oficial ayudará a descomprimir el tipo de cambio financiero hasta al menos diciembre. Ha bajado sustancialmente la deuda importadora que se tenía de 2023: estimamos que falta menos de US$5.000 millones por pagar desde casi 35.000 millones que había. Por eso, vemos un CCL estabilizado entorno a $1.200/1.250 durante septiembre”, pronostica Mazza, que destaca que en las últimas dos jornadas el Central ya no tuvo que intervenir el mercado del contado con liqui.

Fuera del ámbito financiero, desde la academia, Juan Miguel Massot, investigador de la Universidad del Salvador, explica el descenso de la moneda norteamericana a que “sigue el blend, el mayor acceso de importadores al oficial y la oferta que está ingresando a los financieros resultado de las últimas medidas, todo lo cual puede ralentizarse progresivamente”.

“El Gobierno ganó, al menos transitoriamente, la pulseada con el mercado. El que apuesta al dólar a corto plazo no ganará, sino que perderá como lo hizo todo el año. Esto es un trago muy fuerte para el mercado y los analistas. La conclusión a la que llegan algunos analistas sobre las dificultades del pago de deuda en dólares del año próximo, a mi criterio, no está bien fundamentada si se observan con cuidado tanto el flujo futuro esperado de dólares y las decisiones que va tomando casi diariamente el Gobierno”, sostuvo.

Agregó que “siempre preocupa que suba la deuda del Tesoro”, pero que “hay que ver la posible película a futuro, no una foto o película retrospectiva”. “Hay elementos relevantes para ponderarla: 1) la Tesorería absorbió deuda del Central, que era mucho más preocupante a futuro; 2) hay mucha deuda intraestado o con acreedores internos, que se puede rollear sin gran dificultad; 3) con el FMI (Fondo Monetario Internacional), Banco Mundial, etcétera, no será un serio problema; se negociará con el FMI y, con los bancos, deberían lograrse desembolsos netos positivos; 4) las medidas como blanqueo, moratoria, adelanto de Bienes Personales y reposición del impuesto a las ganancias deberían aportar pesos y dólares al Tesoro; 5) y finalmente, si se combinase una baja inflación, estabilidad cambiaria y una reactivación de la actividad, que es lo que se proyecta para los próximos meses y 2025, el Tesoro también recaudará más y podrá pagar intereses sin problemas e, incluso, hasta logre mejores condiciones en futuras colocaciones”, se esperanza Massot.

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