En el peronismo hay movimiento "por arriba", pero también "por abajo". A nivel nacional el justicialismo está buscando encaminarse hacia 2017,
desprenderse del kirchnerismo y hallar una salida a la dispersión interna. En paralelo, otros movimientos se van dando, en espiral, hacia abajo. Es lo que ocurre con el PJ de Santa Rosa. La capital provincial ha sido un campo minado para el justicialismo, que ha quedado enredado en disputas internas y fragmentado a más no poder. Una debilidad que la pagaron sus candidatos, tanto a gobernador como a intendente, que perdieron en 2015.
Ahora, para intentar frenar ese retroceso de años, llegó la hora del "consenso vernista". El gobernador Carlos Verna decidió ordenar el terreno y encomendó al secretario general de la Gobernación, Juan Ramón Garay, la conformación de una mesa de conducción para unificar al PJ santarroseño. Garay es parte del estrecho puñado de nombres de confianza del mandatario y que hablan por él. Es la mano ejecutora de la estrategia para darle unidad de acción a esa masa informe en que se ha convertido el PJ santarroseño. Fue a quien encomendó una mañana en su oficina para que le diera forma a esa profusión de líneas y agrupaciones, enfrentadas y desconfiadas unas de otras. Los "ismos" estuvieron representados en las dos primeras reuniones: vernismo, marinismo, robledismo, lezcanismo, jorgismo y ex jorgismo. Y hasta una representante del kirchnerismo.
En los hechos, Verna quiere una mesa en la que estén todos los sectores internos sentados y alineados a una estrategia común, y que actuará en paralelo, y como sustituto, del Consejo de Unidades Básicas, conformado en 2014. En Casa de Gobierno afirman que ese órgano ya perdió representatividad luego de las elecciones de 2015. De hecho, este viernes fueron convocadas todas las autoridades partidarias de la capital a una reunión organizada por esta mesa.
Hay otro movimiento por debajo que se ha dado en las últimas semanas y que encastra con la idea de esta nueva configuración justicialista. Es la reorganización, aún incipiente, del jorgismo en la capital provincial. Compromiso Peronista perdió la interna en 2015, pero quienes fueron sus referentes quieren darle nuevos aires. Afirman que hay sectores del peronismo que han quedado sin representación frente al vernismo. Esto no significa hacer oposición al gobierno provincial, sino ofrecer una mirada distinta dentro del justicialismo. Se indica además se quiere tener una postura mucho más opositora hacia el gobierno de Mauricio Macri que la que tiene el gobierno provincial.
Participarán de la mesa convocada por Garay y también han tenido sus primeras reuniones propias. Entre los propios algunos resaltan el rearmado, otros le bajan su significación. El exgobernador Oscar Jorge ha participado, como referencia y dando su "bendición", pero ya asumido en su retiro. De las reuniones participan ex funcionarios -"todos los ex ministros menos uno" indicaron las fuentes consultadas, quienes además desautorizaron que dos concejales ex jorgistas se consideren representantes de la corriente en la mesa armada por Garay-. Y sus voceros hablan de que la reorganización de la línea a nivel provincial debe resurgir de Santa Rosa, su fuerte, para después desparramarse hacia el interior.
El análisis de este incipiente movimiento lleva a considerar qué posibilidades hay para un espacio alternativo al "consenso vernista". Cuál será su función. Las primeras reuniones también han disparado algunas incógnitas entre los propios. Si el núcleo debe ser jorgista puro o se deben sumar otros espacios como el kirchnerismo. Quién va a conducirlo en la etapa pos-Jorge, si Fabián Bruna será la referencia después de su precandidatura como gobernador o se debe conformar una mesa más amplia como postulan varios. Qué lugar se ocupa en el gobierno de Verna, si se va a integrar el "consenso vernista" -los diputados provinciales son parte bloque legislativo sin fisuras y encolumnado- o tener una mirada más crítica.
El PJ se está reconfigurando, en todos los sentidos y territorios, después del kirchnerismo y frente al macrismo. Y Santa Rosa no es la excepción. Habrá que observar si la orden misma del gobernador Verna puede sostener un consenso, frente a un justicialismo en el que sobran intereses sectoriales y diferencias personales.
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