En todas las listas hay candidatos que buscan “cortarse solos” y que no congenian demasiado con sus compañeros. Tal es el caso de Victoria Tolosa Paz, quien encabeza la nómina de concejales del Frente Unidad Ciudadana en La Plata.
Vicky “no pegó onda” prácticamente con ninguno de los postulantes peronistas quienes, por lo bajo, le cuestionan su falta de experiencia y su excesivo personalismo, que se pone de manifiesto cotidianamente en el espacio público: sus panfletos, afiches, pintadas y banners solo incluyen su nombre.
“Ni siquiera pone la cara de Cristina y eso que intentamos, en varias oportunidades, convencerla de que trabaje en equipo. No hay caso, es muy caprichosa”, le dijo a diario Hoy uno de los principales operadores políticos del espacio peronista en la ciudad.
Eso no es todo. También generó asombro una muletilla que Tolosa Paz repite a cada rato: “Cuando yo sea intendenta de La Plata…”. Días atrás, trabajadores del Astillero Río Santiago no podían salir de su asombro cuando la escucharon, durante una visita que realizaron los precandidatos de Unidad Ciudadana. Primero, porque los talleres navales se encuentran en otro municipio, Ensenada. Y en segundo lugar porque los comicios que se avecinan son legislativos. Tolosa Paz pareciera olvidarse que es candidata a edil y su futuro político dependerá del resultado de las primarias del 13 de agosto y de los comicios de octubre. “Quiere hacer campaña y hasta esconde la figura de Cristina y la del resto de sus compañeros. Lo único que le falta es proponer corte de boleta y cartón lleno”, afirman desde Unidad Ciudadana.
Un “resbaladizo” de la política
Una situación similar a lo que ocurre con Unidad Ciudadana sucede en el frente 1País, que lleva como precandidato a primer diputado provincial a José Ramón Arteaga.
Al actual concejal, que al igual que Tolosa Paz es un habitué del personalismo electoral, se lo conoce dentro de su propio espacio político con el sobrenombre de “el mejicano”. Algunos lo atribuyen a sus prominentes bigotes, aunque otros -seguramente mal pensados- bromean con ciertos episodios asociados a lo que, dentro del lunfardo porteño, se denomina “mejicaneada”.
Arteaga no es muy afín a las lealtades políticas. En la última década pasó de kirchnerista a defensor a ultranza de Francisco de Narváez, para luego sumarse al Frente Renovador, haciendo que el massismo realizara una pobre elección en los comicios de 2015, superando apenas el 15% de los votos y sufriendo una importante sangría de sufragios respecto a lo que había obtenido ese frente electoral en las primarias.
Lejos de aprender de los errores, “el mejicano” no modificó su modus operandi y varios de los ediles que formaban parte de la banca del Frente Renovador en La Plata decidieron pegar el portazo, disconformes con su accionar. Tal fue el caso de Miguel Forte, Gerardo Jazmín y Marcela Farroni, quienes actualmente forman parte de la nómina de Alternativa Vecinal.
En medio de estos vaivenes políticos, Arteaga se caracterizó por ser un aliado de los oficialismos de turno. Por ejemplo, fue el encargado de dar quorum para que en el año 2010 se pudiera aprobar la polémica reforma del Código de Ordenamiento Urbano, una iniciativa que estuvo hecha a medida de quienes especulaban con el negocio inmobiliario, llevando a la ciudad a una verdadera situación de colapso. No fue el único episodio: muchos opositores se preguntan cuáles fueron los reales motivos que llevaron a que Arteaga, siendo supuestamente opositor, terminara aprobando y aplaudiendo la rendición de cuentas presentada por el actual Ejecutivo comunal.
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