Desde la Casa Rosada, se impulsan diferentes candidaturas de funcionarios y dirigentes. Ninguno de ellos mueve el amperímetro, son meros aplaudidores. El fin del modelo y la ausencia del candidato natural
Kicillof, el imberbe obsecuente
En las últimas semanas, cobró fuerza el nombre del ministro de Economía, Axel Kicillof como un posible candidato presidencial bendecido por Cristina Fernández, su hijo Máximo Kirchner y la militancia rentada de La Cámpora.
La primera mandataria ha decidido prestarle oídos sólo a aquellos que la endulzan con las mentiras de un relato épico que nada tiene que ver con la realidad. En esto, el imberbe Kicillof es un experto.
El titular del Palacio de Hacienda es el principal responsable de la dura derrota que sufrió el gobierno K, que llevó al país al default. Fue él quien encabezó las negociaciones con los fondos buitres, sin tener la capacidad técnica ni los contactos necesarios en los centros de poder internacional para evitar lo que finalmente ocurrió.
Como ministro de Economía, demostró ser un excelente profesor universitario de historia.
Por eso no es casualidad que se haya devaluado a principios de año sin que ello mejore en nada la competitividad del país, hundiendo la economía en la recesión. Ahora la Argentina es uno de los países con mayor inflación del planeta, con alrededor del 40% anual.
Lejos de ser un paladín de la defensa de los intereses nacionales, Kicillof también es el responsable de los infames acuerdos que hizo el gobierno K que comprometieron a las futuras generaciones de argentinos. Por ejemplo, logró que se duplicara la deuda con el Club de París, al reconocerle intereses y punitorios que ni siquiera estaban previstos. Por eso, se deberá terminar pagando al club los países acreedores alrededor de 10 mil millones de dólares, un tercio de las reservas que hay en el Banco Central.
También arregló con Repsol, entregándole a la empresa alrededor de 10 mil millones de dólares en bonos, cuando está compañía dejó al país sin reservas de gas y petróleo cuando estuvo a cargo de la conducción de YPF.
Capitanich, de vuelta al Chaco
Cuando Jorge “Milton” Capitanich pidió licencia como gobernador de Chaco para venir a hacerse cargo de la Jefatura de Gabinete seguramente pensó que la jugada le iba a permitir adquirir proyección nacional, posicionándose como candidato presidencial.
El tiro le salió por la culata. Cristina lo puso a cumplir un penoso papel como es salir a defender, diariamente, a primera hora de la mañana, cada una de las medidas gubernamentales, teniendo que justificar lo injustificable. Para peor, en varias ocasiones, Cristina y La Cámpora lo terminaron desautorizando como cuando le frenaron el proyecto para reformular el Fútbol para Todo.
Para colmo, está enfrentado con el vicegobernador chaqueño, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, a quien dejó a cargo del Poder Ejecutivo en su pago chico. La interna política terminó favoreciendo a la oposición y hasta existe la posibilidad de que el frente UNEN se termine imponiendo en las elecciones del año que viene.
Ante este cúmulo de situaciones, Capitanich estaría analizando presentar la renuncia para volver a su provincia y buscar conservar el poco poder territorial que le queda.
Rossi: un soldado que siempre juega a perdedor
Agustín Rossi, el ministro de Defensa, es otro de los precandidatos presidenciales. Es un perdedor con todas las letras: en sus 27 años de carrera política, nunca logró un triunfo electoral en su provincia (Santa Fe).
Su ascenso en el gobierno K viene de la mano de su obsecuencia. Luego de un paso como concejal en Rosario, llegó al congreso nacional y asumió como jefe del bloque kirchnerista en la Cámara de Diputados. Desde ese ámbito avaló cada uno de los proyectos de la administración K, convirtiendo muchas veces al parlamento en una mera escribanía.
El lema de la campaña presidencial de Rossi es: construyendo una "alternativa" que "garantice la continuidad" de las políticas kirchneristas.
Su gestión como ministro de Defensa es desastrosa ya que profundizó la debacle de las fuerzas armadas que, como consecuencia de las políticas K, se encuentra en el peor momento de su historia. Un informe del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, que preside el intelectual Rosendo Fraga, da cuenta claramente de esta situación. Por ejemplo, Argentina actualmente destina apenas el 0,84% de su Producto Bruto Interno (PBI) a defensa, siendo un país en cuyo territorio existen importantes recursos naturales que son objeto de ambición de varias potencias centrales. En tanto, Brasil destina el 1,41% del PBI y Chile el 2,27%. Ambas naciones están gobernadas por administraciones de centro izquierda (Dilma Rousseff hasta tiene pasado guerrillero), que entienden la importancia que tiene un sistema de defensa sólido.
Rossi, además, es un férreo defensor del polémico general César Milani, a quien Cristina puso como jefe del Ejército pese a estar acusado por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura.
A Randazzo se le desdibuja la sonrisa
Florencio Randazzo, a quien en nuestro diario hemos bautizado “el hombre de la eterna sonrisa”, pretende hacer campaña a partir del transporte. Su desesperación es tal por mostrar gestión, que comete papelones. Por ejemplo, la semana pasada, anunció la construcción de bicisenda de 15 kilómetros en Bariloche, en un zona donde prácticamente no existen las calles.
