Un verdadero escándalo se desató ayer al mediodía en Tribunales II en medio del inicio del proceso de recuento de votos de la elección provincial del pasado 5 de julio.

El escrutinio comenzó por uno de los distritos electorales en donde los resultados se habían presentado más ajustados: Pocho, el pequeño y pobre departamento del oeste cordobés, donde habitan menos de 6.000 personas.

En el conteo provisorio se había impuesto el candidato de Juntos por Córdoba (JPC), Raúl Guillermo Recalde, por apenas ocho votos contra el postulante de Unión por Córdoba (UPC) y actual legislador provincial, Hugo Cuello.

El escrutinio oficial debía resolver qué hacer con nueve votos recurridos, y la decisión del Tribunal Electoral fue analizar uno por uno. Los siete primeros sufragios revisados correspondían a Unión por Córdoba, y fueron aceptados como válidos. Frente a ello, Recalde tomó las dos boletas que faltaban escrutar y salió corriendo de la sala, delante de mirada atónita de los miembros de Tribunal Electoral, sus asistentes y representantes de otras fuerzas.

Ya afuera de la sala, Recalde le entregó las cuestionadas boletas a una persona de su confianza que lo estaba esperando, la que se alejó del edificio de Tribunales II sin destino preciso. 

Luego de lo ocurrido, miembros del Tribunal Electoral pidieron la detención de Recalde por el delito de sustracción de votos, quien fue apresado por la Policía y quedó alojado en la Alcaldía de Tribunales II. Además, se ordenó el allanamiento de un auto estacionado frente al palacio judicial, en donde aparecieron dos boletas. El Tribunal, finalmente, consideró esos votos como válidos, con lo que Cuello resultó elegido como legislador por un voto de diferencia.

Los apoderados de JPC habían pedido que no se contabilizarán los nueve votos recurridos, argumentando que todos esos sobres estaban abiertos, lo que implicaba “una seria irregularidad”.