Asimismo, calificó como “una revolución ferroviaria” la compra de algunas formaciones a China, dejando los talleres ferroviarios argentinos absolutamente desactivados. Para colmo, esas formaciones no se adoptan fácilmente a las características de nuestro sistema ferroviario, que sigue presentando serias fallas.
Fiel al estilo K, Randazzo también anunció obras que ya habían sido anunciadas en la última década y que ya deberían haber estado finalizadas. Una clara muestra de ello es la electrificación del ferrocarril Roca, que une nuestra ciudad con la estación de Constitución.
Como una forma de querer adquirir vuelo propio, Randazzo buscó diferenciarse de Amado Boudou, el primer vicepresidente de la democracia procesado por corrupción en el ejercicio de sus funciones, al criticarlo públicamente. Pero fue la propia presidenta Cristina Fernández la que le puso un freno a ese vuelo y lo bajó de un hondazo: en el último acto trasmitido por cadena nacional los hizo sentar uno al lado del otro.
El ministro del Interior también tiene problemas en algunos municipios que estaban a cargo de intendentes que le respondía políticamente como Chivilcoy y Villa Gesell. Al primero, Aníbal Pitelli, lo hizo dimitir ante una cruenta guerra política en su propio espacio, mientras que el segundo, Jorge Rodríguez Erneta, se tuvo que ir cuando la oposición no le aprobó la rendición de cuentas, dejando un municipio en un estado de crisis económica. Ambos encontraron refugio como funcionarios en el Ministerio del Interior.
Asimismo, Rodríguez Erneta está envuelto en un escándalo ya que se habría comprado un condominio en Hollywood.
Las ambiciones de Domínguez
Julián Domínguez actualmente es el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, el tercero en la línea de sucesión presidencial luego de Amado Boudou y Gerardo Zamora.
Domínguez es oriundo de Chacabuco, localidad bonaerense de la que fue intendente en los años ´90. Luego fue jefe de campaña de Carlos Ruckauf y se convirtió en el ministro de Obras Públicas de una gestión recordada por lo patacones y por la huida del entonces mandatario provincial, que abandonó el barco en medio de la crisis para asumir como canciller de Eduardo Duhalde.
Para sustentar su proyecto presidencial, Domínguez impulsó el denominado “Grupo San Martín”, espacio mediante el cual intenta aglutinar apoyos que no solamente estén vinculados con la política.
Al tener su armado territorial en la cuarta sección electoral, desde hace años mantiene una disputa con Florencio Randazzo y tiene el mismo problema que Scioli: intentar posicionarse como alternativa dentro del justicialismo, cuando representa más de lo mismo. Por ejemplo, en la semana que pasó, hizo pegar afiches con el slogan “Griesa o Cristina”.
El ex canciller con apoyo piquetero
El ex canciller y actual legislador porteño Jorge Taiana es, quizás, el menos conocido de los precandidatos presidenciales del kirchnerismo. Su candidatura es impulsada principalmente por el Movimiento Evita, espacio liderado por el dirigente piquetero y funcionario K, Emilio Pérsico, y por el legislador provincial Fernando “Chino” Navarro, más conocido como “el fotocopiador serial” de Lomas de Zamora. En 1993, cuando Navarro era edil, se produjo un escándalo a raíz de que el Tribunal de Cuentas de la Provincia descubrió que el Concejo había requerido 7.841.250 fotocopias, esto es, un promedio de 29.700 diarias” gastando $784.125, que en ese momento era el equivalente a la misma cifra en dólares. Eso no es todo: el legislador lomense también fue procesado por los gastos “en la cuenta conservación y reparación de vehículos del Concejo”, siempre según la información oficial del Tribunal, “comprobándose que para reparar un Peugeot 504 modelo 1990 se gastaron en 1993 $140.269 y en 1994 $45.121 más. Y en un Ford Sierra modelo 1989 se gastaron $118.497 en 1993 y $49.006 al año siguiente”.
Por su parte, Pérsico –hijo de una familia que tenía una tradicional heladería en La Plata- estuvo relacionado con los Montoneros en los ´70, luego formó parte del espacio de Vicente Leónidas Saadi y fue uno de los fundadores de Quebracho, agrupación que estaría vinculada con los servicios de Inteligencia. Actualmente, es secretario de Agricultura Familiar de la Nación pese a que, cuando era funcionario del Ministerio de Desarrollo Social, tuvo que renunciar cuando se descubrió que su hijo transportaba plantas de marihuana en un vehículo oficial.
La encrucijada de De la Sota
El gobernador cordobés José Manuel de la Sota es otro de los posibles candidatos presidencial del justicialismo. Oficialmente distanciado de la Casa Rosada, el cordobés coquetea permanentemente con Scioli y Sergio Massa, con los que podría competir en las Paso.
El problema para de la Sota es que la tiene muy difícil en su provincia. El intendente de la capital, Ramón Mestre, candidato a gobernador de la UCR, es uno de los principales promotores de acordar con Mauricio Macri. Ocurre que, en las legislativas del año pasado, el radicalismo quedó segundo, a tan sólo cuatro puntos del PJ, y Pro sacó 14%. Es decir, una alianza entre radicales y macristas podría quedarse con la Provincia.
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